Con una historia que no deja indiferente a nadie, Lobos por corderos, escrita y dirigida por Reynolds Robledo, ha vuelto a los escenarios con fuerza.

Esta temporada, que se presenta todos los martes en el Foro Lucerna hasta el 5 de agosto, reúne a un elenco de primer nivel encabezado por Adriana Louvier, Sofía Espinosa, Pedro de Tavira y Mariana Gajá, en un drama que pone en jaque nuestros valores más profundos.

¿De qué trata la obra de teatro Lobos por corderos?

La obra arranca con una premisa incómoda: tras un accidente escolar en el que mueren dos niños, la directora del colegio ofrece un millón de dólares a cada familia a cambio de su silencio. No hay juicio, no hay castigo evidente, solo una reunión cargada de tensión, silencios y decisiones imposibles. ¿Tú qué harías? ¿Aceptarías ese dinero?

El teatro como espejo incómodo

“Es una obra compleja y también dura de actuar, pero profundamente sanadora”, expresó Mariana Gajá en entrevista con Chilango. Su personaje, Bárbara Moretti, es la directora que intenta apagar el escándalo con un cheque, pero que, a lo largo de la obra, revela capas de humanidad inesperadas.

El público entra con una mirada crítica y poco a poco se ve arrastrado hacia terrenos donde la empatía se combina con el rechazo. Lobos por corderos no busca héroes ni villanos, más bien mostrarnos la complejidad del alma humana en situaciones límite. Juzgar es el camino fácil, pero si tú estuvieras ahí, la decisión sería compleja.

Más allá del dolor por la pérdida de un hijo, la obra toca temas como la maternidad, la discapacidad, el clasismo, y el papel de la educación en la violencia escolar.

“Nos hace preguntarnos si una vida tiene precio, si con dinero se puede tapar todo”, dijo Gajá. Y añadió: “También vemos cómo educar desde casa es el primer reflejo de lo que se vive en sociedad”.

La dirección de Reynolds Robledo se caracteriza por su enfoque íntimo permitiendo que cada actor explore los matices emocionales de sus personajes. Por ejemplo, el personaje que interpreta Adriana Louvier es el de una madre que se siente liberada luego de la muerte de su hijo, mismo que tenía Síndrome de Down, ¿ponerse en contra de ella? ¿Ser empático? Difícil tomar partido pues uno no sabe lo que cada persona lleva cargando por dentro cuando de vivir soltar se trata. O temas como el bullying, provocado por otro de los niños que falleció y ver que la relación entre sus padres repercutió en lo que aprendió el niño.

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La escenografía minimalista del Foro Lucerna se convierte en el espacio perfecto para que el público esta historia cargada de tensión, pero sobre todo de humanidad. Lobos por corderos es una experiencia que te hará salir del teatro con más preguntas que respuestas. Una obra que duele, pero que también nos hace crecer. ¿Estás listo para tomar partido?