Rescatar para sostener

La Ciudad de México ha transitado en las últimas tres décadas de políticas ambientales a cambios y leyes que buscan garantizar recursos para las generaciones futuras, pero aún encara desafíos.

Por: Bianca Carretto 

La preservación y recuperación de los ecosistemas urbanos son una tarea fundamental para garantizar la sostenibilidad de la Ciudad de México. Son sus zonas montañosas, humedales, bosques y barrancas las que proveen a sus habitantes de servicios ambientales como aire limpio, recursos hídricos, fuentes de energía, alimentación y espacios para el esparcimiento.

En los últimos años, en la capital se ha avanzado en la recuperación de estos espacios, ya sea a través de decretos para su protección o de la puesta en marcha de programas para su reforestación y cuidado.

Actualmente, la ciudad cuenta con 23 Áreas Naturales Protegidas y una Área Comunitaria de Conservación Ecológica que abarca 26 mil hectáreas, apenas un 17% del suelo de conservación, esencial para la producción de servicios ambientales y también para la preservación de especies de flora y fauna, que también habitan la Ciudad de México.

“(Los animales) nos ayudan a mantener el balance de las ciudades. Pienso por ejemplo en los polinizadores, como las abejas o los colibríes, sin ellos no podríamos vivir”, explica Laila Estefan, del PUEC, de la UNAM.

Tlacuaches, cacomixtles, teporingos, tuzas y hasta murciélagos son parte de las más de 4 mil especies que alberga la ciudad, además de unas 400 mil plantas nativas como las suculentas, el cedro o el ahuehuete.

Hoy en día, además de las acciones que realizan las autoridades para la preservación de las áreas verdes hay también iniciativas que provienen desde la sociedad civil, una de ellas es Ectágono, un proyecto enfocado al desarrollo de emprendimientos sostenibles, que en los últimos años se ha involucrado en el rescate de la Barranca de Tarango, un Área de Valor Ambiental.

En ese proyecto trabaja Paola Cortés como parte del equipo de Desarrollo Territorial. Como vecina Álvaro Obregón desde hace muchos años se ha involucrado en el cuidado y rescate de la barranca acompañando proyectos de reforestación y en la limpieza del río. Para ella, lograr que la ciudad sea un espacio cada vez más sostenible requiere ampliar la protección a los suelos de conservación. 

“Decretar zonas detiene el crecimiento urbano porque al final nosotros queremos más espacios verdes, no más espacios urbanos”, concluye.

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