Llegas al pasillo de vinos en el súper y no sabes ni por dónde empezar a buscar. ¡Tantas botellas, tantas opciones, tanta información! Es abrumador, sobre todo si eres amante pero amateur del vino. Para facilitarnos la compra, la sommelier Laura Santander (quien apenas nos recomendó una selección de vinos a domicilio para cuando quieras lucirte), nos ayudó a armar esta guía sobre cómo elegir un buen vino en el súper. No sufras, solo sigue los pasos.

Cómo saber si un vino es bueno o no

Uno de los dichos más populares en la industria vinícola es: “El mejor vino es el que te gusta”; pero parada frente a decenas de botellas en el súper, esto no ayuda mucho… ¿cómo vas a saber cuál te gusta y si es bueno o no?

Laura cree que este dicho es una falacia. “Hay calidades, nos guste o no —nos contó en una entrevista en vivo a través de Instagram y Facebook—. No es lo mismo un Tsuru que un Mercedes, por tecnología, diseño o seguridad; te puede gustar más uno que otro, pero la calidad no es comparable. Lo mismo pasa en el vino”.

¿Cómo reconocerlos antes de probarlos? Hay varias maneras, desde la forma de la botella (el vidrio grueso y el empaque fino son indicativos de gran calidad), hasta el precio (aunque no todos los buenos son caros) y la información que ofrece la etiqueta.

No todos los vinos caros son buenos

Que cueste mucho billete no significa que sea bueno. Esta es una generalidad (como todo en esta guía), pero es una buena regla para acercarse al cómo elegir un buen vino en el súper. No te vayas directo con los carísimos, “el chiste es encontrar los vinos que correspondan a su calidad —asegura Laura— bueno o excelente son adjetivos muy grandes; mejor busca el equilibrio entre lo que pagas y lo que consumes”, es decir: la famosa relación precio-calidad.

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Primero: cuántos billetes vas a soltar

Hablando de morlacos, el paso número uno para escoger un vino es definir tu presupuesto. Laura recomienda: “Sé sincera contigo misma y define un máximo de cuánto estás dispuesta a gastar. Eso ayuda a que se ajusten tus expectativas, así no te decepcionas porque te hiciste ilusiones de un gran vinazo que no quisiste o no pudiste pagar”.

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Muchos sommeliers recomiendan que los amateurs empiecen con vinos baratos, pero Laura difiere: “¡No! Es mejor si empiezas por los mejores. Nadie quiere probar los vinos malos; es como ir a un nuevo restaurante de mariscos y el chef te dijera ‘Primero cómete los camarones echados a perder’. Obvio vas a decir: ‘Claro que no, yo quiero probar lo mejor que tienes’. El chiste es que bebas bien. No dejes que nadie te pichicatee lo que bebes”.

Segundo: elige un país

Tanto en el súper como en las licorerías, los vinos están divididos, primero, por regiones (países de origen), y después por tipos (tinto, blanco, rosado, espumoso, naranja…). Para que te sea más fácil elegir tu vino, quédate en un solo país, así reduces las opciones.

Laura recomienda que elijas países con grandes áreas y tradiciones vinícolas que ofrezcan una amplia variedad de vinos. Por ejemplo: España. “Ribera del Duero es una gran región —dice—, porque tiene una gama muy amplia de vinos de todas las calidades”.

Tercero: ve por los monovarietales

Para empezar a identificar los buenos vinos –y, sobre todo, los que más te gustan–, Laura recomienda que empieces probando vinos monovarietales (es de decir hechos con una sola uva, no mezcla de uvas) y que elijas la uva emblema de la región. Por ejemplo: si vas a beber un vino chileno, elige un carmenere o un cabernet sauvignon. ¿Y cómo vas a saber cuál es la uva emblema de cada región sin usar Google? ¡Fácil! Lee las etiquetas de varios vinos del mismo país y, la que se repita más, ¡esa es!

Probar vinos de una sola uva te ayuda a identificar el perfil del sabor de cada una –si es intensa, ligera, frutal, etc.–. Después puedes hacer el ejercicio de probar vinos de otras regiones y de la misma uva, así vas comparando.

Laura advierte que tengas cuidado con los vinos del Viejo Mundo, pues suelen no especificar el tipo de uva. Esto es porque se trata de una Denominación de Origen (es decir: regiones que siempre producen el mismo tipo de uvas).

