La CDMX está llena de árboles de todas formas y tamaños, pero ¿sabes cuáles son y cómo reconocerlos? Una forma diferente y divertida de conocerlos es con los recorridos guiados que organiza Francisco Arjona, ingeniero ambiental egresado de la UAM Azcapotzalco.
Cada fin de semana, Francisco organiza caminatas al aire libre para personas interesadas en las plantas y el arbolado urbano. Su objetivo es compartir conocimientos y generar conciencia sobre la importancia de los árboles en la vida cotidiana de la ciudad.
Estos recorridos nacieron a partir de la curiosidad de Francisco:
“En algún momento, trabajando en el laboratorio de arboricultura, estaba buscando información específica de árboles, pero todo lo que me salía era sobre especies comunes o datos botánicos. Yo quería saber cosas más concretas: ¿cuál es el ahuehuete más grande?; ¿cuál es el árbol más viejo?; ¿qué árbol es más interesante? Y como no encontré esa información, en un momento de obsesión e inspiración, pensé: ‘¿por qué no lo hago yo?’, explica.
Tener un árbol en casa es como cuidar a una mascota
Además de explicar la historia y características de las especies urbanas, Francisco también orienta a quienes quieren hacer más verde su hogar.
Recuerda que plantar un árbol implica una responsabilidad a largo plazo, casi como adoptar una mascota: ambos son seres vivos que requieren atención y cuidados constantes. Por eso, insiste en no sembrar un árbol, arbusto o flor sin el compromiso real de cuidarlo.

¿Qué árboles hay en la Ciudad de México?
En un recorrido por la colonia Roma Sur, Francisco identificó alrededor de 15 especies de árboles que viven en la CDMX.
Si te da curiosidad saber cuáles son, en Chilango te presentamos uno de sus recorridos de fines de semana y las especies que identificó: desde ejemplares nativos y resistentes a la sequía, hasta un híbrido que también forma parte del paisaje urbano de la capital.
Árboles de guaje: una especie resistente al calor
En el Jardín Ramón Velarde, Francisco se detuvo para enseñar cómo identificar el árbol de guaje. Explicó que estos árboles son fáciles de distinguir por las vainas que cuelgan de sus ramas. Además, señaló que se trata de una especie nativa de México y que pertenece a la familia de las fabáceas, comúnmente conocidas como leguminosas.
El ingeniero ambiental explica que el guaje rojo destaca por su gran resistencia a la sequía. Además, comenta el grupo que, debido a esta cualidad, es probable que en el futuro se convierta en una especie más común en entornos urbanos como la Ciudad de México.
Francisco distingue entre árboles nativos y exóticos, señalando que cada categoría se rige por criterios de clasificación específicos.
“Una especie nativa es aquella que crece de forma natural aquí o en el país, mientras que una exótica o introducida proviene de otra región y fue traída de otro lugar”.

Pata de vaca y árbol de papaya: especies comunes en la ciudad
En el Jardín Ramón Verde, también conocido como parque Huatabampo, el ingeniero ambiental hizo una pausa para hablar sobre los árboles conocidos como pata de vaca y los árboles de papaya.
¿De dónde viene el nombre “pata de vaca”? – podrías preguntarte. Se debe a que las hojas de este árbol tienen una forma que recuerda a la pezuña de una vaca. Aunque su nombre científico es Bauhinia variegata, Francisco explica que es muy común que las personas bauticen a las plantas según similitudes que observa en su vida cotidiana. Así, con el tiempo, este árbol fue ampliamente reconocido como “uña” o “pata de vaca”, e incluso como “árbol de las orquídeas”, aunque no estén relacionadas botánicamente.
Un dato interesante es que la flor de la pata de vaca está representada en la bandera de Hong Kong, ya que esta especie tiene su origen en esa región.
Durante el recorrido se encontró un árbol de papaya con tres frutos madurando entre sus hojas. El ingeniero se detuvo para explicar al grupo que esta especie es común en la ciudad. Son plantas arborescentes, lo que significa que no generan madera. Además, aclaró que existen ejemplares masculinos y femeninos, y que la diferencia radica en sus flores: sólo las plantas femeninas o bisexuales son capaces de producir papayas.
Los ahuehuetes: un árbol muy importante para México
Uno de los últimos árboles que visitamos para cerrar el recorrido por la colonia Romar Sur y sus alrededores fue el ahuehuete ubicado en el Jardín Verde.
En este punto, Francisco explicó que el ahuehuete fue declarado árbol nacional de México en 1921, como parte de la conmemoración del aniversario de la Independencia.

Este árbol tiene un gran valor histórico y cultural para el país. Un ejemplo es el famoso “Árbol de la Noche Triste”, actualmente conocido como “Árbol de la Noche Victoriosa”, bajo el cual, según la leyenda, Hernán Cortés se detuvo a llorar la derrota de sus tropas el 30 de junio de 1520.
Además, los ahuehuetes son considerados árboles sagrados por diversas comunidades indígenas y suelen estar asociados con deidades del agua, ya que crecen en zonas húmedas o directamente en cuerpos de agua como lagos y manantiales.

NOTA: Durante el recorrido se observaron dos tipos de tules, un ficus lyrata, un árbol de la gloria (tibouchina), un guayabo, un ahuejote (también conocido como sauce llorón), un encino y una grevillea —árboles de distintas especies que crecieron en conjunto—, así como dos variedades de eucalipto: azul y hoja de dólar, además de palmeras de abanico y la canaria. Esto confirma que la Ciudad de México posee una gran diversidad arbórea en sus espacios.
¿Qué tan bueno es encalar los árboles?
Al caminar por la calle Huatabampo, Francisco notó un árbol pintado de blanco y comentó que es habitual observar árboles encalados tanto en la ciudad como en el país.
Originalmente, la aplicación de cal tenía como objetivo prevenir plagas, pero esta costumbre ha ido desapareciendo con el tiempo. En la actualidad, en la Ciudad de México, a menudo se utiliza pintura en lugar de cal con fines meramente decorativos.

Así te puedes unir a los recorridos
¿Te animas a participar? Francisco organiza estos recorridos por la CDMX cada fin de semana, tanto los sábados como los domingos, a las 10:00 de la mañana.
Cada paseo tiene una ruta distinta, así que te recomendamos seguirlo en redes sociales para enterarte del próximo destino. El costo por persona es de $200.
¡No lo olvides! Lleva calzado cómodo, algún refrigerio y un sombrero para protegerte del sol, ya que la caminata dura alrededor de tres horas. Sin duda, ¡vale mucho la pena!