Amigues, antes que nada debo aclarar que soy la persona menos indicada para escribir sobre música. Con decirles que mi banda favorita es Helloween, unos cñores metaleros alemanes superñoños, y que todavía tengo dolor muscular porque los fui a ver la semana pasada. Y que estoy tan confundida que me gustan los viejos de Dream Theater. Sí, se pueden burlar. No, fan de Petrucci, no quiero ir a tu listening party del Distance Over Time en Coapa, voy a estar en La Puri bailando cumbias intentando recobrar las ganas de vivir después de tantos años de oír prog.

Por eso, cuando YO me emocioné por el concierto de cierre de la Semana de las Juventudes, organizada por el Instituto Mexicano de la Juventud, supe que algo estaba mal.

Foto: Cortesía

¿Alguien menor de 20 años se emocionará con “Pachuco” o con “El Consomé”? Lo dudo. Son canciones de bar de Copilco… de cuando todavía existían dichos establecimientos (¡ya no hay bares en Copilco! #PrayForMiJuventud). Sonaban cuando yo, que tengo 35 años, iba a tardeadas en la secundaria y ya eran rolas viejas.

Yo creo que lxs funcionarixs (que tienen más o menos mi edad) se están aferrando con demasiada necedad al rock. ¿Qué les espanta de hacer un concierto de reguetón? ¿Por qué no le preguntan a los jóvenes qué quieren oír? ¿No se imaginan lo hermoso que serían un festivalote masivo con intérpretes como Tomasa del Real y Sailorfag? Yo sí, por chavorruca, pero a ellxs seguramente les daría el soponcio y no soportarían la crítica de sus congéneres rucos, clasemedieros y con el alma seca después de oír tanto pinche rock “inteligente”.

Ahora viene mi segunda crítica. En el cartel no hay mujeres. Pinche rock y pinche industria machina. No había mujeres cuando mi mamá crecía (bueno, no había ni conciertos), no había mujeres en mis tiempos, no hay mujeres hoy. O sea, sí, pero son superpoquitas y no incluyen, porque todavía está la idea de que es música “de nicho”, cuando cualquier cosa hecha por vatos es de “interés general”.

No es un ejercicio novedoso, pero me puse a gugulear a TODAS las bandas que se van a presentar este fin de semana, para ver cuántas tenían integrantes morras. No creerán lo que pasó después. Acá van una por una.

(De una vez aclaro que podría haber errores en las sumas y porcentajes porque soy de área 4 y estudié Ciencias de la Comunicación PORQUE NO HABÍA MATEMÁTICAS. De antemano, una disculpa).

VIERNES 9

Heat Hummingbird: 5 vatos

Niños del cerro: 5 vatos

Las Highway: 4 morras

Sexy Rotten: 4 vatos

Cinco Santos: 5 vatos

Eufemia: 4 vatos

Los moustros del espacio exterior: 4 vatos

We are the grand: 4 vatos

Los Fontana: 4 vatos y 1 morra

Árbol: 5 vatos

Akashi: 5 vatos

Sexy Zebras: 3 vatos

Tolidos: 4 vatos

Beta: 3 vatos

Lng/SHT: 1 vato

Los Rastrillos: 10 vatos

IMS: 1 vato

Lost Acapulco: 4 vatos

Maldita Vecindad: 7 vatos

Total viernes:

78 hombres

5 mujeres

SÁBADO 10

The Miracle: inguguleable

Bto Gutiérrez: 1 vato

Dolphant: 5 vatos

Bolero de fuego: 4 vatos

Mink: 3 vatos y 1 morra

Seis Pistos: 4 vatos

Serbia: 3 vatos

Correos: 4 vatos

URSS bajo el árbol: 6 vatos

Barco: 4 vatos

Motor: 4 vatos

Biznaga: 3 vatos

Carlos Ann: 1 vato

Guasones: 7 vatos

Rey Pila: 4 vatos

Comisario Pantera: 4 vatos

Titán: 3 vatos

DLD: 3 vatos

Pixies: 3 vatos y 1 morra

Total sábado (de las bandas guguleables):

66 hombres

2 mujeres

TOTAL DE AMBOS DÍAS:

151 músicxs

144 vatos

7 mujeres

Es decir, el 4.6% del total de humanos que se van a presentar. CUATRO PUNTO SEIS POR CIENTO. Hasta donde me quedé, las mujeres somos la mitad de la población mundial y los instrumentos musicales no se tocan con el pito (bueno, algunos sí, metafóricamente), así que no veo por qué no habríamos de tener una igual representación en cualquier género musical.

AAAAH, pero ahí te encargo las burlas y la descalificación a las chavas que quieren hacer rock. Luego, como es un medio megamachista, hay que andar a las vivas con el acoso y cuidarse de los pinches depredadores sexuales. Después, la exigencia de que estés “guapa” según estándares hegemónicos para “tener derecho” a pararte en un escenario… todo para que los viejos del público te chiflen y morboseen. Y aparte, la doble o triple jornada que la mayor parte de las mujeres hacemos, que ni de broma nos deja tiempo para prácticas y ensayos. Por último, que si tienes una banda de puras chavas, los programadores den por hecho que “no eres tan buena” y que “no vas a vender boletos” porque “no es lo que el público quiere ver”.

Por eso, querido Instituto de la Juventud, queridas instituciones públicas: les dejamos de tarea que a la hora de armar eventos musicales (o de cualquier cosa) le echen un poquito de ganas para hacer los carteles más diversos. Las promotoras no lo van a hacer, pero ustedes sí podrían y DEBERÍAN. Y con esto no solo me refiero a que incluyan a mujeres: ayer que guguleé a las bandas, no saben cuántas eran de bugas genéricos que citaban a Pearl Jam como mayor influencia. QUÉ HUEVAAAAA. Entiendo que el chiste es llenar y presentar GRATIS a grupos famosos (bueno, a los rucos) que mucha gente no podría ver sin pagar un boleto millonario + cargos por servicio + tarifas absurdas sacadas de la manga sin que el Estado intervenga un carajo. Pero es urgente que se aprovechen los espacios para campechanear e incluir propuestas desde la periferia, desde grupos sociales ninguneados e invisibilizados. Ya estuvo con puro pinche vato hetero blanquito urbano de barba.

Como sea, pienso ir a estos shows. Sobre todo, por la Plaquetita de 15 años. Allá nos vemos, yo llevo el Omeprazol y el bolillo pa’l susto.

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