Hace casi 35 años, el 26 de julio de 1984, Juan José Gurrola (1935-2007) y David Hockney crearon un mural efímero en disco-bar El 9. La pieza se tituló Cinturón Gay Latino, y en ella invitaron a participar a artistas como Arnaldo Coen, Paola Kracer y Luis López Loza. Con ella, Gurrola buscaba mostrar la fuerza plástica de las minorías latinas.

“Esa fuerza silenciosa que adquiere su potencia en una cultura viejísima, en la que, aparte de otras manifestaciones, mover la cadera representa uno de sus grandes logros”, explicó en alguna entrevista. Aquel mural se inscribía en esa tradición que ya tenía El 9 de estimular la creación de un mural por semana.

El próximo domingo (10 de febrero), como parte de la fiesta Traición más reciente, se hará un remix al Cinturón Gay Latino. Para la ocasión, se proyectará intermitentemente el video de 14 minutos que se grabó como registro de aquel happeningque consiguieron con ayuda de la Galería Gaga—. Además, se mostrará —e invitará a intervenirlo a algunos artistas, como Zombra, Radríguez, Sánchez Kane y Sabor Suave— el mural que han reinterpretado José Eduardo Barajas y Pepe Romero.

En aquel video, puede observarse un discurso que gira en torno al uso de hidrocarburos, el imperialismo norteamericano y la carretera panamericana. Para el remix, cuenta Romero que han trabajado en la reinterpretación de eso que han observado en el único registro que se tiene de aquella acción: cuerpos sexualizados, ojos observando, carreteras, edificios en llamas, logotipos de automóviles, campos petroleros y reconocidas marcas de empresas transnacionales.

“Nos parece pertinente hablar de los mismos temas fronterizos y de minorías”, dice Romero, “porque como comentaba Gurrola, los movimientos sexodiversos en Latinoamérica representan un escudo para la avalancha de lo que representa la modernidad norteamericana”.

Ya en otros capítulos de Traición han revisitado el trabajo de Gurrola. Sobre es interés, Pepe Romero me cuenta que proviene de una identificación del colectivo Traición con el trabajo multifacético, caleidoscópico, de Gurrola. Romero se refiere a él como “un personaje que hiciera de la fiesta su espacio de trabajo y de inspiración, que no solo se dejó llevar por el hedonismo que la fiesta y la celebración representa, sino que a través de estos dispositivos, creó un potente discurso político”.

Además, este homenaje cobra relevancia y pertinencia tras la reciente apertura de El 9, un espacio que en su época llegó a convertirse en un museo vivo, en el que sucedían actividades más cercanas al performance que a la plástica. Su importancia en esa labor puede verse desde el sábado pasado en Arte Acción, expo del MUAC en la que se hace un meteórico recorrido de esa práctica artística de 1970 a 2014.

“Hoy, las galerías y los museos de arte no terminan de entender el fenómeno de la cultura del club y el arte producido por estas comunidades efímeras”, sostiene Romero, “es por ello que nos parece pertinente realizar este evento paralelo a la programación ‘oficial’ del último día de la semana del arte”.

En la música, Guillermo Osorno se encargará de mostrar la parte sonora más fidedigna de lo que sonaba en El 9 allá por finales de los años 80. Pero también tocarán la dj berlinesa rRoxymore; Bendik Giske, artista queer y saxofonista que utiliza la fisicalidad, la vulnerabilidad y la resistencia como herramientas de expresión, y Bclip, productor colombiano, que ha preparado un set especial para el final de la noche “de puro aleteo, trompeteo, zapateo y música manteca”. La cita es en Amberes 58 a las 4 de la tarde.

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