Aquí pruebas lo mejor de dos mundos: abajo está la cantina vieja, ahora familiar pero aún bohemia, donde los eternos clientes beben su cuba bien servida y comen caldo de camarón y mojarra frita, la botana de todos los días.

El mesero amigo, la plática de fut con el de junto, los tríos de romántica que van de cantina en cantina, la carta que ofrece mole de olla, enchiladas suizas y caldo tlalpeño para agarrar fuerzas antes de viajar al otro mundo.

Arriba, la oscuridad. Apenas unos farolitos y el brillo de los metales de la orquesta (a partir de las 20 h) que toca salsas y tropical para bailar con la mesera o la invitada en turno. Después de la Dos Naciones no volverás a ser igual.

TIP: No puedes perderte los tacos de paladar del puesto de junto. Un aliviane después de tanto baile.

Botana: 13 h hasta que se acabe.