Laura tiene 13 años, ama el futbol y es introvertida. A esa corta edad, su vida toma un nuevo rumbo: se tiene que mudar de la ciudad de San José, Costa Rica, a una zona selvática de plantaciones de palma. La adaptación no es solo al clima y a una nueva familia con el novio de su madre, sino a un miedo latente, pues ahí circula la leyenda de que hay un ser que devora a mujeres. Eso es lo que nos plantea la película Si no ardemos, cómo iluminar la noche.

Dirigida por la costarricense Kim Torres, esta trama muestra la resiliencia de Laura (interpretada por Laura Yuja Mora), una chica fuerte que comienza a adaptarse a su nuevo hogar, al trabajo de su madre, a jugar con su hermana Gabi (Valentina Chaves) y encuentra dónde practicar futbol. En ese proceso de adaptación, conoce a Daniela (Keylin Delgado) en un café internet.

Justo cuando ya tiene amigas como Daniela, disfruta la naturaleza de la zona y todo empieza a estar bien, descubre que el pueblo esconde un oscuro secreto que amenaza a las mujeres que más ama. Esa leyenda de la que le hablaron va a cobrar forma y conoce la verdadera naturaleza de la bestia.

El personaje de Gabi, la niña más pequeña dice una frase durísima en la historia “Pero no se preocupe, la bestia solo mata putas”, aludiendo a los feminicidios que han ocurrido en la población. 

“Es un tema muy feo que espero que cuando yo crezca ya no exista”, dice la actriz Valentina Chaves en conferencia de prensa en el 23 Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), donde Si no ardemos, cómo iluminar la noche compite en Largometraje de Ficción.

La película de Kim Torres retrata también la adolescencia y el despertar sexual (como otras cintas en esta misma competencia), pero lo lleva a esa ironía de cómo la violencia se oculta aún en un lugar paradisiaco, de cómo la agresión a las mujeres puede existir aún con una red fuerte de cariño y amor entre ellas.

Si no ardemos, cómo iluminar la noche en el FICM 2025

“La película la filmamos en el Pacífico sur de Costa Rica, donde existen muchos monocultivos de palmas y han tomado el control y deforestado la zona. Es un lugar que parece un laberinto […] Es inquietante cómo en este territorio han violentado a muchas mujeres. De algún modo se vuelve muy aprensivo. Queríamos encontrar ese balance entre un lugar muy bello, con naturaleza hermosa de la que hay en Costa Rica, pero que a la vez es intimidante”, explica Kim Torres.

Para la directora, esta película logra navegar entre emociones y ambientes: “A mí me gusta complejizar las cosas. No me gusta hacer algo demasiado feliz o sumamente dramático, sino que trato de buscar esos lugares que fluctúan en ambos espectros. A mi parecer es lo que está más cercano a la vida. Estamos siempre entre muchas emociones, nada es blanco o negro”.

Si no ardemos, cómo iluminar la noche es una película que ya estuvo presente en el FICM, en 2024 fue parte de Impulso Morelia, un programa dentro del festival que apoya a proyectos cinematográficos en postproducción. Estos son comentados por un panel internacional de expertos con el fin de que aporten elementos para la mejor terminación y posterior circulación de los proyectos seleccionados. Prueba de que el programa funciona es que cintas como la de Kim Torres volvió y como parte de la competencia de 2025.