Cuarto: cómo identificar sabores

El sabor es lo más importante en el cómo elegir un buen vino. Si te gustan los sabores potentes, ve por un tempranillo. Si te gustan más sutiles, el pinot noir. Es una regla sencilla, pero sirve.

Otro tip valioso es saber que la mayoría de los vinos tintos que hay en el súper (en el mercado, en general) son secos. Los vinos dulces, por lo regular, se especifican en la etiqueta. Por ejemplo, los vinos espumosos van desde el más seco hasta el dulce, así: brut nature, extra brut, brut, extra seco, seco, semiseco y dulce.

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También ayuda leer la etiqueta. La mayoría describe las notas de aroma y sabor que se esperan del vino, pero tampoco son verdades absolutas, lo mejor es que pruebes.

Quinto: compra dos vinos del mismo tipo

Llévate dos vinos del mismo país y de la misma uva que elegiste. Uno más barato que otro. Después, compara. Así vas a entender, en serio, qué hace que un vino del mismo origen y cepa sea más costoso que otro y si vale la pena pagar más por lo que “aparentemente” es lo mismo.

“Va a ser evidente cuál es mejor, el más equilibrado y el que quieres seguir bebiendo —dice Laura—. Hay de dos sopas: lo más común es que digas: ‘Ok, ya sé por qué este cuesta más’, pero la mejor sorpresa que te puedes llevar es que el vino más barato es mejor en su relación precio-calidad (lo que todos buscamos en el cómo elegir un buen vino)”.

cómo elegir un buen vino
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Los vinos baratos, ¿de plano no?

Cómo elegir un buen vino depende de su costo, sí, pero no juzgues a un vino solo por su precio. Los baratos pueden ser muy buenos. Para que te guíes en rangos de costo-beneficio, Laura dice que:

  • De $200 a $300: bien, pero tienes que buscarle.
  • De $300 a $500: hay una garantía de buena calidad.
  • Arriba de $500: seguro son buenos, aunque no todos valen lo que cuestan.
  • Abajo de $200: es mejor evitarlos.

¿Y los vinos de descuento?

¡Aguas con los descuentos! Laura dice que puedes confiar en los descuentos puestos por la tienda o el súper (como el 3×2 de Julio Regalado) pero no tanto en los descuentos que pone la propia vinícola. “Pregúntate por qué está en descuento ese vino —dice—; muchas veces son añadas rezagadas o con algún problema”.

Sexto: antes de beberlo, ¡guárdalo un ratito!

“Comprarlo, embolsarlo, cargarlo, meterlo a la cajuela del coche, llevarlo a la casa, acomodarlo en la cava… ¡uf! Todo ese movimiento es como un terremoto para el vino”. Lo mejor es que esté en paz y calma en tu cava (o el lugar donde lo vas a conservar) antes de beberlo para que se acomode químicamente y puedas disfrutar sus sabores en su máxima expresión.

Pero… ¡tampoco lo guardes tanto! Sigue esta guía rápida de Laura para saber cuánto tiempo puedes conservar tu vino antes de echártelo:

  • Si costó entre $250 y $500: lo puedes guardar en tu casa un par de años.
  • Más de $500: lo puedes mantener mucho más años, los que quieras.
  • Menos de $250, ¡no lo guardes! Tómatelo lo más pronto posible.

Regla de guarda: Si estamos en 2020 y el vino que está en el súper es añada 2018 o 2019, se trata de un vino joven que está listo para beberse. “Si ya está en el súper es porque la vinícola ya quiere que me lo beba. De otra manera, lo guardaría antes de soltarlo a la venta”.

Pilón: ¡sal de los vinos de siempre!

Lo bueno siempre está fuera de la zona de confort. Laura recomienda que pruebes siempre algo fuera de lo que conoces. Por ejemplo, en Ribera del Duero (la región española que nos recomendó), los vinos más conocidos son Matarromera y Pesquera, pero ella recomienda: Damana 5, Bosque de Matasnos, Pago de Carraovejas, Figuero y Emliio Moro.

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¡Estás lista! Con esta guía sobre cómo elegir un buen vino en el súper vas a encontrar grandes joyas sin gastar un dineral. ¡Suerte y salud!

VIDEO: por si quieres más tips de vino

Acá te dejamos el video completo de esta charla de vino con Laura Santander: