Baxter:
Ahora sí, una banda con propuesta dentro de un sonido clásico. Este dueto no está inventando ningún hilo negro, ya todo está dicho en el etílico camino del blues. Pero Dan Auerbach y Patrick Carney tienen magia, ángel, mística o como quieran llamarle. Juntos hacen cada vez mejor música, más evolucionada y pensada. La producción de este último álbum es impecable, y ellos suenan como nunca. Me gusta ver cómo una banda va de tipografía chiquita a banda gigante en los carteles de los festivales y estos van que vuelan. La diferencia con los Hot Chips y los Vampire Weekends, es que ellos sí han trabajado duro para ganarse ese status. Bien y ojalá no aflojen el paso. Rolón loco, resumiendo.
Ruy dice:
Uf: creo que me encantan los Black Keys. Por lo menos esta rola y otro par que les he escuchado: buen uso de elementos (los clásicos y los no), buen mood. Se nota que se toman su tiempo, no sólo para componer sino para tocar. Quienes sean o hayan sido músicos alguna vez lo saben: es fácil querer tocar siempre más rápido, con más desesperación. Se nota que los Black Keys no pasan por eso. Que degustan cada pequeño riff, que cantan cual sibaritas. La rola, que no es estridente ni nada, sorprende todo el tiempo. Un buen pasón de aire en medio de la olaa de electropop horrible e indie malhechote. En resumen: el equivalente musical de un restaurante bueno, bonito y delicioso.
Edit dice:
Oh, los Black Keys… Debo confesar que esa melodía se quedo en mi cabeza incluso después de escuchar todas las canciones, poderosa para mis sentidos. Me gusta cuando el nivel de la voz no es más alto que los instrumentos, no se por qué me da la sensación de poder entrar más a la canción y de querer distinguir cada uno de los instrumentos aislándolos de los demás en mi mente. Un ejercicio sano, creo yo. El bajo siempre es el que más trabajo me cuesta. Linda canción (también la quiero para que me la quemen en un disco).