El saxofonista californiano Kamasi Washington ha roto esquemas desde su debut con The Epic (2015), un álbum triple que lo posicionó como uno de los artistas más influyentes de su generación. Su sonido mezcla espiritualidad afroamericana, jazz clásico, funk, soul y hip-hop con una energía que desborda los escenarios. Ha tocado con todos: desde Herbie Hancock hasta Kendrick Lamar, y su propuesta ha hecho del jazz una experiencia emocionante y expansiva.

Entre sus mayores logros están sus colaboraciones en To Pimp a Butterfly, de Kendrick, y sus álbumes Heaven and Earth (2018) y Fearless Movement (2024), en el que lleva su visión aún más lejos con toques de electrónica, percusiones afrolatinas y reflexiones sobre la paternidad y la libertad. Temas como “Truth”, “Street Fighter Mas” o “The Garden Path” lo han consolidado como una voz esencial de la música actual.

Su presentación más reciente en la CDMX fue en 2020, cuando ofreció un show legendario en el difunto Plaza Condesa en tiempos de coronavirus, antes de que se declarara pandemia. Ahora regresa con nueva música bajo el brazo: su más reciente álbum reafirma su voluntad de romper límites y mover cuerpos y, si algo ha demostrado en sus visitas anteriores a México, es que su música encuentra aquí una audiencia fiel y prendida. Su paso por festivales como Bahidorá y Corona Capital Guadalajara ha dejado claro que el jazz también puede encender multitudes.

¿Qué podemos esperar en el concierto de Kamasi Washington?

Kamasi Washington llega acompañado por su banda, con quienes crea un vínculo sonoro que va de la improvisación más intensa a la introspección más profunda. La experiencia en vivo incluye solos extensos, momentos casi orquestales y un groove espiritual que electrifica al público.

En su repertorio conviven piezas como “Truth”, “The Garden Path” y “Street Fighter Mas”: jazz expansivo con alma funk, toques de electrónica y mucha improvisación. Una mezcla sonora que eleva el espíritu y rompe cualquier frontera de género.

Si lo tuyo es la música que te vuela la cabeza y el alma, esta es una cita obligatoria. Porque cuando Kamasi sube al escenario, el jazz deja de ser un nicho y se convierte en ritual compartido.