El primer ahuehuete de Tenochtitlán, otro plantado por el último tlatoani mexica, y Laureano, un laurel rescatado por vecinos, forman parte de los 12 nuevos árboles patrimoniales de la CDMX, que se suman a Eugenio, un fresno reconocido en 2024.
El 27 de junio, la jefa de Gobierno Clara Brugada anunció la declaratoria de 10 ahuehuetes, un fresno y un laurel como árboles patrimoniales de la ciudad, por su valor histórico, ambiental y cultural.
Son ejemplares nativos que superan los 20 metros de altura y tienen más de 100 años de edad —algunos incluso alcanzan los 700 años—.
Estos gigantes verdes han sido testigos de la historia y, en muchos casos, son símbolos de la resistencia a la invasión urbana.
Estos son los árboles patrimoniales de CDMX
El ahuehuete, considerado “el árbol nacional”, domina la lista de árboles patrimoniales, con 10 de los 12 ejemplares incluidos en la declaratoria. De acuerdo con José Carlos Martínez, director de Innovación en Reforestamos México, estos árboles pueden alcanzar entre 60 y 70 metros de altura y vivir más de 700 años.
MIentras que los laureles y los fresnos pueden superar los 25 metros de altura y, en ambos casos, sobrepasar los 100 años de vida.
Al respecto, Martínez explica que “estas especies son de lento crecimiento y se van adaptando al ecosistema”. Por ello, dice el especialista, pueden ser de alta longevidad.
La longevidad de estos árboles ha permitido que muchos sean protagonistas o testigos de hechos históricos. En otros casos, su arraigo en los barrios y colonias es tan fuerte que ha llevado a los vecinos a defenderlos frente a proyectos inmobiliarios que los amenazan.
De este modo, los árboles patrimoniales de la CDMX cuentan historias que van desde la época prehispánica hasta nuestros días.
Sabino: el abuelo de una comunidad en resistencia
En el barrio de San Juan, en Xochimilco, se encuentra el ahuehuete Sabino. Una pancarta colocada en las rejas que lo protegen lo define como “el abuelo de una comunidad en resistencia”.
Con 504 años de edad, se dice que fue una ofrenda de agradecimiento de Cuauhtémoc, el último tlatoani mexica, al pueblo xochimilca, que se sumó a la defensa contra los invasores españoles.
“Me cobijaron con tierra y crecí en un suelo empapado y nutrido por un dulce Ojo de Agua. Mis raíces se extendieron bajo sus pies y sus casas, llegando a tocar los canales que aún murmuran historias”, dice un poema impreso en la misma pancarta.
Pero el poema, también retrata con crudeza cómo este árbol fue testigo de la Conquista: “La sangre también corrió por esos canales, y yo absorbí el dolor de un pueblo que trataron de borrar a punta de hierro y bajo las piedras”.
Como el abuelo que es, Sabino ya usa bastón. Una de sus ramas está peligrosamente inclinada, por lo que se le colocó una estructura metálica de soporte. Además, se encuentra partido a la mitad debido a acontecimientos que le han pasado factura.
“Una vez le cayó un rayo. Por eso se ve como quemado”, cuenta un vecino. Otra habitante del barrio recuerda que también se han caído ramas por su peso y que el árbol ha resultado dañado por sismos.
Sin embargo, Sabino resiste: “A pesar de todo, se ha mantenido y está frondoso. Ya hasta recobró su color”, comenta el dueño de la tienda ubicada frente al árbol.
- Especie: Ahuehuete (Taxodium mucronatum)
- Altura: 24.5 metros
- Edad: 504 años
- Ubicación: Calle Plazuela San Juan, esq. Sabino, Barrio de San Juan, Xochimilco
Laureano, un árbol salvado por la comunidad
Otro ejemplo de la relación entre los árboles patrimoniales y la resistencia de las comunidades es Laureano. Se trata de un laurel de la India que fue rescatado por vecinos ante el riesgo que representaba la construcción de un proyecto inmobiliario.
“Nos dimos cuenta que empezaron a demoler dos predios y nos preocupamos. Queríamos asegurar el bienestar de Laureano”, recuerda Dimitri, habitante de la zona que todos los días acude a trabajar a un café ubicado frente al árbol.
Debido a que una gran parte de la copa de Laureano ingresaba al predio donde se realizaba el desarrollo inmobiliario, alrededor de 2,000 vecinos y ambientalistas se organizaron y recabaron más de 12,000 firmas en Change.org para defender al árbol. Además, consiguieron un amparo para detener la obra.
“Ahorita la obra está temporalmente suspendida”, explica Dimitri. “El acuerdo que se tiene es que no se va a desarrollar ningún tipo de obra hasta que no modifiquen el proyecto”, agrega.
El nuevo proyecto deberá garantizar la integridad de Laureano.
Durante el proceso legal, se realizó un dictamen que determinó que Laureano se encuentra sano, sin plagas y sin riesgo de colapsar.
Actualmente, el árbol está abrazado por decenas de listones que representan el apoyo de la comunidad. Además, las paredes provisionales que rodean la obra se han convertido en una galería de arte, con dibujos, carteles y rótulos que resaltan el valor ambiental de los árboles.
- Especie: Laurel de la India (Ficus benjamina)
- Altura: 23 metros
- Edad: Más de 100 años
- Ubicación: Miguel Laurent 48, Tlacoquemécatl Del Valle, Benito Juárez
Ahuehuete de Churubusco, testigo de una batalla trágica
Otro de los árboles patrimoniales más antiguos es el Ahuehuete de Churubusco. Se encuentra a las afueras de lo que hoy es el Museo Nacional de las Intervenciones, que hasta el siglo XIX fue el Convento de Nuestra Señora de los Ángeles.
Junto con el convento, este ahuehuete es el testigo más antiguo de la Batalla de Churubusco, librada el 20 de agosto de 1847. Ante el avance de las tropas estadounidenses que pretendían tomar la Ciudad de México, los monjes abandonaron el convento y el Ejército Mexicano lo convirtió en una fortaleza militar.
Batallones encabezados por los generales Manuel Rincón y Pedro María Anaya intentaron resistir a los invasores. Sin embargo, se quedaron sin parque y fueron capturados.
Al interior del convento —hoy museo—, una maqueta muestra cómo lucía en aquel entonces la explanada, repleta de árboles. Actualmente, el ahuehuete es uno de los pocos que sobreviven. Está rodeado por una jardinera de piedra, marcada por grafitis y cuarteaduras.
“Yo vengo desde hace 50 años y antes no estaba así”, recuerdan los vecinos más antiguos de la zona.
A pesar de su deterioro, el ahuehuete sigue siendo punto de reunión de jóvenes que echan novio y estudiantes que pasan el rato. Además, los fines de semana se realizan actividades culturales en sus alrededores.
- Especie: Ahuehuete (Taxodium mucronatum)
- Altura: 20.20 metros
- Edad: Desconocida
- Ubicación: Calle 20 de Agosto, esquina con Av. del Convento, San Diego Churubusco, Coyoacán
Ahuehuete del Río… de aguas negras
En el Barrio de Santa Catarina, en la alcaldía Coyoacán, un ahuehuete evidencia los problemas de contaminación que enfrentan no solo los árboles patrimoniales, sino todo el arbolado urbano de la CDMX.
Se ubica sobre el Callejón del Río, una vialidad por donde corren aguas negras provenientes del Río Magdalena, mezcladas con desagües vecinales.
Cerca del ahuehuete se forma una densa espuma blanca, producto de detergentes y desechos químicos provenientes de hogares y negocios.
Consultado sobre el efecto que esto puede tener en el arbolado, José Carlos Martínez reconoció que las afectaciones son a largo plazo.
“Los árboles no mueren de un día para otro. Por eso no se notan las afectaciones. Los árboles mueren por partes y en un periodo de varios años. Ya cuando la gente se da cuenta, hay poco que se puede hacer para salvarlos”, comentó.
En efecto, a lo largo del cauce del río se observan árboles muertos, con troncos huecos que hoy sirven como refugio para personas en situación de calle.
- Especie: Ahuehuete (Taxodium mucronatum)
- Altura: 26.6 metros
- Edad: Desconocida
- Ubicación: Callejón del Río, esq. G. Pérez Valenzuela, Barrio Santa Catarina, Coyoacán
Fresno de Francisco Sosa
A pesar de su valor cultural, histórico y ambiental, algunos árboles patrimoniales pasan relativamente desapercibidos para los habitantes de la CDMX. Tal es el caso del fresno ubicado frente a la Iglesia de Santa Catarina, en Coyoacán, que cuenta con una plaza donde vecinos y visitantes se reúnen para pasar el tiempo y disfrutar de su sombra.
Se encuentra frente a la calle Francisco Sosa, una vialidad con más de 400 años de historia, creada en el siglo XVI para conectar Coyoacán con San Ángel.
