No te dejes confundir por el nombre de este lugar, en el Hostal de los Quesos no te vas a encontrar a quesos hippies que vienen de Holanda sin mucho dinero para el hospedaje. Lo que probablemente sí te topes sean unos tacos que tu paladar se quedará extrañando. En serio, son de los más memorables de la ciudad.

No por nada este comedor lleva el nombre que lleva; sus quesos a la parrilla, en la presentación que sean, están para chuparse los dedos. Como entrada sugerimos el clásico chicharrón de queso. Eso sí, no hay como la especialidad de la casa: la sopa de queso. Otras buenas alternativas son la cazuelita de queso fundido y las quesadillas con queso chihuahua.

La carne tampoco va a decepcionarte: cualquier torta del Hostal de los Quesos haría sentir orgulloso a Roberto Gómez Bolaños. La carne en su jugo es muy buena y las arracheras son exquisitas, pero definitivamente la jugosa arrachera norteña es la reina. El hígado encebollado también está imperdible. Ah, y no dejes de probar el plato favorito de Pilar Montenegro y Sergio Mayer: la costilla estilo Garibaldi.

Este lugar es ideal para cualquier ocasión: puedes ir con la familia a desayunar, llevar a tus amigos a precopear, acabar la fiesta aquí (suelen cerrar tarde), ir a celebrar con los de la oficina que corrieron a la secretaria que les caía mal a todos y un largo etcétera. Vaya, puedes incluso hacer una danza interpretativa conceptual…siempre y cuando no tires los platillos de otros.