A nivel mundial, es cada vez más frecuente que los países celebren el #DíaDelPagoIgualitario, que simboliza el tiempo promedio que tendría que trabajar una mujer en 2019 (sumado a lo trabajado durante todo el año pasado), para obtener los mismos ingresos laborales que un hombre en 2018.

Claramente, esta fecha es diferente para cada país. De acuerdo a equalpaytoday.org, en Estados Unidos las mujeres ganan 80 centavos por cada dólar que gana un hombre, por lo que el 2 de abril es su #DíaDelPagoIgualitario. El pasado 9 de abril fue el día equivalente en Argentina, de acuerdo a Economía Femini(s)ta.

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La brecha salarial de género en México: Los hombres ganan 29% más que las mujeres

Durante la última década, la brecha salarial promedio en México se ha mantenido cerca de 29%. Esto quiere decir que el ingreso laboral mensual promedio de los hombres en México es 29% mayor que el ingreso de las mujeres.

Así pues, para equiparar lo ganado por los hombres en 2018, las mujeres tendrían que haber trabajado todo ese año, más 105 días de 2019. Por eso, el lunes 15 de abril es el #DíaDelPagoIgualitario en México.

Cuando se ordena al total de trabajadores según sus ingresos y se divide en diez grupos de igual población (deciles), resulta que hay más mujeres en los grupos de menos ingresos y más hombres entre los que perciben más. De hecho, 7 de cada 10 trabajadores del Top 10% en ingresos laborales, son hombres.

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La brecha salarial de género no es igual para todas las mujeres. Por ejemplo, la brecha es más alta en localidades medianas, de entre 15 mil y 100 mil habitantes. También afecta en mayor medida a generaciones de más edad, como los Baby Boomers (nacidos entre 1945 y 1964) y la llamada Generación X (entre 1965 y 1981).

La brecha salarial también es más intensa entre las personas que tienen niveles más bajos de educación: es tres veces mayor para los que tienen educación primaria o menos (45%), frente a quienes tienen estudios mayores a licenciatura (15%). El estado civil también se asocia de manera especial con la brecha salarial, ya que las mujeres unidas o casadas están más abajo del salario de los hombres, respecto de las mujeres solteras.

Tres causas por las cuales la brecha salarial sigue existiendo: Suelos pegajosos, techo de cristal e inequidad salarial

1. Suelos pegajosos: Las mujeres dedican menos horas al trabajo remunerado, pero trabajan más.

La primera causante de la brecha salarial de género se relaciona con el tiempo que las mujeres pueden dedicar al trabajo remunerado. Mientras que los hombres en México trabajan en promedio 44 horas semanales, las mujeres solo alcanzan 37 horas. La diferencia no se ha modificado significativamente en la última década.

De hecho, gran parte de la brecha salarial (no toda) se explica por la diferencia en horas semanales trabajadas. Lo anterior queda claro con la siguiente gráfica, donde se observa la composición de las personas trabajando en modalidades de medio tiempo y tiempo completo, según sexo.

Mientras que las mujeres son mayoría en los empleos de menos de 24 horas semanales (cerca de 4 horas promedio por día), 7 de cada 10 personas trabajando de tiempo completo o más, son hombres.

¿Eso significa que las mujeres trabajan menos? Todo lo contrario. En realidad, las mujeres trabajan 20% más horas semanales que los hombres, solo que dedican una mayor parte de su tiempo al trabajo no remunerado: mientras que los hombres dedican solo 1 de cada 10 horas trabajadas al no remunerado, las mujeres dedican 4 de cada 6.

De hecho, 80% del trabajo no remunerado (trabajo de cuidados más trabajo del hogar) lo realizan las mujeres, lo que dificulta su posicionamiento en el mercado laboral. A este fenómeno se le conoce comúnmente como “suelos pegajosos”, y refiere a las cargas  excesivas de trabajo en la esfera privada que obstaculizan la carrera laboral de las mujeres, y tienen como consecuencia ingresos laborales más bajos.

