Ticuchi abrió en 2019 como una mezcalería fina (fina: con selección perrona de mezcales artesanales y coctelería y comida nivel Enrique Olvera), de ambiente fiestero (puro cumbión del bueno en la playlist) y con la memoria histórica del primer Pujol, pues se edificó en el mismo local donde el restaurante estuvo durante más de quince años. La pandemia de COVID-19 llegó, el bar cerró y más de dos meses después regresa, con nueva imagen y nueva oferta: La ventana del Ticuchi.

Es, literal, una ventanita donde se vende comida y bebida rápida, o sea: para comer rapidito, de pie y guardando su sana distancia con las otras comensales, o para llevar. O para llevar comiendo, claro. Este nuevo negocio es la cara diurna de Ticuchi, que esperamos que vuelva a abrir con su fiesta cumbiera algún día.

La ventana del Ticuchi. Foto: Araceli Paz, Grupo Enrique Olvera

Hay tamales, tortillas, guisados y caldos que cambian diario, donas, aguas frescas, postres y café. Además, para llevar a casa, hay una selección de mezcales artesanales (que cambia según disponibilidad), con varias de las joyas agaveras que consigue el Grupo Enrique Olvera, café en grano, postres y abarrotes –de los brillantes proveedores del grupo y algunos artículos hechos en casa–.

La ventana del Ticuchi. Foto: Araceli Paz, Grupo Enrique Olvera

Qué está rico

El menú cambia todo los días pero hay un platillo que ya está convirtiéndose en la insignia del nuevo lugar de Enrique Olvera por lo sabroso y cómodo que es: el tamalito de esquites –que estará siempre en el menú– con mayonesa de chile pasilla mixe y queso prensado de Rancho Cuatro Encinos. Es literal un tamal porque está cocido dentro de un totomoxtle, aunque no es masudo como te imaginas: tiene varias texturas de maíz y al final sabe como unos buenos esquites –aunque sin caldo– y un poquito mejor, pues se come con la famosa mayonesa de café con hormigas chicatanas de Pujol, quesito desmoronado y limón. Ni le falta el chile en polvo del que pica porque la mayonesa ya es un poquito picosa (¡excelente servicio! ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️).

El resto del menú tiene garantía de Enrique Olvera, como Pujol, Eno y Molino “El Pujol”: el maíz es criollo, nixtamalizado y procesado en casa y todos los ingredientes son de alta calidad y de comercio justo (directo con los productores); algunos que viajan desde Oaxaca u otras zonas del país y otros más son de aquí cerquita, en la Ciudad de México.

La ventana del Ticuchi

Dónde: Francisco Petrarca 354, Polanco

IG: @laventanadelticuchi

Horarios: lun-dom:13-21 h

Cuánto: $$ ($200-$500), tc: todas