Noche cumbianchera en Infierno Tropical

Con Sonido Gallo Negro y Frente Cumbiero como bandas principales, así fue esta noche de cumbia sabrosona en la CDMX.

Las noches de esta primavera en la CDMX han sido como sentirnos en la playa, pero sin el solo y el mar, el puro calorón, aunque, a cambio tenemos buenas cumbias, como las que se sintieron, se bailaron y se sudaron la noche de este 18 de mayo en el festival Infierno Tropical, en el Salón La Maraka.

Con Sonido Gallo Negro (México), Frente Cumbiero (Colombia), Discos Resaca Collective y Mariposas del alma (California, EEUU) y las djs Mar y Yumi, del colectivo Noche Negra, la noche, más que calurosa, se puso sabrosa.

El bailongo en este recinto de la colonia Narvarte comenzó con las mezclas de Yumi, una dj del colectivo Noche Negra.

A Mar le siguieron Discos Resaca Collective y Mariposas del alma, agrupación formada por latinxs de California. Esta banda llenó el escenario de baile y ritmos con su mezcla de cumbia, un poco de mambo, ballenato y hasta pop que brilló en la voz de sus vocalistas: las hermanas Blanco.

Frente Cumbiero, agrupación de Bogotá, Colombia, es una afortunada fusión entre la cumbia y el dub, por lo que su estilo combina perfecto con el de Sonido Gallo Negro, quienes los invitaron a participar en este festival Infierno Tropical. Combinando metales con percusiones e instrumentos eléctricos, lograron poner aún mejor ambiente bailador en la pista.

Un interludio musical fue el que puso Mar, también integrante de Noche Negra, que con cumbia de Los Ángeles Azules y otras bandas nacionales, hizo que las parejas se agarraran y sacaran sus mejores vueltas.

Y para finalizar, Sonido Gallo Negro, los headliners de la noche, y ya viejos conocidos en la escena musical de la CDMX, salieron al escenario para hacer lo que mejor saben hacer: poner a bailar a todo mundo.

Con visuales del Dr. Alderete y un buen juego de luces y globos, hizo que la gente no dejara de bailar aunque eso implicara subirle la temperatura al lugar, sudar un poco más. Total, unas chelitas y a seguirle, que la noche aún era larga.

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