The Strokes en el Foro Sol demostró que el rock está más vivo que nunca. Te contamos todo lo que vivimos en este mini festival.

The Strokes son el eslabón que une al viejo y el nuevo rock (que suena muy parecido al viejo rock pero sintetizado). Fueron la banda que nos salvó del terror del nuevo milenio y el cambio de siglo, en donde se hacía la premonición de que el rock había muerto. The Strokes vino a darle un RCP al género y a tomar la batuta de una generación de bandas que le darían al rock algunos de sus últimos suspiros, como los Arctic Monkeys, los Black Keys, Franz Ferdinand y otros de aquella ruidosa camada. 

Anoche Los Strokes la rompieron en el Foro Sol en una especie de Mini Festival (StrokesFest) entre semana; mucho compañero godín del rock tuvo que sufrir para llegar a tiempo y ver a Mac DeMarco. Encargado de abrir pista cuando todavía había luz de día y un aforo a medias.

Cuando la noche cayó de sopetón The War on Drugs; comenzaron a tirar sus primeros acordes y la conectaron bien con muchos que aceleraron la compra de chela para correr a verlos. La mayoría, obviamente, venía a ver a Casablancas y cía. Y eso se notó cuando al final de los WOD el público ya se había duplicado.

De pronto el escenario se tiñó de rojo… Un par de minutos después, The Strokes estaba haciendo sonar el segundo sencillo de su último álbum, The new abnormal (2020). Uno de esos paliativos que su rock nos entregó en plena pandemia; para abrir la tan esperada visita a la CDMX que teníamos pendiente.

Luego vino “Juicebox”, que golpeó de sorpresa como trapo mojado en la espalda; ahora sí, todos estábamos parados, gritando y cimbrando la pista y las gradas de “la basílica de los conciertos chilangos”.

The Strokes en el Foro Sol

Un viaje en el tiempo a través de los acordes

Un par de rolas más donde no hubo respiro nos llevaron directito al momentazo de la noche. Arrancó “Hard to explain” y la nostalgia nos dió una patada que nos lanzó 21 años atrás. A ese lejano 2001, cuando Is This It (2001) vió la luz, las torres gemelas acababan de desplomarse, México se abría a la democracia y todavía teníamos a Radioactivo 98.5. Como lo dicen los Strokes: Difícil de explicar


Luego vino “Reptilia” y el escenario se pintó de verde intenso. Las guitarras de pronto ahogaban la voz de un Casablancas que a ratos se perdía entre los riffs de Nick Valensi, luego vino “The adults are talking” y la madurez de estos neoyorkinos se hizo valer. Confirmando que no son una banda quedada, y que todavía hay mucha tela que cortar.

“Heart in a Cage” nos levantó de nuevo hasta el cielo y sonó como un estruendo. Luego llegó “Somedayy el momento de encender celulares y crear ese espectáculo maravilloso que solo un concierto masivo te puede dar. Casablancas balbuceó algo en español y se despidió de nosotros con “Under Cover of Darkness”, pero sabíamos que ese no era un adiós sino un “aguanten tantito”. 

Un repaso por 6 discos y 2 décadas de música en un setlist de 20 canciones donde no hubo mucha tregua. Tal y como me lo pronóstico el señor del puesto de camisetas, “hoy se echan 19 rolas, vas a ver…y hoy no va a salir borracho el Julián”. No sabemos si Casablancas estaba borracho pero nadie ha reportado nada hasta el momento. Esperemos verlos otra vez pronto.

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