Imparables: la final que convirtió al futbol femenil en fenómeno nacional

La Liga MX Femenil está construyendo una economía propia, un ecosistema de audiencias fieles y una narrativa que inspira a una generación entera.

La Ciudad de México vive muchas pasiones, pero pocas tan vibrantes, compartidas y ruidosas como el futbol femenil. Lo que pasó con la final del Apertura 2025 es, sencillamente, el tipo de fenómeno que deja de ser noticia para convertirse en un hito cultural. Un antes y un después.

No exagero: cuando un deporte logra mover a millones dentro y fuera del país, deja de pedir permiso para existir y empieza a reclamar su lugar. La Liga MX Femenil reportó un alcance total de 12.8 millones de personas durante las finales, consolidando un crecimiento torneo tras torneo.

La transmisión de ida entre América y Tigres sumó 2.5 millones de visualizaciones y 2.3 millones de personas siguiendo el partido, un número que hace apenas unos torneos habría parecido inalcanzable. Y si eso ya sonaba a récord, la vuelta lo superó todo: 3.6 millones de visualizaciones entre YouTube, Facebook y TikTok, además de 4.4 millones de televidentes, de acuerdo con HR Media. La final más vista en la historia del futbol femenil mexicano.

Hay otro dato que cuenta una historia todavía más poderosa: 13 canales distintos transmitieron la final gracias a la colaboración con la Liga MX Femenil, logrando una amplificación inédita que incluyó televisión abierta, TV de paga, plataformas OTT, YouTube y hasta señales en Estados Unidos como FOX Deportes, Telemundo y Estrella TV. Mientras más ventanas se abren, más gente entra. Esa es la lógica del FutFem Donde Sea, y está funcionando.

Más allá de las cifras, lo valioso es lo que todo esto aporta a la ciudad, a sus aficiones y a la cultura deportiva que estamos construyendo. En las calles, en los bares, en los timelines, la conversación se siente distinta: más orgullosa, más informada, más colectiva. Una comunidad que ya no está defendiendo la existencia del futbol femenil, sino celebrando su calidad, su emoción y su impacto.

Lo que se refleja en los festejos, en la expansión de las transmisiones y en el interés creciente de los patrocinadores confirma algo evidente: el proyecto dejó de ser “emergente”. Ocho años después de su nacimiento, la Liga MX Femenil está construyendo una economía propia, un ecosistema de audiencias fieles y una narrativa que inspira a una generación entera.

Y mientras los récords se rompen una y otra vez, lo mejor es la sensación de que el crecimiento sigue abriéndose camino. Porque lo que pasó este torneo no es sólo un éxito deportivo: es una declaración cultural. México está viendo, compartiendo, exigiendo y disfrutando el futbol femenil como nunca antes.

El mensaje es claro: el FutFem lidera, y su futuro se ve más brillante que nunca.

¡Abramos cancha!

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