En una tranquila calle de San Ángel se encuentra uno de los recintos más importantes para entender la vida y obra de dos de los artistas más influyentes de México: la Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo. Este espacio es un ejemplo pionero de arquitectura funcionalista en América Latina.

El complejo fue diseñado en 1931 por Juan O’Gorman a petición de Diego Rivera. La construcción terminó en 1932 y está compuesta por dos casas independientes: una para Diego y otra para Frida unidas por un puente. La pareja no habitó el espacio sino hasta 1934, tras su regreso de Estados Unidos.

Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo

Durante su estancia en esta casa, Frida Kahlo creó algunas de sus obras más emblemáticas, como Lo que el agua me dio y El difunto Dimas. En 1941, Frida volvió a la Casa Azul de Coyoacán tras la muerte de su padre, pero su tiempo en esta casa fue clave para su consolidación como artista.

Diego Rivera, por su parte, vivió aquí hasta su muerte en 1957. Fue en este estudio donde pintó la mayoría de sus obras de caballete y donde reunió parte de su extensa colección de arte prehispánico, popular y objetos como Judas, calaveras y artesanías mexicanas.

El estudio de Diego Rivera

El estudio de Diego fue construido con una doble altura, ventanales enormes que dejaban pasar la luz natural y una temperatura adecuada para pintar. Además de su recámara y baño original, se pueden ver sus pinceles, muebles y materiales de época, así como una sala donde se reunía con amistades, artistas y políticos.

En su estudio también se exhibe el retrato de Dolores del Río, una obra que pintó durante una de las visitas de la actriz, muestra del profundo vínculo que Rivera mantenía con la comunidad artística y cinematográfica.

La casa de Frida, aunque más íntima, también refleja su personalidad. En la planta baja hay un cuarto de lavado, y en el piso superior se puede ver una pequeña cocina, comedor y sala, pensados como espacios de vida y creación.

Museo y legado

Desde 1986, la Casa Estudio funciona como museo bajo resguardo del Instituto Nacional de Bellas Artes. Aquí se pueden ver obras originales, bocetos, fotografías, documentos personales y una muestra del contexto en el que ambos artistas vivieron y trabajaron. Además, el espacio se ha convertido en centro de investigación y difusión cultural.

Hoy, recorrer este lugar es asomarse a la intimidad de dos figuras que marcaron la historia del arte en México. Ya sea por su valor arquitectónico, su riqueza visual o su potencia simbólica, la Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo es un lugar imprescindible para cualquier amante del arte y la historia.