A partir de hoy los más acérrimos fans de Madonna pueden tener sus manos Madame X, su decimocuarto álbum de estudio, el cual ya escuchamos, y quizá se trate de su mejor disco desde Confessions On a Dance Floor (2005), con un toque experimental que nos remite a la placa Music (2000). Va nuestro review de Madame X.

Por: Fer Frías/ @traveljunkie 

En Madame X, Madonna, volvió a ser la estrella del pop que la consagró en el gusto del público, haciendo lo que mejor sabe: lo que le da la gana. A pesar la combinación y variedad de sonidos y estilos musicales que el álbum tiene —que pudo terminar en verdadero desastre— se trata de una placa creativa, sin improvisaciones, bien pensada, y eso se nota hasta en el orden de las canciones.

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Todas las colaboraciones (sí, hasta las de Maluma) cuentan su propia historia, viven en mundo que en conjunto forma un universo de sonido fresco y propositivo. Para la producción del disco, Madge,  trabajó nuevamente con el productor sueco Mirwais Ahmadzaï, responsable de los icónicos Music (2000) y American Life (2003), y una de las mentes creativas de COADF (2005).

Durante el lanzamiento en MTV del video de “Medellín”, primer sencillo (y primer track) del disco, Madonna, aseguró que el álbum se trataba de un viaje musical por el mundo, mayormente influenciado por su residencia en Lisboa: y es así que podemos escuchar canciones en inglés con versos en español y portugués. Con sonidos que van del pop a la electrónica, y nos remiten al dance; sin abandonar el hip hop, el reggae y el reguetón; logra una amalgama de ritmos latinos, tan en boga en este momento de la industria musical. 

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Instrumentos clásicos, acordeones, percusiones, coros gospel y africanos, también están presentes en cada una de las canciones. En las primeras pistas del disco destaca “Dark Ballet”, una de las entregas más experimentales de toda su carrera, que también incluye un video de alta calidad visual, cuyos acordes de piano son solo la entrada para “God Control, una rola disco con coro gospel, que en su lírica intenta mezclar la política y ser transgresora, nos lleva de regreso a las pistas de baile de los años setenta: quizá la mejor canción del álbum.

Para “Batuka”, además del coro de voces africanas que se mezcla en la pista también se incluyen las voces de todos sus hijos, aunque según Madonna, fue solo David quien se empeñó en aparecer en los créditos. Es en este punto del review de Madame X, es la parte del disco donde realmente comienza a reflejarse la fuerte influencia portuguesa y por momentos pareciera que estamos escuchando un disco de worldmusic. 

La Madonna que lucha por las causas de las minorías se hace presente en “Killers who are partying” en la que escuchamos una mezcla de inglés y portugués con un poco de hip hop y sonidos nativos. “Seré Islam, si el islam es odiado”, versa. “Crazy” es una baladita dulce y romántica que nos recuerda un poco a esa Madonna desaliñada de los ochenta, nuevamente con reza sensuales versos en portugués.

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Si bien Madonna tiene a los fans más leales del mundo, la realidad es que también tiene detractores por toneladas y ese sentimiento de no encajar en un mundo lleno de expectativas se refleja en “Come Alive y Extreme Occident”, canción con letras poderosas en las que argumenta hacer las cosas sin pedir la opinión de nadie y reclama su lugar en un mundo exigente que la ha llevado a perder su centro de gravedad. Los sonidos nativos se combinan con lo electrónico y nos recuerdan algunas canciones de Music.

Review de Madame X: una Madonna vigente 

Otra de nuestras favoritas es la colaboración con Anitta. “Faz Gostoso” es fado, es samba, algarabía y es fiesta. Y casi, casi, como un continuación de el alma latina que incluye la placa, está “Bitch I’m Loca”, segunda canción en colaboración con Maluma, que llega para elevar expectativas de la fallida “Medellín”. Este, un reguetón más explícito con una letra principalmente en español con enorme carga sexual. La fiesta sigue con otra joya: “I don’t search, I find” una canción house, que aunque nos recuerda su mood en los noventa —Vogue y Rescue Me, por ejemplo—, se siente actual.

Madonna puede (si así lo desea) disfrutar de una vida tranquila gracias a su fructífera  carrera de 35 años, sin embargo; siempre en busca de la reinvención y supervivencia, sigue plasmando su toque creativo en la industria, y eso deberíamos celebrarlo. Con Madame X, el sabor agridulce que dejó Hard Candy (2008), MDNA (2012) y Rebel Heart (2015) quizá puede verse redimido. Por favor, Sra. Ciccone, nunca se siente.