Abril comenzará en el Museo Universitario del Chopo con dos exposiciones dedicadas a la arquitectura y la escultura, que invitan al público a reflexionar desde lo cotidiano, lo social, lo colectivo, lo religioso e incluso lo personal. Cascabela de Pedro y Juana y Yo ya estuve aquí, pero ahora es diferente, de Edna Pallares, son las muestras que a partir del 6 de abril podrán visitarse en el inmueble de Santa María la Ribera.


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Cascabela (Pedro y Juana)

Pedro y Juana es el nombre que adopta la dupla conformada por Ana Paula Ruiz Galindo y Mecky Reuss para presentar su trabajo artístico. Su propuesta suele consistir en generar narrativas en los espacios por medio del análisis y de estudiar su vida a través del paso del tiempo. Desde la arquitectura y el diseño ellos construyen sistemas espaciales en donde la creación de objetos y/o elementos ornamentales funcionan como los epicentros de una constelación.

A partir de las dos emblemáticas torres de la fachada del edificio del Museo Universitario del Chopo de la UNAM, el colectivo planteó una narrativa en la que destacó su semejanza formal con un campanario y todo lo que este tipo de espacios implican.

Foto: Cultura UNAM

Esta reflexión disparó el proceso de analizar las campanas de otros edificios y repensarlas como instrumentos sonoros de la vida cotidiana, dotados de una fuerza simbólica secular y religiosa. Al mismo tiempo, como herramientas que a partir de su sonoridad convocan, anuncian, alertan y reúnen. Para la dupla de creadores es crucial el vínculo de las campanas con los claroscuros del catolicismo.

De este modo, Pedro y Juana establecieron una correspondencia entre la campana y el ayoyote, esa semilla hueca que, en nuestro país, ha tenido un uso ritual como instrumento de percusión. Con ese sonido tan particular, comparable con el de una serpiente o el de la lluvia, los ayoyotes se han empleado para realizar rituales, por ejemplo, en las piernas de los danzantes llamados “concheros”.

El ayoyote funciona como un elemento clave en la construcción de cierto imaginario, en un potente contraste donde el edificio del museo tiene su origen en la época de las ferias universales como foros donde se exhibieron los logros de la edad moderna e industrial. En este entrecruce de herramientas sonoras y funciones sociales, Pedro y Juana crearon un escenario donde el ayoyote toma el lugar de pistilos en las flores de tela que sustituyen a las campanas. El sonido del ayoyote rememora la sonoridad del badajo ausente.

Foto: Cultura UNAM

En Cascabela cohabita la arquitectura moderna del Chopo y la poética de la ficción (a partir de las campanas). La resonancia de la campana o del ayoyote no requiere traducción, comunica a través de una memoria colectiva sus distintas alusiones y significados.

La caída pausada de los ayoyotes activan el espacio, es como una metáfora que se origina en la flor al abrirse, que se levanta y se detiene, en el ritmo de una danza creada para un presente donde se vuelve necesario imaginar otro tipo de paisajes sonoros y sociales. Podrá verse en la Galería central, a partir de 6 de abril 2024.

Yo ya estuve aquí, pero ahora es diferente (Edna Pallares)

En una búsqueda sobre temas de la memoria colectiva e individual, Edna Pallares (Cdmx, 1965) ha ejercido su práctica como artista durante más de tres décadas. Una de las claves para entender su código es el término “patrimonio horizontal” que nos remite a varios puntos, entre ellos: a reconocer el valor en las cosas ordinarias, a la importancia del verbo habitar y experimentar con el cuerpo físico “las estructuras sociales y emocionales de los objetos comunes”.

Si bien Edna Pallares es conocida principalmente por su trabajo escultórico, en esta exposición, nacida en la pandemia por Covid-19 en 2020, se reúne una parte significativa de su obra reciente de dibujo en grafito, tinta y acuarela.

Foto: Cultura UNAM

Originado desde sus viajes internos, personales, el conjunto de piezas permite apreciar la conexión formal y conceptual entre su trabajo bidimensional y tridimensional que resulta en formas de cielos, rayas o círculos, incluso realiza dibujos con la luz que cae sobre líneas gruesas recortadas.

Además de recuperar o convocar la materialidad de lo cotidiano, la obra de Pallares reflexiona sobre el gesto, el lenguaje, lo simbólico y el pensamiento.

Para mayor información consulta: chopo.unam.mx

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