Cocina típica alemana muy casera. Con un decoroso intento de replicar un biergarten veraniego, Nibelungengarten ofrece en plena azotea (muy bien adaptada) una selección de platillos alemanes típicos servidos en bancos y mesas largas con sombrillas. Ofrece mucha cerveza y salchichas, pero también otras delicias de la cocina alemana. La entrada más solicitada es el fricadelle, carne de cerdo molida y condimentada como hamburguesa, cocinada a la parrilla y acompañada de mostaza clásica (muy fuerte).

En Nibelungengarten, el chamorro de cerdo es perfecto: jugoso y con un intenso sabor, y la salsa suave, de sabor dulzón, con muchas especias, como pimienta y clavo. Como guarnición se pueden escoger los knödel (bolitas de papa) con hongos deshidratados y hierbas. La textura y el sabor, resaltado por los hongos, complementa el sabor de la carne. La especialidad de la casa es el plato alemán, que incluye cinco salchichas diferentes, acompañadas por dos guarniciones a elegir, entre ellas col agria, papa asada, ensalada de papa y knödel. También están los filetes de res, carne magra asada a la plancha con el condimento de tu elección.

Los miércoles es el día de la salchicha en Nibelungengarten, lo que significa que cualquier salchicha de la casa se acompaña con papa asada, llamada bratkartoffel, y cuesta 79 pesos.

En Nibelungengarten ofrecen alrededor de 12 tipos de cervezas alemanas, oscuras, claras, de trigo, de cebada, artesanales; aprovecha que los jueves, viernes y sábados después de las seis de la tarde están al 2 x 1. Los viernes, de nueve a once de la noche hay música versátil.

Además, el restaurante cuenta con una pequeña tienda con delicatessen y panadería típica germana, que por supuesto ellos realizan artesanalmente.