La Central de Abasto de la CDMX no sólo es el mercado más grande de Latinoamérica: es un ecosistema vibrante dividido por zonas especializadas que te guían por el mapa del sabor mexicano.
Aquí encontrarás desde la zona de legumbres hasta pasillos repletos de frutas, verduras, abarrotes, cárnicos y mariscos que llegan frescos a miles de hogares. Si buscas dónde hacer el súper barato o abastecer tu negocio, este es el lugar clave para conseguir todo en un sólo recorrido por $500.
Pero la Central no se entiende solo por lo que vende, sino por la gente que la habita. Desde antes de que amanezca, ya está latiendo con la fuerza de miles de comerciantes, Nicolás Sánchez es uno de ellos: empezó como ayudante de su padre diablero y hoy conoce cada rincón del mercado como la palma de su mano. Él y muchos más saben que para que el trabajo rinda, se necesita más que fuerza: se necesita un buen aliado sobre ruedas.
Porque aquí, entre plátanos, jitomates y filetes, una camioneta como la GWM POER no sólo transporta productos sino también historias.
La Central de Abasto: un segundo hogar para el comerciante
Antes de que el sol se asome por el oriente de la CDMX, la Central de Abasto ya palpita con vida. En el pasillo 3 de la letra JK, Nicolás Sánchez comienza su jornada. Cuida un estacionamiento, pero su historia aquí arrancó en 1985, de la mano de su padre, un diablero de plátano macho. Desde los cinco años, este gigantesco mercado fue su escuela, su casa y su campo de batalla.
“Hubo un tiempo en que fui comerciante. Aquí me fui superando”, cuenta con una sonrisa.
Entre ida y vuelta de frutas, verduras y hasta cantaritos, también fue diablero: media tonelada por viaje y cero necesidad de gimnasio. Porque en la Central se carga con fuerza, pero también con corazón. La comunidad se conoce, se cuida y se respeta. Y en medio de ese ritmo frenético, contar con un aliado como la GWM POER marca la diferencia.
70 huacales caben en la GWM POER
Entre puestos y montones de fruta fresca, un vendedor de mangos nos soltó la verdad: ¿qué busca realmente un comerciante a la hora de elegir su camioneta? Nos contó los detalles que hacen la diferencia cuando el trabajo pesado llama:
“Me fijo más que nada si es 4×4 para el peso; que aguante, que esté alta para que no se vaya a pegar en cualquier lado. Que sea espaciosa y práctica para trabajar”.
Más que una pick-up, es un socio de jornada. ¿Su superpoder? Cargar hasta 70 huacales perfectamente alineados sin que uno solo se tambalee. Lo comprobamos personalmente. Le acomodamos hasta el último cesto de madera, esos que han sido fieles compañeros de las y los marchantes durante décadas. ¿El veredicto de quienes la vieron? Algunos calcularon 20, otros 50… pero únicamente tres personas adivinaron que la POER aguanta más de mil kilos. Y sí: 1,050 kg de capacidad, para ser exactos.
¿Con cuánto alcanza para hacer la despensa en la Central de Abasto?
Se sabe que la Central es un mundo en sí mismo: zonas de frutas, verduras, abarrotes, cárnicos, legumbres, aves, mariscos. Desde el cilantro hasta el camarón… ¡Aquí encuentras de todo! Y con $500 pesos, al menudeo, te armas una despensa completa para la semana, de acuerdo con lo que nos constó el señor Nicolás.
Para Nicolás, este lugar es más que su trabajo: es su vida. Y si algo tiene claro es que todas las personas alguna vez en su vida conozcan la Central de Abasto:
“Vengan a la Central de Abasto. No se van a arrepentir. Todo está fresco, de lujo y a buen precio”.
Y si lo hacen con una GWM POER… mejor aún.

CONTENIDO HECHO EN COLABORACIÓN DE GWM