A un viaje de aproximadamente cuatro horas desde CDMX se encuentra San Miguel de Allende, Guanajuato, destino reconocido por la UNESCO como Ciudad Patrimonio. Se trata de un sitio ideal para una escapada de fin de semana que en esta temporada de Día de Muertos se prepara para recibir no solo a las almas que llegan desde el Mictlán, sino también a miles de turistas en busca de disfrutar de su oferta cultural, gastronómica y arquitectónica.
Chilango recorrió San Miguel de Allende durante los preparativos para Día de Muertos con el fin de conocer lo que tiene preparado este año.
¿Dónde hospedarse en San Miguel de Allende?
Como base de operaciones, nos quedamos en Casa Hoyos, un hotel boutique que combina historia y modernidad. Fue inaugurado recién en 2020 y diseñado por Andrés Gutiérrez. Sin embargo, se encuentra en un inmueble del siglo XVII, protegido por el INAH, que en su momento fue la primera casa de cambio de la ciudad.
El hotel se ubica en la calle de Mesones, a tan solo unas cuadras de los principales espacios turísticos, como la Parroquia de San Miguel Arcángel, el Jardín Principal, el Parque Benito Juárez, el Mirador y el Mercado de Artesanías. Es un espacio bien ubicado para moverse a pie y poder recorrer todas las atracciones de la ciudad en una sola escapada.
Actividades de Día de Muertos en San Miguel de Allende
Durante esta temporada de Día de Muertos, el simple hecho de caminar por las calles de San Miguel de Allende se vuelve un recorrido por los principales elementos de esta festividad que mezcla elementos prehispánicos y coloniales.
Los jardines se encuentran adornados por flor de cempasúchil, mientras que las casas y negocios lucen en sus fachadas artesanías de cartonería que representan calaveras, catrinas y otros elementos típicos de día de Muertos.
Durante el recorrido se pueden observar las ofrendas que habitantes y comercios prepararon para recibir a sus ancestros. Por supuesto, está la ofrenda de la propia Casa Hoyos, que en este año 2025 está dedicada a Celia Hoyos Dobarganes, abuela de la fundadora del hotel, Vianey Torres.
El altar para doña Celia, creado por la diseñadora Karla Orozco, combina elementos prehispánicos y coloniales, concepto que se repite en la arquitectura de todo el hotel. Incluye un arreglo de flor cempasúchil combinado con flor de terciopelo. También tiene un crucifijo que perteneció a Celia para representar los ritos católicos, así como una figurilla de Chalchihuitlicue, esposa del dios Tláloc, en representación de los ritos de nuestros pueblos originarios.
En cuanto a su cartelera cultural, entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre San Miguel de Allende tendrá presentaciones de ballet, música, poesía, teatro con títeres, conciertos y exhibiciones de ofrendas en su Jardín Principal. También habrá una proyección de la película Coco en el Parque Benito Juárez y un desfile desde el Cardo hasta el Jardín Principal.
Por supuesto, como parte de la escapada, no puede faltar una visita a la Parroquia de San Miguel Arcángel, que luce una arquitectura al más puro estilo gótico europeo.
Por otro lado, en la Plaza Cívica se encuentra una estatua a Ignacio Allende, personaje que desde esta comunidad desempeñó un papel clave para la Independencia de México.
En honor a Ignacio Allende también está el Museo Casa Ignacio Allende, que cuenta la vida y obra del personaje.
Además, el mejor lugar para llevar recuerdos de San Miguel de Allende es el mercado de artesanías. Aquí se encuentran los tradicionales milagritos de metal, madera y bordado, típicos de la región. También hay joyería de plata, bordados textiles y muchas más piezas a precios accesibles.
Gastronomía y mixología
Otra de las ventajas de hospedarse en Casa Hoyos es que también cuenta en su interior con Comité. Se trata de un restaurante que se especializa en la cocina a la leña.
Para desayunar se pueden encontrar opciones como huevos a la cazuela, chilaquiles, pan francés, fruta, jugo de naranja y café. Para la comida hay ceviche de cerdo, ensalada de quinoa y más proteínas y vegetales.
En la cena, pudimos degustar un tartar ahumado de lomo de res, una chuleta de cerdo, polenta fresca, tartar de betabel rostizado y tubérculos a la leña.
Aunado a ello, Casa Hoyos cuenta con Tonana, un bar recién inaugurado en la terraza del inmueble. El lugar ofrece un menú de tragos diseñado por Óscar Valle, de Licorería Limatour.
Cuenta con una vista privilegiada del centro de la ciudad.
Además, se puede observar el atardecer y la forma en que el sol se va ocultando detrás de las torres de las iglesias y demás construcciones de la ciudad, cuya fundación data de 1555.
Toda la decoración del espacio está cubierta por tezontle. “El piso y las parades son de Teozntle. Cuando llegaron los españoles, tiraron las pirámides y usaron el tezontle con el que estaban cubiertas para forrar las casonas coloniales y las iglesias, explica a dueña y fundadora del hotel, Vianey Torres, al referirse al simbolismo detrás de la decoración.
El concepto de Casa Hoyos alude a la fusión entre lo prehispánico y lo colonial como elementos conformadores de la identidad mexicana, pero también de la celebración de Día de Muertos.
“La parte baja del hotel tiene a la Virgen de los Dolores. Y arriba tenemos a una diosa prehispánica, que es Coatlicue”. La transición de Coatlicue a la Virgen de Guadalupe se dio cuando llegaron los franciscanos”, comenta mientras señala una enorme iglesia franciscana aledaña al inmueble.
Vianey es la nieta de Julián Hoyos, quien en 1910 llegó a San Miguel de Allende. En el mismo edificio que ahora alberga el hotel, Julián Fundó Casa Hoyos, la primera casa de cambio de la ciudad.
Casa Hoyos mantiene en su fachada la arquitectura original del inmueble, que data del siglo XVII. Sin embargo, sus habitaciones son acogedoras y modernas. Aquí se mezcla identidad e innovación. A la par de lo moderno, se rememora nuestro pasado y nuestros orígenes, del mismo modo que lo hace la celebración de Día de Muertos.
