Gabriel Rodríguez Liceaga, hombre entre siglos, triste lector de horas de la comida y entusiasta defeño, opina de temas variados y que la sucesión de los días y los memes van entregando. Puedes leer su columna quincenal acá. En esta entrega: bellos hallazgos en la Feria del Libro del Zócalo 2019.

En el mismo sitio donde el águila fue hallada devorándose una deliciosa serpiente encima de un nopal empezó el fin de semana la Feria del Libro del Zócalo. Solo por eso, simbólicamente, es una feria indestructible. Da gusto entrar al ombligo de la luna y verlo salpimentado por carpas que resguardan las mesas y libreros llenas de publicaciones buscando lector. Me encanta esta feria porque es en la que sin duda se congrega más gente, digamos, real. Mexicanos interesados en leer o en descansar las piernas mientras escucha a un escritor hablando de su obra, por no mencionar a los menesterosos que interrumpen la lectura de poesía para quejarse de los tiempos que corren. Uno acaba leyéndole a vagabundos y esto es primoroso. Es, además, una oportunidad de lujo para hacerse de libros que no se consiguen en la mesa de novedades del Sanborns. O sitios peores. Busquen, lo suplico, la zona de editoriales mexicanas e independientes. Es el chorizo de puestos que aparece cuando uno entra a la feria llegando por la calle de Madero.

Yo, este año, puse la mira en un par de libros. ¡Y esta semana es quincena! Pormenorizo:

En el stand 24 y 25 de la Feria del Libro del Zócalo 2019, dentro del área de la Liga de editoriales independientes se ubica Tabaquería Libros. Ahí estará a la venta el libro Anatomía de la Memoria, de Eduardo Ruiz Sosa. Novela complicada, extensa y ambiciosa en el sentido correcto de la palabra. Su libro de ensayos Primera Silva de Sombra me dejó con muchas ganas de conocer más acerca del autor de Culiacán avecindado en España. En ese mismo puesto es posible adquirir Época de cerezos, de Laura Baeza por parte de Editorial Paraíso Perdido. Laura fue elegida como uno de los ocho narradores emergentes en la FIL Guadalajara del año pasado a los que hay que seguirles la pista. Hagámoslo.

En el stand de Nitro/press planeo ir a comprar La virgen cabeza, de la argentina Gabriela Cabezón Cámara. Yo leí de una sentada su novelita Romance de la Negra Rubia; la prosa poderosa y juguetona de esta escritora le está cosechando merecida fama latinoamericana. Que no nos agarre desprevenidos.

Existe en el planeta Tierra una editorial española divina, sus libros son realmente hermosos. Hablo de Blackie Books. Debido a no sé qué cuestión administrativa los distribuye, en México y desde hace algún tiempo, Colofón. El stand es perfectamente ubicable por su notoriedad. Este sello editorial tiene un catálogo más bien peculiar. Son tomos de pasta dura realizados con evidente afecto y amor por el texto: caramba, el que diseñó la portada leyó el libro. Son libros impagables a lo Impedimenta. La buena noticia es que en la feria ostentan amenos descuentotes. Los libros de ideas ilustradas del prisma español Miguel Noguera se consiguen a un precio incluso humano, ese hombre me salvó la vida. También vi de reojo la desopilante novela Tres hombres en una barca (por no mencionar al perro), de Jerome K. Jerome y las novelas raras de Richard Brautigan. Son solo ejemplos.

Vayan a la Feria del Libro del Zócalo de este año

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