No cabe duda que ver a Ozzy, sus hijos, su esposa, sus mascotas y cientos de palabras censuradas tenía algo de divertido y más de uno lo consideramos un placer culposo. El verdadero problema de los Osbournes es que fue el catalizador de todo el movimiento de realitys shows musicales. Gracias al show del ex-lider de Black Sabbath, y sus altos ratings y premios Emmy, las productoras televisivas encontraron una nueva mina en shows de sobre la vida de rockeros de antaño y estrellas pop. Al principio el show era novedoso y original pero, conforme aumentó la popularidad del programa, las situaciones cada vez se sentían más forzadas y se reveló que el show tenía un guión lo cual llevó a que se perdiera interés en el programa y a que lo cancelaran.
Dato curioso: Ozzy y Sharon Osbourne tienen tres hijos, la mayor de los tres, Aimee Osbourne, escogió no salir en el programa y mientras ella estuviera en casa, estaba prohibido que corrieran las cámaras.