¡Hay esperanza, chilangos! El día en el que la movilidad en la CDMX mejore y el tráfico a vuelta de rueda sea un mal recuerdo sí llegará.

¿Qué necesitamos? De acuerdo con la subsecretaria de Planeación, Laura Ballesteros, para que podamos tener esa ciudad tan soñada es necesario darle seguimiento a las políticas públicas que se han implementado en los últimos años, ya que «de las decisiones de hoy depende el futuro».

Pero vayamos por partes. Al presentar los resultados de la Encuesta Origen-Destino 2017 del INEGI, Laura Ballesteros señaló: «necesitamos continuidad de 6, 12 y hasta 26 años para lograr las transiciones que necesitamos».

De acuerdo con la funcionaria, lo anterior no significa que hasta 2044 vaya a mejorar la movilidad en la CDMX, sino que, actualmente, ya se pueden ver avances en ese tema.

Ballesteros subrayó que se ha logrado impedir el crecimiento en el uso del automóvil, al tiempo que se aumentó el número de personas que utilizan medios no motorizados para llegar a su destino o que incluso cubren esos trayectos a pie; sin embargo, «necesitamos seguir por el mismo camino» para que la movilidad en la CDMX mejore.

Al hablar sobre los resultados de la encuesta Origen-Destino 2017 del Inegi, que indican que 74.1% de los viajes que se realizan en el Valle de México son en transporte público, Ballesteros dijo que para tener una movilidad sana, esta cifra tendría que superar 80%.

«La movilidad está en transición, ya hay mejoras que no son suficientes, pero hemos avanzado. Tenemos claro que el principal problema es la saturación de autos, con una tasa de ocupación de 1.5 personas», dijo.

En entrevista con Chilango, Laura Ballesteros, explicó que los retos más cercanos en materia de movilidad en la CDMX son:

  • Una estrategia para construir una línea metropolitana del Metrobús, con más de 30 estaciones para conectar a la Ciudad con el Estado de México
  • Crear más corredores de transporte público en los que circulen vehículos eléctricos, y
  • Mejorar la infraestructura peatonal y ciclista.

Pero, ¿qué pasa si no continuamos con el modelo actual? Según Ballesteros, la sobresaturación de autos particulares, conocida como carmaggedon, es el riesgo para las próximas generaciones.

Luego de señalar que la inversión en transporte público tiene un atraso de más de dos décadas, la funcionaria dijo que el cambio debe consistir en ver al transporte público integrado como un eje principal, el cual deberá conectarse con ecosistemas de movilidad no motorizada para desincentivar el uso del automóvil. «Una calle es más eficiente en la medida en la que mueva al mayor número de personas», indicó.

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Nota del editor: Este nota se publicó el 21 de febrero con el título «La movilidad en la CDMX mejorará… en 26 años»