Disclosure le mostró mucho respeto a México con su actuación de esta madrugada en Ceremonia 2016. Me atrevo a decir que probablemente vimos el acto que el dúo presentará las próximas dos semanas en Coachella.
Cuarenta minutos antes, Flume había prendido a los 10 mil asistentes en el escenario principal; increíblemente muy pocos se movieron al otro lado del festival a ver a Nas, el resto esperó hasta que por fin se escuchó “White Noise”.
Hace un par de semanas entrevistamos a Howard, uno de los hermanos Lawrence detrás de este fenómeno electrónico y nos dijo que éste sería el mejor concierto que traerían a México y, considero, cumplieron. Y lo presumieron antes de tocar “Superego” cuando saludaron a los fans y mencionaron que este era un gran show para Ceremonia.
Jillian Hervey, del grupo Lion Babe, apareció con un conjunto de short y corsé negro para cantar “Hourglass“, agitando su cabello y meneando sus caderas. También lo hizo Brendan Reilly, en ‘Moving Mountains’, quien al final agradeció la manera en que México trata a Disclosure y anunció que Caracal es disco de oro en nuestro país por sus ventas.
Por supuesto escuchamos “Magnets”, una colaboración con Lorde, “Nocturnal”, con The Weeknd, pero las que más prendieron fueron “Omen”, en una versión más hiphopera que la original, y “Latch”, los dos fenómenos que han creado al lado de Sam Smith, de quien sólo vimos su silueta dibujada en las pantallas.
Los fans quedaron extasiados después de hora y media de show, si acaso se quejaron de un bloque de remixes que les pareció largo con “When A Fire Starts To Burn” entre ellas, y el entierro de “Help Me Lose My Mind”, que no la tocaron; mientras que un puñado de asistentes mostró su decepción porque Disclosure no alcanzó sus expectativas –incluso Flume les dejó una mejor impresión– como uno de los más importantes exponentes de la electrónica de nuestros días.
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