La Sala Nezahualcóyotl, del Centro Cultural Universitario, suele ser la casa de la Orquesta Filarmónica de la UNAM, a veces también alberga a la Orquesta Sinfónica de Minería, una que otra charla magistral como la de la filósofa Judith Butler, pero rara vez abre sus puertas a la música popular. Ed Maverick ha sido uno de ellos.
El jueves 12 de junio de 2025, el cantautor chihuahuense no solo logró que la Universidad Nacional Autónoma de México le abriera las puertas de su recinto musical más importante, sino que agotó las entradas y creó un documental a partir de este suceso. Este lleva por nombre Ed Maverick, La nube en el jardín en vivo desde la Sala Nezahualcóyotl, homónimo de su más reciente disco.
El Festival Internacional de Cine de Los Cabos 2025 (FIC Los Cabos) presentó este documental, el cual ofrece una inmersión profunda en el universo emocional del cantante de folk mexicano. Él se había retirado tres años de los escenarios por bullying en las redes sociales, pero regresó más fuerte y con un disco que ha conmovido a su audiencia.
Con sus letras que hablan tanto de sanación como de dolor, en aquel concierto convirtió la Sala Neza en un santuario de vulnerabilidad y conexión colectiva. Desde un revelador ataque de pánico previo a subir al escenario hasta la catarsis compartida con un público rendido, el documental sigue al cantautor chihuahuense en un recorrido de honestidad brutal y comunión artística.
Acompañado solo de su guitarra, su voz desnuda y un cuarteto de cuerdas, Ed interpreta su último álbum de principio a fin, como si fuese una canción eterna.
Una charla con Ed Maverick
La Neza estaba lista, las 2,300 personas que compraron su boleto también, afuera llovía y Ed Maverick sufría un ataque de pánico antes de este concierto histórico en su carrera. Sus fans fueron pacientes y esperaron cerca de dos horas, “Tengo algo en la mente que me hace sentir que muero aunque mi cuerpo esté bien, siento mucho pánico”, escribió el cantante en sus redes sociales. “De nuevo una disculpa, les agradezco por la paciencia, espero que después de todo haya valido la pena, gracias por venir”. Al final valió la pena quedarse.
El documental recrea fielmente este show, los acordes de su guitarra y su voz duelen bonito, se siente la energía del cantante y de su público. Es una conversación solitaria que se vuelve colectiva. Incluso los silencios juegan un punto crucial antes de los aplausos.
Después de ver la versión final en el FIC Los Cabos, de firmar autógrafos y tomarse fotos con sus fans que acudieron al estreno del documental Ed Maverick, La nube en el jardín en vivo desde la Sala Nezahualcóyotl, él conversó con Chilango sobre este concierto y la grabación del mismo.
La sala Neza no se abre a cualquier artista, ¿no te sentiste como Juanga en Bellas Artes?
Es muy chistoso, me encanta esa comparación. Es una consecuencia que se dio sola, pero tuve la responsabilidad de cumplir y estar a la altura.
Cuéntanos sobre el proceso de documentar un concierto tan especial
Estuve en el proceso, vi casi todos los cortes que me mandaban. Fue divertido, al final es trabajo, pero está chido poder trabajar de algo que es un privilegio poder dedicarle la energía. Fue una chamba que 50% no pude vivir y no podría decir cómo fue mas que por mi percepción, pero sabíamos que era importante documentarlo. Antes de ese concierto hacía mucho no tocaba en la Ciudad de México, queríamos tener material que pudiera permanecer en el tiempo. En esta ocasión coincidió con los músicos como Juanelo en las cuerdas u Olmo Guerra, que dirigió todo el documental… fue una perfecta coincidencia que nos juntamos todos para hacer esto.
Fuera de la música de concierto, pocos artistas como Café Tacvba que hizo su segundo Unplugged han tocado ahí…
Sí, también hace mucho estuvo Natalia Lafourcade con la OFUNAM. Hasta que me paré ahí fue un poquito ver cómo funciona tanta gente trabajando y entonces topé el significado que tenía. Al final fue muy divertido y es lo que en pocas palabras me puedo llevar de esta experiencia.
Hablabas hace rato en la presentación del documental que fue difícil volver…
Fue una necesidad, lo sentí y ya. Tenía el disco listo, estaba maquilando canciones a lo tonto para otros dos más, que estarán en uno o dos compilados que estamos trabajando con Universal (su disquera), pero me enfoqué en otras cosas además de hacer canciones.
Estuve mucho tiempo aislado, me gusta mucho la soledad, ahorita no estoy tan solo, me gustaría volver a estar solo, pero fue una buena soledad, no me malinterpreten. Hice muchas cosas fuera del trabajo, yo vivía en la Ciudad de México antes de la pandemia, y había muchas cosas que no me gustaban de existir, pero volví a Delicias (Chihuahua), hice mi estudio, tuve más chance y el privilegio de poder estar solo y no ver a nadie. Verguísima. En el ínter hice canciones. Se juntaron e hice este proyecto (La nube en el jardín).
… Y se juntaron muchísimo porque es un disco que parece una canción larguísima
Tenía la necesidad de hacer canciones, y un disco acústico, porque al mismo tiempo de ver tantas cosas sucediendo, pude separar y abrazar las opiniones de la gente que importa, de la gente que consume esa música. Pude ver la música que le gusta a la gente con base en los números (de reproducciones). Muchas veces me valió verga, pero al final entendí que había que ponerle atención a eso.
Yo casi todo lo hago por diversión, entonces ahí está lo chido.
Sobre Ed Maverick
De nombre Eduardo Hernández Saucedo, Ed Maverick irrumpió en la escena musical en 2018 y redefinió el folk alternativo en español con su voz cruda y letras íntimas.
A los 17 años pasó de fenómeno viral a referente generacional, ganando un Grammy Latino por su colaboración con C. Tangana y presentándose en festivales como Coachella y Lollapalooza.
Luego de tres años sin presentar su música, regresó con La nube en el jardín, un álbum-concepto de 53 minutos que consagra su madurez artística y su búsqueda de autenticidad.
