Desde la medianoche, en la entrada del lugar se pueden ver tumultos queriendo acceder, pero los cadeneros hacen bien su chamba y, si no les late, no te dejan pasar. Los viernes Envy está destinado a reventar con la comunidad gay y los sábados, el antro se vuelve buga y cambia su nombre a James, aunque eso no modifica la dinámica de acceso ni la fiestota de adentro.

El lugar es un espacio minimalista con juegos geométricos entre rojo y negro. Hay salitas por todos lados y un exhibidor de botellas gigantes de champaña a lo largo de una de las paredes. El antro ofrece todo tipo de tragos y, aunque no tiene una bebida de casa, recomiendan el martini de manzana o el tradicional Lamborghini, preparado con baileys, amareto, granadina, curaçao azul y vodka; se flamea con licor de naranja.

Pantallas de video y el DJ –que en una plataforma elevada mezcla pop en inglés y español– te prenden durante toda la noche. A este lugar asiste todo aquel que tiene veintitantos, la mayoría, guapos y guapas. Es ideal si lo tuyo es el ligue o si quieres pasar una noche de bebedera con tus amigos más reventados. Si quieres mesa, debes consumir una botella y hacer reservación.

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