Sí, sí, los chilangos no aguantamos nada, pero la CDMX ya rompió récord de temperatura en febrero, alcanzó los 31 ºC en marzo y todavía no llegamos a la primavera. Para nosotros, los godínez, esto solo puede significar una cosa: batallas campales por los ventiladores, sequía de garrafones y muy pocas ganas de trabajar. Por eso, aquí te decimos cómo combatir la ola de calor en la oficina.

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Recomendaciones para combatir ola de calor en la oficina

Al que madruga, el calor no lo ataruga

Si quieres darle la vuelta a la ola de calor en la oficina, lo mejor será que empieces tu día un poco más temprano de lo habitual. Esto te puede evitar varios minutos e incluso horas de tráfico o peor, del calor del metro que el año pasado estaba más mortal que nada, lo mejor es que esto también reducirá tu exposición al sol.

Si tienes unos minutos extra puedes aprovechar y dar un paseo cerca de tu chamba o empezar el día antes para trabajar cuando menos calor hace. Esto te hará más productivo y además podrás salir lo más temprano posible y aprovechar el resto día.

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Verde que te quiero verde

Otro gran consejo para sobrevivir a la ola de calor en la oficina es convertirla en un espacio verde. Las plantas oxigenan el aire y regulan la temperatura, pues son humidificadores naturales que consiguen equilibrar el nivel de humedad en el ambiente.Gracias a esto, las plantas adecuadas pueden ayudar a que el ambiente sea más agradable y fresco.

Lógicamente, se trata de un pequeño cambio, pero si quieres quedar bien con los de la oficina y bajar el calor, considera regalarles una de estas plantitas, eso sí, asegúrate que sea de interior y checa cuál es la que más te conviene, ya que unas exigen más cuidado que otras.

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Fresco como lechuga

Un hack que muy pocos chilangos conocen, pero deberían ya que es bastante efectivo para combatir la ola de calor en la oficina es refrescar tu cuerpo durante el día. Ojo, no tienes que armar la pelea de agua para lograrlo, solo necesitas un par de toallitas húmedas o un poco de papel mojado, preferentemente con agua fría.

Sólo debes dejarlo de dos a cinco minutos en puntos clave como el cuello, las muñecas o la parte interna del codo. Esto equilibra tu temperatura y ayuda a la concentración ya que reactiva el flujo sanguíneo. Lo mejor es que dejes que el exceso de agua se seque por sí solo, pues esto te mantendrá fresco por más tiempo.

Además, si eres de los que se baña en las noches, un truco similar es cambiar tu rutina para hacerlo por las mañanas pero con agua tibia. Además de ayudarte a despertar por completo, esto tendrá un efecto similar al de las toallitas, pero en todo tu cuerpo.

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Lo que el viento a Juárez

Aunque los ventiladores sólo mueven el aire de un lugar a otro, si se colocan adecuadamente, estos pueden ser un gran aliado en la batalla contra la ola de calor en la oficina. Por ejemplo, si se encuentran al lado de una ventana abierta u otra fuente de aire externo, este será menos caliente y más refrescante que si dejas el ventilador en medio de la habitación.

El godín pro, sabe que no hay nada como ahorrarse problemas y comprar su propio mini-ventilador. En estos casos, lo más recomendable es dirigirlo directamente hacia la cara para acelerar la evaporación de sudor en todo el cuerpo. Si estás buscando dónde comprar un ventilador para oficina, las tiendas japonesas de la ciudad tienen varias opciones.

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Hablando de aire…

Quizá parezca de sentido común, pero algo que hay que recordar durante la ola de calor en la oficina es que las ventanas no siempre son amigas. Así que no olvides bajar las persianas para evitar la entrada directa del sol y de plano mejor ni abrirlas cuando la temperatura exterior es más alta.

Sed de la peligrosa

Si hay algo de lo que todo chilango debe cuidarse durante la ola de calor en la oficina es la deshidratación, pues el calor nos hace a todos sudar —sí, a TO-DOS— y perder líquidos, por lo que es importante beber líquidos en abundancia durante toda la jornada laboral.

