El próximo 24 de enero de 2026 marcará un antes y un después para José Madero. No es un cierre de ciclo, sino un salto: por primera vez llevará su música al Estadio GNP Seguros, el escenario más grande de su carrera.
“Tocar en ese escenario es algo surreal. Hace unos meses vi a Oasis ahí y ahora me toca a mí. Que mi proyecto tenga la capacidad de estar en el mismo lugar, con mi propio show, me vuela la cabeza”, dice con incredulidad el cantante en entrevista con Chilango.
Para él, no es solo la magnitud del lugar, es el peso simbólico de compartir esa tarima con artistas que alguna vez admiró desde la grada. A diferencia de otros momentos en su carrera, aquí no hay nervios: “Después de 25 años no hay escenario que me dé miedo, mientras el evento sea mío”, asegura.

Durante la charla —bastante amena, por cierto—, José Madero asegura que el “qué dirán” ya no le importa, sobre todo aquellos que se preguntaban: “¿De verdad José Madero va a llenar el GNP?”. Él sonríe con calma y sostiene:
“Me gusta ser el underdog. Me gusta ser ese del ‘ay sí, ahora resulta’. Imagínate que se llene, pues ya es innegable. Y sin descuentos, sin promociones. Eso también dice mucho”.
Lo asegura con la naturalidad de quien lleva años construyendo su carrera paso a paso, de gira en gira, de canción en canción, y de quien reconoce que su público es su columna vertebral: “Son leales, me quieren mucho y me perdonan todo”, bromea.
La bestia se liberará en el escenario del Estadio GNP
Hablar de sus shows es hablar de catarsis. No sólo para el público, también para él. “Tiendo a gritar mucho en los conciertos. Es un lugar furioso para mí. Hay canciones que me regresan a momentos específicos —bonitos o feos— y me sale una voz que no está grabada. Eso lo hace único cada noche”, explica.
Sabe que a sus conciertos va gente a bailar, llorar, enamorarse o simplemente olvidar sus broncas por un par de horas. Y él, arriba del escenario, también se refugia: “Si estoy triste o abrumado, ahí se me va todo. Es mi refugio. En esas dos horas y media, todo está bien”, comenta.

Entre la herida y la música
En los últimos años, su música ha virado a terrenos más frágiles, más personales. Su disco más reciente, Sarajevo, y canciones como “Vidrio Por Doquier” revelan a un artista menos blindado y más dispuesto a mirar la herida de frente.
Aunque aclara que esta última canción no habla de él, sí nació de la empatía: “Quise retratar lo que vive una pareja que no puede amar libremente por culpa de la sociedad. Pregunté, escuché… no es mi historia, pero existe”, explica José Madero.
Y así como hay canciones sobre amores rotos, también las hay sobre miedos, soledad, existencialismo y trastornos mentales. “Sé que me conocen como el que escribe de desamor, pero hablo de muchas cosas: inseguridades, fama, crisis personales. No todo es amor y desamor”, señala.
¿Qué sigue para José Madero?
José Madero entrará al estudio a grabar un nuevo disco y nos adelantó un poquito: “Será mucho más crudo y agresivo, de esos álbumes que salen de algo malo, pero se convierten en algo bueno”, adelanta.
Sin colaboraciones planeadas, pues asegura que “es demasiado personal para compartirlo”, y con un 90% del setlist ya definido, José se prepara para cerrar un ciclo y abrir otro en su show del Estadio GNP Seguros.
“No sé si esta fecha sea un final o un inicio. Pero sí sé que es un sueño cumplido”, dice al final de la entrevista.
SPOILER: En el concierto habrá un museo en el que los asistentes podrán conocer detalles personales de la vida del artista, así como dos escenarios diseñados exclusivamente para su tour Érase Una Bestia.

Su voz no suena a euforia, sino a calma: la de alguien que encontró su lugar, no arriba del pedestal, más bien frente a quienes lo han acompañado todos estos años y con quienes se quiere quedar.
- Cuándo: 24 de enero de 2026.
- Dónde: Viaducto Río de la Piedad s/n, Granjas México, Iztacalco.
- Horario: 21:00 h.
- Costo: $617-$3,172.