  1. Techo de cristal: Las mujeres ocupan puestos de menor jerarquía y menos valorados socialmente

Otra causa generadora de la brecha salarial de género, es que las mujeres se encuentran mas frecuentemente en empleos de menor jerarquía. A este fenómeno se le conoce como “techos de cristal”, y hace referencia a las barreras invisibles, pero reales, que impiden a las mujeres llegar a puestos de alta jerarquía.

Ejemplo claro es que las mujeres solo ocupan 36% de los puestos directivos en México, aunque son mayoría en empleos administrativos y como comerciantes.

La relación es muy clara: las mujeres están más presentes en empleos con menor remuneración, y su participación baja cuando se trata de empleos mejor pagados.

En la siguiente gráfica se pueden observar 45 diferentes tipos de empleo, según el porcentaje que representan las mujeres y los ingresos que de ahí se generan. Además, el número total de personas empleadas se muestra según el tamaño del círculo.

  1. Inequidad salarial: Menor pago a las mujeres, por el mismo trabajo que hacen los hombres

Ya mostramos que las mujeres reciben menor salario debido al menor tiempo que pueden dedicar al trabajo remunerado (suelos pegajosos), y también que es más frecuente encontrarlas en puestos de baja jerarquía y poco remuneración (techo de cristal).

Pero aún cuando estos fenómenos son suficientes para mantener una amplia brecha salarial de género, hay otro que se suma y empeora la brecha: la inequidad salarial, es decir, el pago diferenciado a hombres y mujeres, por el mismo trabajo.

La inequidad salarial entre hombres y mujeres es una realidad en México: una mujer en un puesto directivo gana 81 centavos por cada peso que gana un hombre en el mismo tipo de empleo, mientras que esa diferencia se pasa a 91 centavos con las mujeres profesionistas, y alcanza solo 66 centavos con las comerciantes.

En la gráfica siguiente mostramos 17 de los empleos (según grupos principales) más frecuentes en México, y la brecha salarial que le corresponde. Destacan algunos como profesionistas administrativos y empleos de vigilancia, donde las mujeres reciben un pago menor a 80 centavos de lo que recibe un hombre. También están los empleos de medicina e ingeniería, donde las mujeres reciben 84 y 85 centavos, respectivamente. La brecha se reduce para empleos como docente y secretaria, y de hecho se invierte para trabajadores domésticos.

La brecha salarial de género en México es una realidad innegable. Es tan amplia, que una mujer tendría que trabajar 52 años en promedio, para ganar lo mismo que un hombre en 40 años. Las graves consecuencias de la brecha son claramente previsibles. Además, es tan estable, que al ritmo que se mueve hoy en día, tardaría 200 años en cerrarse.

¿Cómo lograr cerrar la brecha? De acuerdo a las tres causas analizadas, se pueden trazar algunas rutas. Sobre los pisos pegajosos, por ejemplo, una vía consiste en redistribuir cargas de trabajo no remunerado, así como otorgar valor a este tipo de trabajo. En cuanto al llamado techo de cristal, tiene que exigirse (y arrebatarse) mayor inclusión en empleos de mayor jerarquía. De igual forma, el mejor pago a los empleos feminizados, así como la disminución de la distancia entre salarios de menor y mayor jerarquía, para todas y todos los trabajadores, ayudaría al cierre de la brecha.

Finalmente, sobre la inequidad salarial, en muchos países es explícitamente ilegal el pago diferenciado a hombres y mujeres por un mismo trabajo. En Inglaterra, por ejemplo, las empresas tienen que declarar anualmente datos sobre brechas entre remuneraciones promedio a hombres y mujeres, transparentando su brecha salarial. Estas acciones han funcionado internacionalmente y podrían funcionar en México.

Pero, en mayor medida, hace falta que tanto hombres como mujeres sean conscientes de que la brecha salarial de género existe, no es un mito, y cerrarla es responsabilidad de todas y todos.

Salario igualitario entre mujeres y hombres , ¡YA!

#DíaDelPagoIgualitario

(15 de abril del 2019)

Fuente: Todos los cálculos son propios, con base en la ENOE, primer trimestre de 2018, excepto donde se indique lo contrario. Acá el código para reproducir los resultados.

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