Eso sí, evita bebidas alcohólicas, aquellas que tengan gas o mucha azúcar, ya que esto podría hacer que pierdas aún más líquidos, así como aquellas que estén demasiado calientes o frías, pues estas desestabilizan tu temperatura interna. La mejor bebida siempre será un poco de agua y no tienes que acabarte dos litros en una sentada, de hecho, se recomienda tomar pequeños tragos por lo menos cada media hora.

De godín a godín, los mejores consejos que me han dado para no morir de sed durante todo el día es tomar un vaso de agua justo al despertar y preparar una noche antes tés refrescantes, como de menta, hierbabuena y jengibre sin azúcar. Desgraciadamente, para la batalla de garrafones no hay mucho que hacer, aunque, al igual que el ventilador siempre puedes comprar tu mini-garrafón en Mumuso, Miniso, Yoyoso y otras similares.

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Grasabroso y caluroso

Nosotros lo sabemos mejor que nadie, para comidas nada más rico y delicioso que un platillo bien grasoso y llenador. Pero en esta ola de calor en la oficina, los nutriólogos recomiendan comer lo más ligero posible, reducir lo dulce y lo picante para ayudar a tu cuerpo a superar mejor los cambios de temperatura y reponer las sales perdidas por el sudor.

Sabemos que suena muy triste, pero si eres de los que de plano no aguanta el sol, lo mejor será que evites las comidas pesadas y calientes. En su lugar, lo mejor son las frutas de temporada, las ensaladas o la pasta fresca acompañadas de agua y una pieza de fruta.

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Camarón que se duerme, se lo lleva la calor

Otro tip bastante sencillo pero que es muy efectivo para la ola de calor en la oficina es mantenerte en movimiento. Levantarte de tu escritorio y pasar un par de minutos en un espacio fresco por intervalos no sólo pueden ayudarte a regular la temperatura, también puede estimular tu circulación.

Aunque sean descansos muy cortos, mejoran la capacidad de concentración, la creatividad y el rendimiento. Así que no dudes en darte una vuelta por el cubículo de tu compa del trabajo y relajarte unos minutos.

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De la moda, lo que no acalora

Este es un consejo básico para no dejar que gane la ola de calor en la oficina. Lo recomendable es usar ropa cómoda, holgada, de colores claros y de tela delgada, especialmente para quienes trabajan en lugares con poca ventilación.

Si la camisa y la corbata son obligatorios trata de usar tejidos que dejen respirar a tu piel, como algodón o lino, lo cual disminuirá la sudoración. En cambio, las telas sintéticas encerrarán el calor y el olor ?.

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Se vale descansar

Durante toda ola de calor en la oficina siempre debes prestar atención a las señales corporales. Si a pesar de seguir todos estos consejos para el calor el cansancio, la irritabilidad o cualquier otra molestia persiste, puede ser que estés trabajando demasiado.

Un ritmo de trabajo acelerado, falta de periodos de descanso, una producción excesiva y el estrés también contribuyen a una sensación excesiva del calor e incluso a enfermedades relacionadas con este. Lo mejor es tomarse unos minutos para relajarse y acudir al doctor en caso de ser necesario.

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Por qué es importante cuidarte de la ola de calor en la oficina

En la ciudad, más de tres millones de personas perciben un sueldo fijo por jornadas de trabajo de ocho horas en oficina, acorde a estadísticas de la Subsecretaría de Empleo y Productividad Laboral. Sin embargo, más allá de la convivencia, gran parte de estos trabajadores enfrentan un problema que daña su salud: la ola de calor en la oficina.

La temperatura idónea para trabajar en un espacio cerrado es entre los 20 y 25 grados centígrados. Aunque el ser humano dispone de mecanismos naturales para regular el calor corporal, cuando estos fallan se pueden producir efectos negativos en el cuerpo como calambres debido a la pérdida de sales y electrolitos o deshidratación corporal que da lugar a dolores de cabeza, cansancio, vértigo, irritabilidad, taquicardia e hiperventilación.

Todo esto afecta tanto a la salud de los empleados como a la productividad de la empresa. Si entre la cantidad de personas y computadoras, ya no sabes qué hacer para combatir la ola de calor en la oficina, estas pequeñas acciones te pueden ayudar más de lo que imaginas, al menos hasta que llegues al metro, y ahí sí, sientas lo que es el infierno.

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