Bosé: el Bowie hispano

Lee otra vez esa frase y, antes de enojarte, mira acá abajo para convencerte de lo mucho que vale la pena ir a ver al Miguel Bosé este 23 y 24 de abril al Auditorio Nacional.

Cada vez que quiero ver el mundo arder, empiezo un juego. No importa si estoy en una fiesta, en una reunión chiquita, en un antro con desconocidos, siempre funciona: al menos una persona me retira el habla, lo cual es, por supuesto, un éxito.

El juego va así: elijo a una persona, casi siempre a la que me parece más conflictiva, y le digo lo siguiente: “¿Estás de acuerdo que toda celebridad anglosajona tiene una versión hispanoamericana?”. Casi siempre por respuesta tengo una mirada de sospecha.

Lx lectorx suspicaz sabrá darme la razón, y sabrá también encontrar decenas, acaso cientos de ejemplos que comprueben mi tesis: podemos decir, por ejemplo, que La Ley es el Coldplay latinoamericano; que Soda Stereo es los Beatles; que Yuri es la Madonna (y la Rafaella Carrá y la Kylie Minogue y la Lady Gaga), etcétera. Pero siempre, llegada esa mirada de sospecha, suelto un ejemplo garantizado para incendiarlo todo; digo: “Por ejemplo, Miguel Bosé es el David Bowie hispanoparlante”. 

Lo que ocurre de inmediato es que la persona que hasta ese momento me escuchaba con cierto respeto, explota (es ahí donde comienza la diversión): ¿cómo te ATREVES a equiparar a Miguel Bosé, ese cantantete gachupín, con el GRAN David Bowie, el visitante del espacio? ¿CÓMO? Empiezan las peroratas, los reclamos, las supuestas evidencias de que no hay punto de comparación. La cosa es que, cada vez que la otra persona me esgrime un algo que David Bowie hizo muy bien, resulta que Miguel Bosé lo hizo igual de bien, si no es que mejor.

Empezamos con algo como: pero a ver, es que Bowie revolucionó la música. ¿Y qué me dicen de Bosé? El pop en español no podría ser lo que es sin Bosé, desde la onda italiana de los ochenta (que él incorporó con especial enjundia), hasta la profundidad del Bajo el signo de Caín, pasando por los duetos con incontable celebridad.

Luego viene otra, mi favorita: David Bowie supo reinventarse en cada disco, llegando al punto de hacerse pasar por un alien. Bueno, respondo, Bosé fue diablito, fue pelipintado, tiene, a sus 68 añotes, la audacia de salir maquillado; ha sido el pop más bisexual, allá en el “Amante bandido” (hablando de espectros: Miguel no tuvo que inventarse un alienigenismo para expresar su sexualidad); ha sido pionero en géneros como el trip hop con el Velvetina; ha hecho rock, ha hecho balada y hasta mariachi. ¡Pero Bowie actuó! Pues Bosé ha aparecido en más películas: veintitantas.

Para este punto, la persona que discute, que defiende a Bowie frente al “ataque” de compararlo con Bosé, tiene los colores en el techo. No existe prácticamente ningún argumento que demuestre que Miguel Bosé no es el David Bowie hispano (y franco) parlante.

Ambos intelectuales que supieron vestir sus ideas de pop; ambos cantan fatal y aún así; ambos fueron conocidos por relaciones con supermodelos (que, dicen muchos, sirvieron solamente para ocultar… cosas). Vaya: incluso los dos tuvieron sus episodios de ¿rareza? política. Y en ese sentido, hay que decir que es mucho menos grave ser antivaxxer que fascista. 

A estas alturas del juego pasa una de dos cosas: la persona con la que discuto se va, sulfurada, y me deja de hablar para siempre (¡éxito!), o la persona entiende el chiste, y empieza la larga lista de comparaciones, en la cual no entraré porque si esto ocurre, perdí el juego.

Lo que a mí me interesa, ante todo, es que de este juego siempre resulta alguien que ve a Bosé de otra manera, acaso como lo veo yo: como esa voz que sonaba en el estéreo de mis papás, como esas canciones que a mí me hicieron infancia y adolescencia, como ese personaje complejísimo, que demuestra que el pop puede ser mucho, muchísimo más, que plástico.


Miguel Bosé en el Auditorio Nacional

Si ya te dieron ganas de ir a ver a Bosé, ve este 23 y 24 de abril, y el 14 de mayo, a las 20:30 al Auditorio Nacional, aún quedan algunos boletos.

No te pierdas su gira Bosé Importante Tour en 2025 y 2026, que ha tenido localidades agotadas en la CDMX, pero siguen abriendo fechas.

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