Noches chilangas de música disco
Por: Colaborador
Tlatelolco se convierte, varias veces al año, en una máquina del tiempo donde regresa la música de los años setenta. Zapatillas de plataforma, pantalones acampanados, vestidos glamorosos. Aquí los jóvenes no son los amos de la pista: los verdaderos maestros del baile son las personas que vivieron esa década y llegan de toda la capital a divertirse.
Disco
Una bola de espejos te recibe, la música de DJ Katana suena a todo lo que da y una pista iluminada con luces de neón sirve para que la gente saque sus mejores pasos. Los más osados hacen coreografías y los que no, simplemente se mueven de un lado a otro al ritmo de KC and the Sunshine Band o Gloria Gaynor. Alrededor de la pista hay mesas para que disfrutes una cerveza, una cuba libre y una torta de jamón. También hay chicharrones de harina, sandwichitos y coñac, combinaciones tan eclécticas como la gente que viene a este lugar.
Alrededor de la pista hay gente observando. Platicamos sobre lo que pasa ahí: “Yo vengo desde hace dos o tres años” dice uno “Hay gente que viene cada vez que se organiza y uno ya identifica cuáles bailan bien y cuáles no. El tipo que está en la pista -un señor de pelo canoso, vestido con una playera negra ajustada– es de los que mejor baila. También esa señora de allá, la que tiene el vestido rojo. Ellos mandan en la pista y vale la pena mirarlos”.
Efectivamente: la gente hace un círculo para verlos bailar. Otros, se agregan al grupo para aprender los pasos. Todos, sin excepción, se ven felices: no importa si se equivocan al dar una vuelta, ríen durante toda la noche.
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Quien organiza es Roberto Herrera, un hombre amable que nos explica sobre la Noche Disco: “yo antes organizaba fiestas donde ponía música de los ochenta. Pero la música disco es más divertida ¿sabes? la gente realmente la disfruta. Lo hago cada vez que puedo: cada tres o cuatro meses. La próxima fiesta es el 10 de mayo y decidí que las mujeres entrarán gratis, ¿que por qué? Nada más: la gente mayor es bien agradecida y bien portada. Aquí no se tiene que hacer mucho por ellos, buena música y listo, se organizan solos”.
Le preguntamos sobre las personas que liderean la pista: “No sé quienes son. Un día llegaron y se pusieron a bailar. Lo hacen tan bien que ya tienen sus fans. Esto no es como un antro: aquí no vienen a ligar o a ver si salen con pareja; como puedes ver, la mayoría de la gente tiene más de 50 años. Pero cada vez se acercan más jóvenes a aprender: los setenta fueron una década muy diferente en todo, en la música, en la manera de vestir. Yo la verdad me divierto muchísimo”.
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En el lugar hay cerca de 1000 personas. Pero Roberto nos explica que a veces llegan más de 2500. La entrada cuesta 100 pesos pero no estás obligado a consumir nada adentro: si sólo tomas un refresco en toda la noche, tienes el mismo derecho de tener mesa que si pides una botella, aunque con tanta gente es muy difícil asegurar que puedas conseguir una.
Nos alejamos un poco, DJ Katana sigue mezclando con viniles originales y vemos cómo la gente ríe con sus amigos. Comienza el show de Víctor Jackson -un imitador del Rey del Pop- y todos aplauden. Y pensamos que sólo en la Ciudad de México puede haber algo tan nostálgico y divertido como esto.
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¿Te animas a ir la siguiente vez?
¿Dónde?
Centro de Convenciones Tlatelolco
Manuel González 171
Entre Lerdo y Eje Central
Col. San Simón Tolnáhuac
