Las minihamburguesas de Mr. Blanco’s son como taquitos: puedes comerte varias, por hambre o por antojo, son baratas, llenadoras, sabrosas y están disponibles a cualquier hora, cualquier día del año. Puedes desayunarlas, comerlas, cenarlas, usarlas para llenar el huequito entre comidas o para bajarte la fiesta en la madrugada antes de caer rendido en tu cama.

Es la clásica slider gringa: carne, queso amarillo, pan de papa y cebollas (que se caramelizan sobre la carne mientras se cocinan a la plancha 🤤). Tantán, no tiene nada más –ni jitomate ni lechuga ni pepinillos– porque no necesita nada más. Mayonesa, mostaza y cátsup opcionales. Para acompañar: tater tots, chelita, un chesquito o una maltespesa (malteada espesa) de un solo sabor. Para el postre: una dona recién hecha. Si vas en la mañana: huevito al gusto sobre las tater tots y café. Ese es todo el menú. Es breve, conciso, suficiente y a la vez audaz, firme en su idea de ofrecer una sola versión de hamburguesa: la mejor.

La Mr. Blanco’s es del tamaño de dos taquitos (de los de tortilla pequeña) y cuesta más o menos lo mismo. Es para todes y en todo momento, ¡es democrática y omnipresente!

Mr. Blanco's Burger
Slider y tater tots de Mr. Blanco’s Foto: Margot Castañeda, Chilango
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Mr. Blanco’s: una hamburguesería con alma de taquería

Al llegar a Ciudad de México, Daniel Delaney, conocido restaurantero, periodista gastronómico neoyorquino (VendrTV) y nominado en los James Beard Awards, se sorprendió al encontrar una ciudad “cosmopolita, con aire europeo y buen clima”, contó a Chilango. Llegó para distraerse de los tiempos difíciles que se enfrentó en Nueva York, como el cierre de sus restaurantes –Delaney BBQ y Delaney Chicken– y el diagnóstico de cáncer de su padre. Sin embargo, se acomodó en la ciudad y después de platicar con amigas restauranteras, como Scarlett y Jake Lindeman (Cicatriz Café) y Miwi (Pizza Félix), decidió abrir aquí la hamburguesería que tenía en mente desde 2009, Mr. White’s –que en México, y de la mano de Grupo Patagonia, se convirtió en Mr. Blanco’s.

Al darse cuenta de que la CDMX es una ciudad trasnochada y que la oferta nocturna se limita a tacos y derivados, quiso ofrecer una alternativa deliciosa. Por eso, Mr. Blanco’s no cierra nunca, está disponible las 24 horas los 365 días del año. Al menos así será cuando los restaurantes abran de nuevo en la ciudad. Mientras tanto, el servicio a domicilio nos acerca a sus hamburguesitas adictivas.

Daniel quiere que Mr. Blanco’s sea conocido por hacer las mejores sliders del rumbo, como las taquerías que se dan a conocer por “el mejor suadero” o “el pastor inigualable”. Por eso decidió poner solo una hamburguesa en su menú. “Los mejores restaurantes del mundo son reconocidos por algo en específico —dice—, por ser expertos en ese algo”.

Daniel Delaney. Foto: Jake Lindeman, cortesía de Mr. Blanco’s
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Las hamburguesas blancas

Daniel trabajó muchos meses en encontrar la mezcla ideal de carne, queso y pan para hacer la slider perfecta, pero sabe que esta hamburguesa gringa es tan clásica e histórica como un taco al pastor y la receta es ya universal. Eso sí, existe una conexión emocional entre ambos: de niño, él solía ir en un bote a comer sliders en un burger joint en New Jersey, uno de tantos que replicaron la idea original de White Castle –el creador.

La primera slider se sirvió en 1921, en un lugar llamado White Castle. Como en esa época la gente temía comer carne molida por miedo a enfermarse por alguna bacteria, White Castle decoró todo en blanco, desde las paredes hasta los uniformes, con el fin de transmitir la idea de higiene, limpieza y pulcritud. Funcionó. Una década después en E.E.U.U. proliferaon burger joints parecidos: White’s Diner, White Towers, White Rose System, etc. Casi cien años después: Mr. Blanco’s le rinde tributo.

Mr. Blanco's
Foto: Margot Castañeda, Chilango

Emprender en plena pandemia

Además de las dificultades comunes de abrir un restaurante en CDMX al mismo tiempo que aprende el idioma, las leyes y la cultura, Daniel se enfrentó al una ciudad cerrada por la pandemia de COVID-19.

Abrir en medio de una crisis sanitaria que ha devastado a muchos restaurantes fue difícil pero también le trajo ciertos beneficios. “Primero: es comfort food, accesible y barata ($39 por burger), lo cual es bueno para estos tiempos de economía difícil —cuenta—. Es un producto al alcance de todo tipo de personas”; de hecho, varios de sus clientes han sido repartidores de apps de entrega. “Eso es importante para mí porque nunca tendré un restaurante que mis empleados no puedan pagar y disfrutar”.

“Segundo: no me gustan las grandes inauguraciones porque complican la operación y además el restaurante se expone a críticas antes de que esté listo en su totalidad —dice Daniel—; eso nos permitió enfocarnos en la calidad y abrir cuando estábamos listos”. Para darse a conocer hicieron un concurso en Instagram para ganar una slider gratis al día durante un año. ¡Todo un éxito!, pues en su inauguración el 8 de mayo vendieron cinco veces lo previsto: ¡500 minihamburugesas! Una semana después ya tiene una comunidad fiel y las órdenes siguen llegando con buen ritmo.

Foto: Margot Castañeda, Chilango

Cuando volvamos a la normalidad, Mr.Blanco’s será “como un buen amigo en el que puedes confiar no importa qué, estará siempre en servicio”, tanto presencial como con entregas a domicilio (puedes ordenar directo en su página).

El menú pronto crecerá. Habrá maltespesas, es decir: malteadas espesas, donas recién hechas a todas horas, cervecitas e incluso botellas baratas de champaña (baratas: $300, más o menos). Además, la idea es abrir más sucursales, “ofrecer muchos empleos, buenos sueldos y quizá contribuir a que algún día quien quiera también sean dueño de sus propio restaurante”.

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Mr. Blanco’s:

Dónde: Río Lerma 97, Cuauhtémoc

Dónde pedir a domicilio: su página de Instagram o a través de Uber Eats, Rappi o Didi Food

Horarios: servicio a domicilio de lunes a domingo, de 12 a 23 h, será 24/7 en cuanto pase la contingencia por COVID-19

Cuánto: $39 (hamburguesa y tater tots) si las pides directo o las recoges en el local, $49 si las pides a través de Uber Eats, Rappi o Didi Food