El 22 de marzo se dio a conocer que espacios públicos como cines, teatros y museos permanecerían cerrados ante la emergencia sanitaria por el coronavirus. Desde entonces, las industrias de entretenimiento cambiaron y comenzó la lucha del cine mexicano ante el COVID-19.

La cuarentena empezó a sentirse más real cuando las cadenas más importantes de la CDMX anunciaron su cierre. Muchas películas cancelaron o recorrieron su estreno, algunas se fueron directo a plataformas digitales y otras más pararon su producción. Los espectadores están muy pendientes de lo que sucede con Hollywood, pero ¿qué pasa a nivel nacional?, ¿qué ocurre con la industria fílmica en nuestro país?

Te recomendamos

El cine mexicano ante el COVID-19

El 20 de mazo, la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (Amacc) expresó en un comunicado que “productores, distribuidores y exhibidores independientes verán seriamente afectadas sus posibilidades de sobrevivencia en un mercado casi paralizado. El golpe a nuestra situación financiera profesional y laboral es y será profundo en los meses por venir”.

La Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica en México no se quedó atrás. El 26 de marzo dio a conocer que habían “detenido en su totalidad la filmación y producción en nuestro país de varios proyectos, afectando aproximadamente a 25,000 personas”.

En consecuencia, el panorama no era nada favorecedor. Sin embargo, hay algunos trabajadores de la industria que no lo ven como una catástrofe, sino como una oportunidad de encontrar nuevas maneras de llegar a la gente.

Adaptarse o morir

Eleonora Isunza, codirectora del festival Cinema Planeta, comentó en entrevista que lo más importante del cine mexicano ante el COVID-19 es saber adaptarse. “Sin lugar a dudas, el que sepa brincar esta ola y el que pueda ver para enfrente va a crecer muchísimo”.

Cinema Planeta, de perspectiva ambientalista, se caracteriza por poner el ejemplo y esta vez decidió no cancelar ni posponer su edición del 2020, consciente de la importancia de la oferta cultural en estos momentos. En cambio, aprovechó para abrir su plataforma Idea Planeta.

Te recomendamos

Eleonora comenta que tenían dos años pensando en este espacio en línea y la situación actual con el coronavirus les sirvió como impulso para lanzarla. Así que desde el 22 de abril y hasta el 5 de junio se realiza la edición 12 de Cinema Planeta, ahora en línea. En ella puedes encontrar una selección de películas presentadas en ediciones anteriores que generaron grandes acciones ciudadanas.

cine mexicano ante el covid-19
Foto: Cinema Planeta

Y no son el único certamen en ver una gran oportunidad en el streaming. Ambulante fue de los primeros en posponer su muestra física y, al mismo tiempo, creó una plataforma digital para mostrar películas. El Festival Internacional de Cine de Morelia hizo lo mismo presentando varias películas en línea y de manera gratuita.

Y no solo los festivales han tenido que evolucionar en esta lucha del cine mexicano ante el COVID-19. Los cines y exhibidores también cambiaron y algunos crearon su propia propuesta virtual. Ahí está Tonalá TV (creada por Cine Tonalá), Casa Caníbal y La Casa del Cine, por mencionar algunas.

El streaming no es la respuesta a todos los males

No es ninguna sorpresa que, con toda esa oferta, los hábitos de los espectadores cambien durante la cuarentena. Ante esto, surge la duda de si la gente querrá regresar a las salas de cine cuando la emergencia sanitaria termine. ¿Las salas de cine morirán después de la crisis o tendrán un espectacular resurgimiento?

Bruno Santamaría, director de la película Cosas que no hacemos, comenta que en este contexto de cuarentena “se genera interacción con el cine de una manera distinta. Quizás de entrada nos puede chocar porque es algo nuevo, pero me parece que tiene sus consecuencias positivas”.

El cineasta iba a participar en la edición de este año de Ambulante; sin embargo, decidió no dar su película para la muestra en línea porque cree en la importancia de ver el producto terminado con las personas con las que lo hiciste.

A pesar de todo, ve el lado positivo del cine mexicano ante el COVID-19. Los festivales año con año tienen un público asegurado, pero ahora “parece que se están acercando a públicos a los que nunca antes habían podido llegar. Entonces, de alguna manera también se está ampliando quizás para el futuro el panorama de espectadores que asisten a estos encuentros”, comenta.

Te recomendamos

Eleonora Izunsa, de Cinema Planeta, también considera que estos servicios en línea solo son un medio más de apoyo, pues nada puede reemplazar a la experiencia de estar ahí.

“Esa es la virtud del festival, que no lo tiene muchas veces una plataforma, esa plasticidad. Los festivales somos respuesta de lo que se vibra. En ese instante la gente llora, aplaude, la gente se sale del cine y te deja la sala vacía. En ese instante suceden muchas cosas y eso es algo riquísimo”.

Además, es importante mencionar que en este contexto de cuarentena no todas las respuestas se engloban en el streaming. Muestra de ello, el proyecto Todos Juntos de Ecocinema, el cual lleva esta forma de entretenimiento a distintas unidades habitacionales de la ciudad. Frente a los edificios, se monta una pantalla inflable de siete metros.

También está el Autocinema Coyote, que fue de los últimos cines en cerrar su espacio físico. No se quedaron mucho tiempo paralizados, como dice Rosario Borbolla, gerente de programación: “nuestro objetivo siempre ha sido vender experiencias, diversión, entretenimiento y que todos se la pasen bien. Entonces pensábamos qué podemos aportar a la situación que estamos viviendo.”.

Así fue como nació el proyecto Azotea Coyote, con el cual llevan la experiencia del cine de manera gratuita a los habitantes de la CDMX. Consiste en utilizar una pared o fachada de algún edificio como pantalla, para que las personas puedan disfrutar de una buena película desde su ventana.

Te recomendamos

La cultura es el futuro

No hay duda de que el cine mexicano ante el COVID-19 sufrirá grandes pérdidas económicas y que el daño todavía es incalculable. Sin embargo, tal y como lo menciona la Amacc, resulta paradójico que “en estos momentos de crisis global y de la necesidad sanitaria de aislarse, son las expresiones de la cultura: cine, literatura, música y otros modelos de entretenimiento audiovisual, los que devienen uno de los más preciados bienes colectivos”.

Así que no importa si cambian o se transforman, estas industrias son las que nos salvan de no perder la cabeza en el aislamiento y es muy importante que ahora, más que nunca, se reconozca el papel fundamental de la cultura para nuestra ciudad y nuestro país.