Axolotitlán, Museo del Axolote, es el hogar de Gorda, la ajolote hembra que inspiró el billete de $50.
En 2022 los ‘ajolopesos’ obtuvieron el Premio al Billete de Banco del Año. Y la imagen que aparece en el billete es la de Gorda, una ajolote hembra silvestre de coloración parda perteneciente a Axolotitlán, un espacio que además de museo, funciona a como un refugio para estos anfibios y como un espacio de difusión sobre su importancia cultural, ecológica y científica.
Checa también: AdoptAxolotl, la campaña en la que puedes adoptar un ajolote e invitarlo a cenar
Historia de Gorda, la ajolote del billete de $50
Actualmente Gorda tiene 8 años, por lo que se le considera una ajolote de edad avanzada. La esperanza de vida de vida de estos anfibios en su hábitat natural es de alrededor de 3 años, mientras que en cautiverio suelen vivir entre 10 y 12 años.
Esta ajolote hembra saltó a la fama en 2021.
“Ese año hicimos una colaboración con el Banco de México y se llevaron de aquí seis ejemplares de coloración parda, como Gorda”, recuerdan los guías de Axolotitlán. “Cuando se los llevaron se hizo una sesión de fotos que duró seis horas. Una vez finalizada la sesión se regresaron los ejemplares y tiempo después, a finales de año se hace oficial el diseño del billete”.
Cuando se mostró el diseño del billete de ajolote se desconocía cuál había sido el ejemplar que lo inspiró. Pero poco después se reveló otra serie de fotografías en las que se comprobó que se trataba de Gorda gracias a unas pequeñas manchas claras en su cabeza que le dan su sello característico.
Conoce los ajolotes de Axolotitlán
Desde hace un par de años, Gorda, el ajolote del billete, es la cara más visible de una especie que vive una situación contrastante.
Por un lado, en años recientes ha habido un boom en torno a la figura del ajolote en México. Además del lanzamiento del billete, hay equipos deportivos que han adoptado al anfibio como mascota y también está cada vez más presente en el arte, en la mercadotecnia y en otros ámbitos.
Pero al mismo tiempo, el ajolote de Xochimilco vive al borde de la extinción debido a la contaminación de su hábitat, la introducción artificial de depredadores en su ecosistema, el crecimiento de la mancha urbana que invade los humedales y la extracción ilegal de especies para venderlas como mascotas o para usarlas en supuestos ‘remedios medicinales’.
“En 1998 se hizo un estudio en el que se encontró que había 6000 ajolotes por cada kilómetro cuadrado en Xochimilco. Luego en 2014 se volvió hacer el estudio y se encontró que solo había seis por kilómetro cuadrado”, explican a Chilango en recorrido por Axolotitlán
Por ello, Axolotitlán, es más que un museo. Es un espacio fundamental para la conservación de esta especie. Aquí es posible encontrar un ajolotario en el que se pueden observar distintas variedades de ajolotes. Hay pardos, como Gorda, y rosas, que en realidad son menos comunes. En realidad, los ajolotes rosas solo viven en cautiverio.
En total se cuenta con el registro de 33 especies distintas de ajolote. De esa cantidad, 16 son endémicas de México, incluido el ajolote de Xochimilco.
El ajolote en la cultura y la ecología
Además de la oportunidad de visitar el ajolotario, un recorrido por Axolotitlán, Museo del Axolote, implica explorar el aspecto cultural y científico de este anfibio.
La palabra ajolote proviene del náhuatl axolotl, que significa “mosntruo de agua”. Se trata de una fusión de las raíz atl, que significa agua, y Xólotl, nombre de un dios prehispánico.
A lo largo de los siglos el dios Xólotl se ha representado de varias formas. Las más conocidas son las del perro xoloitzcuintle y la del ajolote. Se trata de dos caras de la misma moneda.
Cuenta la leyenda que cundo los dioses aztecas se reunieron para crear el sol y la luna debían hacer un sacrificio. Y el elegido sería Xólotl. “Pero él no se quería morir”, nos cuenta nuestra guía:
“Xólotl escapó y primero tomo la forma de un maguey de doble penca que se llamó mexólotl. Pero Ehécatl, que es el dios del viento, lo encontró y tuvo que escapar de nuevo. Volvió a cambiar de forma y se convirtió en una guajolote, que se llamó guaxólotl, pero Ehécatl lo volvió a encontrar. Por eso escapó de nuevo, se ocultó bajo el agua y tomó la forma de un ajolote“.
De modo que la importancia que se da al ajolote en México desde tiempos prehispánicos proviene de la creencia de que se trata de la reencarnación de un dios. “Pero si culturalmente son importantes, ecológicamente lo son más”, explican en Axolotitlán.
Los ajolotes se alimentan de peces pequeños y cumplen con la función de regular la población de los mismos en el ecosistema. Sin embargo, el ser humano introdujo de forma artificial la carpa y la tilapia en los canales de Xochimilco Y Tláhuac, llevando al ajolote al borde de la extinción:
“Son peces exóticos de otros países y cuando entraron a México se hicieron plaga. Son muy nocivos, por eso se consideran especies invasoras. Se comen los huevos y las larvas del ajolote, que entones no se puede reproducir con éxito”.
Es por lo anterior que los ajolotes tienen una esperanza de vida de tres años en libertad, pero en cautiverio pueden vivir hasta 15.
El animal que se regenera
Actualmente el ajolote lucha por regenerar su población tal como regenera su propio cuerpo.
La resiliencia está literalmente en el ADN de este anfibio que es capaz de regenerar sus patas, aletas, branquias, ojos, corazón, cerebro e hígado.
Además, puede respirar de tres formas distintas: a través de branquias, absorbiendo oxígeno mediante su piel y nadando a la superficie para tomar aire.
También tiene una característica muy particular: es una especie de ‘niño eterno’. El ajolote es un tipo de salamandra pedomórfica; es decir, que conserva sus características de niño durante toda su vida. Es, por así decirlo, como una especie de salamandra que se quedó en la infancia.
Todas estas propiedades hacen que el ajolote tenga especial interés científico, pero también hacen que viva amenazado. Algunas personas los extraen ilegalmente de su hábitat y los usan en supuestos remedios medicinales pensando que tienen propiedades curativas debido a su capacidad de regenerarse.
Ajolo-arte y Axolotianguis
Por otro lado, Axolotitlán también cuenta con una galería de arte dedicada a los ajolotes.
El museo presume una colección de 50 ajolotes de barro que fueron pintados por 50 artistas distintos.
También cuenta con una galería de ilustraciones que vinculan a los ajolotes con el Día de Muertos. Cada una de las imágenes de la galería se pueden descargar en celular a través de un código QR.
Asimismo, hay máscaras artesanales que los visitantes pueden usar para tomarse una foto.
E incluso hay piezas de arte elaboradas con basura recolectada de los ecosistemas donde viven los ajolotes.
También está el Axolotianguis. Se trata de un espacio donde puedes comprar mercancía con forma de ajolote. Hay bolsas, mochilas, tasas, alcancías, playeras, joyería, peluches y más.
Ubicación, costo y horarios por Axolotitlán, Museo del Axolote
Axolotitlán, Museo del Axolote, se ubica en la calle Prolongación 5 de mayo número 1521, 2do Parque de las Águilas, alcaldía Álvaro Obregón.
Abre sus puertas de martes a domingo en un horario de 9:00 a 16:00 horas.
El costo de la entrada es de únicamente $50, es decir, un billete de ajolote.
Si buscas qué hacer en CDMX, suscríbete a nuestro newsletter