“Le doy gracias a la Virgencita por nunca sufrir algun incidente en mi carrera d luchador”, dice un exvoto atribuido a El Santo, ícono del ring y del cine mexicano, con fecha de 1960. Pero, ¿qué son exactamente los exvotos? Tal vez los has visto alguna vez: son pequeñas pinturas llenas de color que combinan arte ingenuo, relatos de vida y una profunda devoción religiosa.
Según Nydia Mirna Rodríguez Alatorre, del Museo de la Basílica de Guadalupe, “los exvotos son objetos materiales traídos en agradecimiento a Dios y no son exclusivos del cristianismo”.
Con más de 500 años de historia, narran milagros cotidianos como enfermedades superadas, accidentes evitados o migraciones, todo con un estilo único: textos mal escritos, escenas coloridas y agradecimientos a santos o a la Virgen de Guadalupe.
En la actualidad, puedes toparte con exvotos en tianguis y museos de la CDMX. Si te da curiosidad este arte popular lleno de fe e historias, en Chilango te contamos qué son y dónde puedes verlos.
¿Qué son los exvotos?
Los exvotos son pequeñas joyas narrativas que combinan arte popular, testimonio social y una profunda devoción. Son conocidos por provocar carcajadas por la sinceridad de sus textos y por la intensidad de retratar lo vivido. Son relatos visuales que documentan desde travesías migratorias hasta enfermedades vencidas y accidentes esquivados por un pelo. Eso sí, contados sin una gota de censura.
Según Nydia Mirna Rodríguez Alatorre, cada exvoto es una obra hecha por manos creyentes como agradecimiento por algún suceso extraordinario en sus vidas.
En el Museo de la Basílica de Guadalupe hay más de 700 de estas ofrendas dedicadas a La Morenita del Tepeyac
“Los exvotos son objetos materiales traídos en agradecimiento a Dios y no son exclusivos del cristianismo. Es una costumbre que viene desde nuestros ancestros, en la cual había una necesidad de comunicarse o de agradecer a Dios a través de una ofrenda”, informa.

Exvotos en México, más de cinco siglos de historia
Los exvotos tienen su origen en México alrededor de 1519. ¿Te suena la fecha? Justo el año que marca la llegada de Hernán Cortés a las costas de Veracruz con planes de conquista. Desde entonces, los exvotos se entrelazaron con la historia, convirtiéndose en símbolos entrañables del folclore y la fe del pueblo.
“Nace desde que llegaron los europeos. Son pequeñas pinturas que narran diversos milagros. Donde se narra la historia de dichos milagros, acompañada de una cartela en la cual podemos ver un lenguaje que viene lleno de faltas de ortografía”, explica Nydia Mirna Rodríguez Alatorre.
Un ejemplo encantador es el exvoto escrito en 1941 por Aurelia Huerta, originaria de Puebla. En su ofrenda, la señora Aurelia plasmó con ternura y sin preocuparse por la ortografía: “doy Grasia a la Virjencita por averme curado de mi segera y asi pude cocinar para el casario.”
Este testimonio poblano refleja una mezcla libre de mayúsculas y minúsculas, sin signos de puntuación y con varias palabras escritas tal como suenan: “Grasia” en lugar de “gracias”, “averme” por “haberme”, y “segera” en vez de “ceguera”.
Más allá de la forma, lo que conmueve es el fondo: Aurelia agradece a la Virgen por devolverle la vista, lo que le permitió cocinarle al “Casario”, un personaje que, en dicho escenario, podría referirse al hombre vestido con manta, sombrero y de un gran bigote.

Características de los exvotos
Como ya se mencionó, un exvoto es una pequeña pintura acompañada de una cartela donde se relata el milagro vivido por el devoto. Según la coordinadora del Museo de la Basílica de Guadalupe, estas piezas no solo son testimonio de fe, sino también retratos íntimos de la vida cotidiana.
“Las pinturas eran encomendadas a un pintor. Generalmente, tenían sus negocios en los cuales uno llegaba, le contaba a esta persona la historia del milagro, él la traducía en una escena pictórica, y se acompañaba de la cartela con el nombre del pintor”.
Muchos exvotos eran hechos con materiales comunes, como papel, lápices de colores o pintura acrílica. En ellos se incluía el nombre de quien ofrecía la ofrenda, el año en que fue elaborada, la descripción del milagro, el santo al que se encomendaban… y, claro, una escena que capturaba todo el momento.
Un ejemplo llamativo es el exvoto titulado “DE II A III CAÍDAS. SIN LÍMITE DE TIEMPO”, supuestamente encargado por El Santo, el mítico luchador y actor mexicano. Este exvoto está montado en un cuadro con fondo decorado con los clásicos juguetes de luchadores, y en él, el Enmascarado de Plata agradece en 1960: “le doy gracias a la Virgencita por nunca sufrir algun incidente en mi carrera d luchador”. Un gesto de fe enmascarado en el colorido mundo de la lucha libre.

Lugares donde podrías encontrar exvotos en la CDMX
Aunque en la CDMX hay colecciones formales de exvotos, como la del Museo de la Basílica de Guadalupe, la verdad es que estas piezas también aparecen en los lugares más inesperados: entre montones de chácharas en los tianguis. Así ocurrió con un exvoto hallado en el Tianguis de Antigüedades de la colonia Doctores, que cuenta la historia de alguien que se trepó a un ferrocarril desde México con la esperanza de cruzar al otro lado… y casi lo logra de forma bastante literal.
El exvoto, con faltas de ortografía y adjetivos, dice: “Doy gracias a la Virgencita que me salbo del madraso que me di cuando me cai del fierrocarril cuando me fui de mojarrin a los unites states y me cai ahí en Chihuahua”, el cual fue hecho por Ceferino Rodríguez Treviño el 11 de septiembre de 1958.
Si un día caminas por un tianguis, como La Lagunilla o el Jardín Pushkin, abre bien los ojos, pues quizás te encuentres con una de estas ofrendas.

Fotos de los exvotos más curiosos que verás



