Colmillo Masaryk es la primera parada en la expansión de este restaurante nacido hace cinco años en Monterrey y que, desde entonces, afianzó su fama entre los comensales regios. Una evolución natural en su cocina lo llevó a conquistar la Ciudad de México: mismo ADN pero algunos platillos nuevos. Esta steakhouse, en donde la variedad de cortes de carne (de primera) se cuecen con cuidadito y paciencia al carbón, ¡está con madre y llegó con toda la carne al asador! 🥩 🤤

Gerardo Soto es el chef principal y cofundador de Colmillo Masaryk, que próximamente también llegará a Guadalajara.É l es chilango pero desde hace 18 años vive en Monterrey. En sus palabras, su cocina es un “tutti frutti” de sabores golosos que encuentran su principal inspiración en la nostalgia de los taquitos del Huequito que se echaba con su padre cuando niño, o la cheese burger de McDonald’s.

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Pese a la elegancia de sus platos Versace (algunos), su diseño único —fue el primer restaurante negro en Monterrey— y que está ubicado nada más y nada menos que en Masaryk —una de las zonas de mayor plusvalía en la ciudad—, Soto tiene claro que no es el lujo lo que enamora sino el sabor. Por ello ha apostado por sabores supergolosos pero con toques únicos. Por ejemplo, el taco campechano japonés cumple con la grasabrosidad de cualquier taquito de calle, sin embargo, el secreto está en sus ingredientes: brisket de wagyu cross, longaniza de Michoacán y finger lime, el llamado caviar cítrico originario de Australia.

“La comida en Colmillo no es nada más que haya champaña y burbujas (…) mi reto personal, como head chef de la marca, es que vengan por la comida; es lo que te da permanencia en el tiempo. Si todo es glamour y happening, al final, ¿dónde está el pinche sabor?”. Esta frase resume lo que Gerardo busca para Colmillo Masaryk.

Un taco que ya es un sello de la marca es la quemada de filete de res con tuétano, un taco que literalmente hará que te chupes los dedos como dios manda. Así como puedes encontrar tacos y cortes de carne —como el Porter House—, también hay antojitos grasabrosos con mariscos, como el durito de camarón encurtido con salsa Valentina (ajá, la salsa Valentina que amamos los chilangos), acompañado con guacamole y salsa negra (receta del chef). Por esas ambivalencias de sabores e ingredientes es que el chef Gerardo Soto dice que su cocina “te caga o te embola“. Y, la mera verdad, sí. Spoiler alert: a nosotras nos encantó.

Colmillo Masaryk llega a la CDMX en un momento delicado para la industria restaurantera en la ciudad y el mundo. De acuerdo con cifras del sector, en la Ciudad de México y la zona metropolitana han cerrado al menos 13,500 restaurantes. Al contrario de muchos, la pandemia no frenó los planes de expansión de Colmillo; “en lugar de bajar la velocidad a primera, subimos a quinta”, dice Soto. ¿En dónde radica la seguridad para aventurarse? En palabras del chef, en la claridad que tienen de saber cuál es el ADN del restaurante.

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Para beber, hay coctelería de autor, agua mineral Topo Chico, cervezas y una gran variedad de vinos naturales.

Dirección: Aristóteles 124, Polanco.
Servicio a domicilio: no.
Horarios: lun-dom: 13 a 23 h.
Cuánto: $$$$ (más de $500); formas de pago: efectivo y tarjetas.
Accesibilidad: sí.
Pet-friendly: no.
Reservación: recomendable, vía OpenTable.