A 40 años de su debut como novelista, Jardín de cemento, Ian McEwan está de regreso con Máquinas como yo, la novela número 15 de su carrera. Se trata de una peculiar historia de ciencia ficción ambientada en la Inglaterra de 1982, pero con algunos pequeños cambios que hacen pensar en que en realidad se trata de nuestros días (internet, las redes sociales y los vehículos autónomos son cosa de todos los días, y las máquinas están acaparando los trabajos de los humanos), pero también hay modificaciones más radicales, como que Argentina ganó la Guerra de las Malvinas, el matemático Alan Turing sigue vivo y Estados Unidos nunca lanzó una bomba atómica sobre Japón.

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El narrador y protagonista es Charlie Friend, un hombre de 32 años que, tras la muerte de su madre, decide utilizar parte su herencia para comprar uno de los primeros androides en el mercado, llamado Adán, sin imaginar el gran problema en el que se está metiendo. Charlie no tiene trabajo y vive en un pequeño departamento cuya renta consigue pagar gracias a las ganancias que recibe de una inversión que tiene en la bolsa. La única motivación que tiene es Miranda, su vecina, de quien lleva años enamorado y con quien sueña pasar el resto de sus días. Pero las cosas se complican cuando decide involucrarla en la “educación” de Adán.

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La nueva novela de Ian McEwan es profunda y con muchas capas. Por una parte está la historia de amor entre el narrador y su vecina, así como el extraño trío amoroso que se conforma entre Charlie, Adán y Miranda. Hay cuestionamientos sobre qué tanto conocemos a quienes nos rodean e incluso a nosotros mismos, pero también McEwan lanza una serie de preguntas sobre qué tanto se puede confiar en la tecnología, algo que en estos días parece no ser muy debatido. La tecnología aparece aquí al mismo tiempo como amenaza y solución, y el ser humano es dibujado por el novelista británico como un maestro que ha sido superado por el alumno y que ahora es incapaz de controlar su destino. Si alguien está en búsqueda de un libro lleno de intriga y misterio para pasar las vacaciones de invierno, esta es la opción ideal.

Máquinas como yo, Ian McEwan, Anagrama, Barcelona, 2019, 355 páginas