La semana pasada, Forbes compartía información sobre un estudio que asegura que “los millonarios lo son porque, a pesar de que tienen un promedio escolar bajo, se atreven a romper las reglas establecidas y eso los hace trascender”. Gatetes, a raíz de tal nivel de desinformación, esta semana los maullidos de Gatitos contra la desigualdad van sobre uno de los temas de nuestro mayor interés: el mito de la meritocracia.

Miau. ¿Con qué se come eso de la Meritocracia? Una sociedad meritocrática es aquella donde, supuestamente, las posiciones de mayor rango las ocupan las personas que tienen más “méritos”, que se esfuerzan más, quienes trabajan más. Bueno, pues eso es lo que nos venden todos los días: que “el pobre es pobre porque quiere”, y que solo es cuestión de esfuerzo, de “chingarle”, y de tener una mente emprendedora para llegar a ser millonario. Y es una gran mentira, al igual que la recomendación de “romper las reglas es lo que te lleva a ser millonario”.

El “Billionaire coaching”, esa industria de construcción de sueños sobre la posibilidad de lograr la riqueza para cualquier persona*, es una mentira que se alimenta despiadadamente del anhelo de muchos por mejorar su situación económica. Pero en una sociedad como la mexicana, donde el que nace pobre, muy probablemente morirá pobre, y el que nace rico, seguirá rico, es necesario plantear correcciones a los planteamientos que hacen los libros de coaching para ser rico. No son necesarios siete pasos para llegar a ser rico. Solo hay uno: nacer rico.

La realidad es que la movilidad social (es decir, el grado en que cambian de estrato social las personas durante su vida, frente a su condición de origen) es casi nula en México: Los ricos de ahora son, en su mayoría, hijos de los ricos de antes. Al menos 45% de la desigualdad en México se debe a circunstancia de origen, ese  hogar en que una persona nace de manera aleatoria, y no tiene nada que ver con el esfuerzo o mérito. De acuerdo al Informe “Desigualdades en México 2018”, de los nacidos entre los más pobres, sólo 4 de cada 100 llegarán a ser ricos. Además, la inmovilidad social afecta el doble a las mujeres pobres, respecto de los hombres**. La meritocracia en México es una mentira***.

A diferencia de las ideas del “billionaire coaching”, proponemos tres razones principales que determinan que alguien sea rico o no:

Foto: Gatitos contra la desigualdad

  1. Los ricos lo son por herencia: De acuerdo al informe “Premiar el trabajo, no la riqueza”, uno de cada tres dólares de los multimillonarios proviene de herencias Es por eso que economistas como Piketty, organismos internacionales como la OCDE y ONG’s como Oxfam han propuesto volver (o fortalecer) el impuesto sobre la herencia.
  2. Los ricos lo son por su educación de élite pagada por padres ricos: La educación es uno de los principales motores de reproducción de la desigualdad, más aún porque para muchos, legitima el nivel de desigualdad. No es lo mismo tener acceso a educación de baja calidad, frente a la educación de escuelas de élite. De acuerdo a novedosos estudios que comparan material genético similar entre personas de hogares pobres y ricos, los rendimientos escolares dependen más de la educación que se recibe, que del “talento” (medido a través de la presencia de ciertos genes en específico). De este modo, “es mejor nacer rico, que talentoso”****.
  3. Los ricos lo son por compadrazgo o corrupción: Curiosamente (o no) los cuatro hombres más ricos en México (Slim, Bailleres, Salinas Pliego y Larrea) llegaron a encabezar las listas de multimillonarios en México acompañados, todos, de empresas privatizadas, de concesiones del gobierno, o de sectores económicos fuertemente (y mal) regulados por las autoridades*****. Es imposible entender la magnitud de su riqueza de otra manera. Además, en México las grandes fortunas se ven beneficiadas, en no pocas ocasiones, de grandes beneficios y amnistías fiscales

Foto: Gatitos contra la desigualdad

Es por todo lo anterior, que justo uno de los principales objetivos en #GatitosContraLaDesigualdad es desmontar la idea generalizada de que “mayor esfuerzo y trabajo es igual a mayor riqueza”. Vemos fundamental socavar la legitimidad de la desigualdad, de manera que crezca el consenso para exigir mayores y más eficaces acciones para reducir la desigualdad.Necesitamos menos personas en eventos pagados por el gobierno, aplaudiendo a Marco Antonio Regil burlarse de la “mentalidad de los pobres”, y muchas más reconociendo la trampa en el discurso de la meritocracia y luchando por cambios al respecto. Les tkm, gatetes.

*Se pueden encontrar cientos de ejemplos del “billionaire coaching”. Aquí y aquí algunos.

** Pueden ver más resultados de movilidad social por género y color de piel aquí.

*** La paradoja es justo que en los países donde la desigualdad es más fuerte y la inmovilidad social impera, son al mismo tiempo donde se “cree” más en el mito de la meritocracia. Más información de investigaciones en curso al respecto aquí y aquí, aunque después dedicaremos una columna específicamente a hablar del tema.

**** Recomendamos este gran libro sobre desigualdad educativa en la Ciudad de México. También en algunos de los reportajes de Chilango en el especial de desigualdad en la CDMX hablan sobre educación y desigualdad.

***** Más información a detalle en: https://www.oxfammexico.org/sites/default/files/desigualdadextrema_informe.pdf

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