En el barrio de La Merced de la CDMX, entre puestos, marchantas, edificios coloniales y modernos se encuentra la Plaza de la Aguilita. En ella, justo al centro, se levanta una estatua que representa a un águila parada sobre un nopal y devorando una serpiente.

Seguramente conoces lo que significa esa águila: el símbolo patrio de México y representa la leyenda de la fundación de Tenochtitlán, en la época prehispánica. Y la razón por la que esta estatua está colocada en una plaza pública en el corazón de la ciudad, es porque se dice que marca el sitio donde los aztecas encontraron dicha águila para fundar su imperio. 

A continuación, te contamos sobre este mito de fundación de México y qué tan cierto es que esa plaza es el lugar exacto donde ocurrieron los hechos. 

La fundación de Tenochtitlán

Según el sitio oficial del Museo del Templo Mayor, aproximadamente en el siglo XII, el pueblo de Aztlán emprendió un peregrinaje en búsqueda de un nuevo lugar para asentarse. El mito dice que fue un mandato del dios Huitzilopochtli, quien les indicó que la nueva tierra donde debían establecerse se les revelaría a través de un símbolo: un águila posada sobre un nopal y devorando una serpiente. 

Hasta el año de 1325, los aztecas encontraron en un islote el presagio de su dios, lo que dio inicio al imperio mexica. Actualmente, conocemos el símbolo de un águila devorando una serpiente sobre un nopal como parte de la identidad nacional de México: su escudo de armas o emblema nacional.

El mito de la fundación narra que el lugar en donde se encontró al águila devorando a la serpiente fue un islote en el lago de Texcoco. Tenochtitlán fue construida sobre el lago y, muchos siglos después, la CDMX que habitamos y conocemos.

Plaza de La Aguilita, donde el mito se hizo realidad

Del lago de Texcoco no queda nada más que las anuales inundaciones en la ciudad. Y aunque el islote donde hallaron al águila desapareció, no lo hizo su recuerdo. En 1869, muy cerca del Convento de la Merced, el gobierno mexicano colocó al centro de una plaza pública una estatua de bronce que representa el símbolo patrio. 

Esto, porque la creencia popular aseguraba que ahí se encontró el islote con el nopal, el águila y la serpiente. Desde entonces, la plaza pública entre las calles de Mesones y Roldán conmemora la ubicación donde los aztecas hallaron la señal divina de Huitzilopochtli y fundaron Tenochtitlán. 

El antropólogo Salvador Pulido Méndez, en una entrevista para La Crónica, declaró que no se puede asegurar ni desmentir que la Plaza de la Aguilita en CDMX el sitio exacto del mito de la fundación; ya que esta pudo ocurrir ahí o cerca del Templo Mayor. 

Pese a ello, la creencia popular es más fuerte. Construyeron la plaza alrededor del siglo XV y XVI, pero fue hasta 1829 que se colocó la estatua para conmemorar el sitio de la fundación de México. En 1929 la plaza cambió de nombre a Juan José Baz, un exdiputado reformista, pero para los chilangos, siempre será conocida como Plaza de la Aguilita.

¿Qué hay en la Plaza de la Aguilita en CDMX?

En el año 2000, durante un proyecto de rehabilitación de plazas públicas en la ciudad, el Gobierno de la CDMX restauró la plaza con el fin de preservar la memoria histórica de este sitio. Colocaron dos jardineras recubiertas de talavera poblana y la imagen de los 42 escudos de armas que la nación tuvo a lo largo de su historia. Van desde el más antiguo, que data del año 500 d.c., hasta el escudo actual del año 1984. 

Además, la plaza está rodeada de edificios coloniales que sirven de departamentos y locales. Por su cercanía a la calle de Mesones hay comercios de papelería, vecindades, la histórica cafetería Bagdad y los típicos puestos de garnachas que cada día sacan la bocina y ambientan el barrio con cumbias, salsas y banda. 

La Plaza de la Aguilita es un espacio público y simbólico. Al centro está la representación de una señal divina que marcaba el final de una peregrinación y el inicio de una nación. Frente a la estatua, dos jardineras enmarcan la importancia de un símbolo como identidad nacional. 

Los vecinos le han dado vida a la plaza a través de existir sobre la memoria. Edificios viejos, rastros de décadas que moldearon a la CDMX, como un letrero de teléfono público antiguo, se mezclan con el transitar de las personas y de las actividades culturales que se realizan.

La Plaza de la Aguilita es una fotografía análoga que se mueve, un pedazo de barrio capitalino y un lugar mítico.

Recuérdalo la próxima vez que andes por el centro comprando tus materiales, quieras descansar en la cafetería Bagdad y mirar la estatua del águila devorando una serpiente que se alza al centro de la Plaza Juan José Baz.