Al tratarse de una zona con abundante arbolado, este fresno monumental no llama especialmente la atención de los vecinos, quienes incluso se sorprenden al saber que fue declarado patrimonial.
Un vendedor de la zona comenta que, para algunas personas, el árbol llega a ser molesto, pues sus raíces reducen el espacio para caminar por la banqueta.
El fresno se encuentra frente a la Casa de Cultura Reyes Heroles. Cinthia, una trabajadora del lugar, considera que la declaratoria puede estar relacionada con su ubicación:
“La calle de Francisco Sosa es un eje patrimonial. Además, muchos árboles marcaban las divisiones entre los terrenos antiguos. Sembraban árboles para decir ‘de aquí para allá es mío y de aquí para allá es tuyo'”, recuerda.
Agrega que, aunque la zona cuenta con varios árboles, algunos han tenido que ser retirados con el paso del tiempo:
“Algunos los han tirado porque se llenaron de plaga. Los fueron quitando porque ya eran un peligro”, señala.
- Especie: Fresno (Fraxinus uhdei Lingelsh)
- Altura: 26.5 metros
- Edad: Desconocida
- Ubicación: Francisco Sosa 202, Barrio Santa Catarina, Coyoacán
Antiguo Ahuehuete, monumento natural de Tacuba
Sobre Marina Nacional, cerca del Metro Tacuba, vive un ahuehuete monumental. A su alrededor, vendedores ambulantes usan su jardinera como aparador. En su base se acumulan tierra, hierba y basura, y algunas de sus ramas rozan cables eléctricos.
En Google Maps hay reseñas sobre él: “Este ahuehuete es más grande que el de la Noche Triste”, y algunos lo describen como “el monumento natural más antiguo y hermoso del barrio de Tacuba”.
Otro usuario, Alex Alma, escribió:
“Poniendo un poco de atención el día de hoy, durante el tráfico matutino me percaté de que hay un ahuehuete en el corazón de Tacuba. Investigando un poco, se tiene conocimiento de que es uno de los árboles más longevos de la Ciudad de México. Ojalá eso se tomara en cuenta y se le ponga la atención suficiente para cuidarlo y mantenerlo con vida por muchos años más”.
Testigo del tráfico y la vida cotidiana, este ahuehuete resiste entre el caos urbano.
- Especie: Ahuehuete (Taxodium mucronatum)
- Altura: 22 metros
- Edad: Desconocida
- Ubicación: Marina Nacional, esq. Golfo de Bengala, Tacuba, Miguel Hidalgo
Ahuehuete oculto en la plaza San Fernando
En el Jardín San Fernando, en la colonia Guerrero, vive un ahuehuete que pocos conocen. Sin placas ni reconocimiento oficial, este árbol monumental se erige entre basura y da sombra a personas en situación de calle que improvisaron un refugio a sus pies.
Aunque no hay fecha exacta de su siembra, se sabe que el jardín fue creado en 1869 sobre el antiguo atrio del Panteón de San Fernando.
Hoy, el ahuehuete comparte espacio con fresnos, laureles, truenos y otras especies, y es testigo discreto de la vida en el centro de la CDMX.
- Especie: Ahuehuete (Taxodium mucronatum)
- Altura: 28 metros
- Edad: Desconocida
- Ubicación: Eje 1 Guerrero, Guerrero, Cuauhtémoc
Ahuehuete, en pie entre palmeras muertas
El Jardín Ramón López Velarde, frente al Centro Médico Nacional Siglo XXI, alberga dos ahuehuetes, uno de los cuales fue declarado árbol patrimonial de la CDMX.
“Se deben llevar uno o dos años”, comenta uno de los trabajadores del parque. Aunque sigue en pie, el colosal ejemplar tiene muérdago. “Ya lo reporté, pero no sé si han venido a verlo”, añade el jardinero.
No es el único con problemas: a su alrededor hay otras especies enfermas o muertas, como las palmeras, de las que solo quedan los troncos.
Aunque es uno de los espacios más verdes de la alcaldía Cuauhtémoc, el Jardín Ramón López Velarde muestra también ejemplares enfermos o muertos que rodean al nuevo árbol patrimonial.
Limpio como pocos parques urbanos en la CDMX, el López Velarde tiene, sin embargo, detalles de infraestructura pendientes. Detrás del ahuehuete monumental se encuentran los restos de una fuente que espera su remodelación:
“La quitó la alcaldesa pasada, supuestamente para remodelarla, pero ya la dejó así. Han venido arquitectos a verla, pero no han hecho nada”.
- Especie: Ahuehuete (Taxodium mucronatum)
- Altura: 27.5 metros
- Edad: Desconocida
- Ubicación: Cuauhtémoc s/n, entre Huatabampo y Antonio M. Anza, Roma Sur, Cuauhtémoc
El Árbol del Centenario en el Parque España
En la colonia Roma Norte se encuentra un árbol ligado a la historia patria: un ahuehuete plantado el 21 de septiembre de 1921 para conmemorar el centenario de la Independencia de México.
Este ejemplar está dentro del Parque España, que también fue inaugurado para celebrar la efeméride.
“El Ayuntamiento de México dedico este ahuehuete como árbol centenario el 21 de septiembre de 1921 al inaugurarse este parque en celebración del centésimo aniversario de la consumación de la Independencia de México”, se lee en una placa grafiteada colocada al pie del árbol.
Hoy, con 104 años, pocos vecinos conocen su historia, aunque paseen por ahí todos los días.
- Especie: Ahuehuete (Taxodium mucronatum)
- Altura: 28 metros
- Edad: 104 años
- Ubicación: Sonora s/n, Roma Norte, Cuauhtémoc (dentro del Parque España)
El Viejo del Agua: el guardián de Azcapotzalco
Conocido como el “Viejo del agua”, este ahuehuete de 700 años se encuentra frente a la parroquia de Santa Catarina Mártir, en Azcapotzalco.
El 27 de junio de 2025 fue declarado Patrimonio Natural de CDMX por la jefa de Gobierno, Clara Brugada.
Su nombre en náhuatl refleja el respeto con el que ha sido venerado por generaciones, quienes lo consideran un guardián sagrado. Aunque protegido por rejas, su corteza guarda basura. Aun así, este sabino sigue siendo un refugio fresco para los vecinos de la zona.
- Especie: Ahuehuete (Taxodium mucronatum)
- Altura: 27 metros
- Edad: 700 años
- Ubicación: Calle Central, esq. Tlatenco, Santa Catarina, Azcapotzalco
El ahuehuete seco junto al joven en una glorieta de Azcapotzalco
En el centro de la Glorieta de los Ahuehuetes, en San Juan Tlihuaca, Azcapotzalco, se alza un ahuehuete seco convertido en fuente decorativa.
Aunque ya no está vivo, su tronco está rodeado de mosaicos coloridos y señales que advierten no lanzar objetos al pozo.
Este espacio público, a 15 minutos del Metro Aquiles Serdán, también alberga un ahuehuete joven de 23 metros, considerado árbol patrimonial de CDMX.
La glorieta honra a estos árboles nativos de México, que se cree fueron sembrados en Azcapotzalco como ofrenda a Moctezuma.
- Especie: Ahuehuete (Taxodium mucronatum)
- Altura: 23 metros
- Edad: Desconocida
- Ubicación: Glorieta de los Ahuehuetes esq. Cuichapa, San Juan Tlihuaca, Azcapotzalco
El Árbol Juarista que sembró Porfirio Díaz… y ‘fumó’ mota
El 30 de septiembre de 1910, Porfirio Díaz plantó este ahuehuete en honor a Benito Juárez por el Centenario de la Independencia.
Más de un siglo después, el árbol fue testigo de un campamento cannábico junto al Senado de la República, donde durante tres años se fumó y vendió marihuana.
Hoy sigue en pie dentro de la plaza Luis Pasteur, actualmente cercada con vallas.
Aunque el ejemplar no es precisamente el más alto ni el más viejo, una placa lo reconoce como “el primer árbol conmemorativo en México”.
- Especie: Ahuehuete (Taxodium mucronatum)
- Altura: 24 metros
- Edad: 115 años
- Ubicación: Insurgentes Sur s/n, Tabacalera, Cuauhtémoc
Eugenio, el fresno que vecinos salvaron de ser talado
Eugenio es un majestuoso fresno de más de 150 años y 30 metros de altura, ubicado dentro de un predio en la calle Cerrada de Eugenia, en la Del Valle.
Su origen es anterior a la fundación de la colonia y se encuentra en lo que fue el Rancho de Santa Rita, donde vivió el historiador del arte Manuel Toussaint.
En 2023, vecinos organizaron el ‘Euge-Fest’ y consiguieron un amparo para evitar su tala por un proyecto inmobiliario. En 2024, fue declarado Patrimonio Natural y Cultural de la CDMX.
- Nombre: Eugenio
- Especie: Fresno mexicano (Fraxinus uhdei)
- Altura: 30 metros
- Edad: Más de 150 años
- Ubicación: Cerrada Eugenia 28, col. Del Valle, Benito Juárez
Árboles patrimoniales de CDMX sobreviven entre contaminación e invasiones
En opinión del arborista José Carlos Martínez, uno de los aspectos positivos de esta declaratoria es el reconocimiento de la importancia de la flora nativa. Sin embargo, el director de Innovación de la asociación civil Reforestamos México alertó sobre algunos problemas que enfrenan los árboles urbanos. Asimismo, llamó la atención sobre la necesidad de contar con un plan de manejo del arbolado que atienda a todos los árboles de CDMX por su valor ambiental, y no solo a aquellos considerados como patrimoniales.
En un recorrido realizado por Chilango se observó que algunos de los árboles declarados como patrimoniales se encuentran en condiciones desfavorables para su salud como producto de la invasión de la mancha urbana.
Por ejemplo, ‘El Viejo del Agua’, en la alcaldía Azcapotzalco, acumula basura a su alrededor a pesar de estar protegido por una reja. Caso similar es el del ahuehuete de la colonia Tacuba, en Miguel Hidalgo. En este caso, la reja que protege al árbol incluso es utilizada como exhibidor por comerciantes de ropa.
Otro caso relacionado con la contaminación es el del Ahuehuete del Río, en Coyoacán, que se encuentra a las orillas de un caudal de aguas negras.
En otros casos, como el del ahuahuete de Churubusco, su jardinera centenaria de piedra se encuentra cuarteada y grafiteada. Mientras que desde hace siete años el árbol Sabino de Xochimilco se encuentra partido. La mitad de su cuerpo cayó debido a su propio peso y a un rayo que lo golpeó.
Finalmente, un común denominador es que las copas de muchos árboles se encuentran atravesadas o rodeadas por cables eléctricos o telefónicos.
De acuerdo con José Carlos Martínez, todos estos factores asociados a la contaminación, la falta de agua, el crecimiento de la mancha urbana y el maltrato que sufren por parte de los habitantes de la ciudad son factores que ponen en riesgo la salud de los árboles:
“Son árboles de gran tamaño, que requieren una gran cantidad de agua. También requieren que el suelo no esté compactado, que la gente no esté pisando a su alrededor ni se esté subiendo a sus ramas, que no los estén abrazando y que no se cuelguen. Yo estoy un poco estoy preocupado porque ahora que estos árboles se vuelven famosos, la gente vaya a subirse para tomarse fotos o empiece a pisarlos y compactar el suelo”, comenta el experto.
Piden extender cuidados a árboles sin declaratoria de patrimoniales
Finalmente, el arborista José Carlos Martínez, llama la atención sobre la importancia de reconocer el valor e importancia de todos los árboles de CDMX, más allá de si son patrimoniales o no.
La declaratoria protege a los árboles de ser retirados o derribados. Sin embargo, el experto considera que “los árboles que no son patrimoniales están en desventaja”.
Martínez explica que actualmente la norma ambiental permite que se puedan derribar árboles para construir obras en CDMX a cambio de compensaciones económicas y ambientales:
“Un técnico arborista calcula lo que representa el árbol en función de criterios como la altura, el tipo de especie, etc. Pero aquí en la Ciudad de México lo más que se llega a pagar [por derribar un árbol para hacer una construcción] es alrededor de $100,000”, detalla Martínez.
Además, agrega que en ocasiones se pide plantar árboles para compensar el impacto ambiental. Sin embargo, muchas veces los nuevos árboles terminan abandonados, sin recibir mantenimiento. Por ello, hace un llamado a hacer extensivos para todos los árboles de CDMX los cuidados que recibirán los árboles patrimoniales:
“Debemos de trabajar más en que estos criterios que están formando parte de los del árbol patrimonial también se tengan en cuenta para aplicarlos a los árboles en general. Entonces, realmente estaríamos reconociendo su valor”, concluye.
Por lo pronto, la ciudadanía puede contribuir al reconocimiento del valor de más árboles. La Secretaría del Medio Ambiente lanzó la convocatoria “Guardianes del Tiempo”. A través de una plataforma se puede nominar árboles de las 16 alcaldías para ser declarados patrimoniales. Estos deben tener más de 20 metros de altura y 100 años de antigüedad. Las nominaciones se podrán hacer hasta el 31 de diciembre y la declaratoria oficial de los nuevos árboles se realizará entre abril y junio de 2026.