La colocación de luces LED o anuncios publicitarios sobre sus troncos o ramas, así como la construccion de jardineras metálicas a su alrededor, son prácticas comunes que atentan contra la salud de los árboles urbanos de CDMX, denuncia la organización civil Reforestamos México.
Además, la basura, la orina de animales de compañía y la colocación de cableado eléctrico también afectan al arbolado, detalla el ingeniero forestal José Carlos Martínez.
“Generalmente, cuando vamos caminando por las calles de la Ciudad de México, vemos que las personas los usan como como postes. Entonces, les ponen luces o les cuelgan cosas. En segundo lugar, en el afán de protegerlos, les hacen jardineras de metal alrededor, pero cuando el árbol crece, lo absorbe”, comenta el experto en entrevista con Chilango al ser cuestionado sobre los daños más comunes que ciudadanos y negocios causan a los árboles de CDMX.
“No hay un dolo, no hay una intención de hacerles daño, pero hay mucha ignorancia”, agrega al respecto Arturo Hernández, creador de Los Supercívicos, quien colabora con Reforestamos México e Imperfect Proyect en un proyecto de concientización sobre la importancia del cuidado del arbolado urbano en CDMX.
Pequeñas acciones causan grandes daños a árboles urbanos de CDMX
En CDMX, casos como el de los árboles Eugenio y Laureano se han convertido en símbolo de la lucha en defensa del arbolado urbano. En ambos casos, vecinos lograron frenar proyectos inmobiliarios que no tomaban en cuenta a los árboles y pretendían derribarlos o podían ponerlos en riesgo.
“La industria constructora los ve como estorbos. Es terrible que los arquitectos no hacen sus proyectos pensando en conservar árboles que llevan ahí hasta 150 años. Por el contrario, empiezan a hacer su proyecto y los árboles les estorban”, comenta Arturo Hernández.
Sin embargo, los árboles urbanos de CDMX también se ven amenazados por prácticas más sutiles, que incluso pueden cometer pequeños negocios, ciudadanos de a pie y hasta las propias autoridades.
Además de las luces, que estresan a los árboles e interfieren en el proceso de su ciclo regular de fotosíntesis, y de las jardineras metálicas, que pueden llegar a atrapar a los árboles e impedir su crecimiento, el top 5 de malas prácticas hacia el arbolado también incluye otras acciones:
“Muchos negocios ponen mesas alrededor de los árboles, precisamente para que queden bajo su sombra. Pero algunas veces pegan las mesas al tronco, y eso los daña. También hemos visto gente que les pone mucha basura. Y está el tema de los perritos que orinan a los árboles“, explica el arborista José Carlos Martínez.
Para colocar las luces o letreros, las personas suelen colocar tornillos o clavos a los árboles. Al respecto, el experto explica que ello los vuelve más vulnerables ante amenazas como el muérdago, los hongos, las bacterias o las plagas.
Por su parte, Arturo Hernández agrega que otros elementos nocivos para el arbolado son los cables de alta tensión que llegan a tocar las copas, así como el manejo que se hace de las raíces para evitar que rompan las banquetas. “Los lastiman mucho, la CFE por arriba y las alcaldías por abajo”.
Va por los árboles, una herramienta de concientización y denuncia
Al notar que muchas de estas prácticas nocivas las cometen pequeños negocios y ciudadanos de a pie, sin dolo en la mayoría de los casos, Reforestamos México, Los Supercívicos e Imperfect Project decidieron unir esfuerzos y lanzar la campaña Va por los árboles.
“Es un proyecto que está pensado para hacer conciencia y para educar a la gente”, explica Arturo Hernández. Detalla que lo que se busca es enseñar a la gente a cuidar a los árboles de su entorno más cercano para, a partir de ello, generar un mayor impacto.
“Si no somos capaces de cuidar a los árboles que tenemos frente a nuestras casas, en nuestras banquetas o en nuestros parques, jamás seremos capaces de cuidar nuestros bosques”.
A través de videos en redes sociales, la campaña explica cuáles son las prácticas que dañan a los árboles. E incluso se busca dar a la gente herramientas para denunciar estas malas prácticas.
En el sitio vaporlosarboles.reforestamosmexico.org la ciudadanía podrá encontrar herramientas para identificar un árbol y conocer qué autoridad debe podarlo, protegerlo o removerlo en caso de que sea necesario.
También hay herramientas prácticas para denunciar a través de la policía cuando una persona o establecimiento está dañando un árbol. E incluso existe un enlace para reportar a través de la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial (PAOT) las malas prácticas en torno al manejo del arbolado urbano.
Adicionalmente, a través de la página, las personas pueden compartir iniciativas ciudadanas en favor del arbolado urbano para que el público pueda sumarse.
“Actualmente tenemos una red de más de 400 vecinos en la Ciudad de México trabajando por el arbolado urbano, y queremos que siga creciendo. En la página podrán ver las diferentes activaciones que estamos realizando. Próximamente vamos a publicar un calendario de las actividades de voluntariado que hay a lo largo del año, ya sea con nosotros o con otros vecinos, y así se pueden sumar. Queremos sobre todo apoyar a vecinas y vecinos que están haciendo cosas por el arbolado urbano y que de repente necesitan manos”.
Piden ampliar criterios para nominar árboles patrimoniales
En meses recientes, la atención sobre el arbolado urbano en CDMX se centró en los árboles incluidos en los 10 ahuehuetes, el fresno y el laurel anunciados por la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) en la lista para ser declarados árboles patrimoniales.
Sobre el tema, José Carlos Martínez considera que la declaratoria es un primer paso para visibilizar la necesidad de cuidar el arbolado. No obstante, agrega que un segundo paso importante sería “saber utilizar la declaratoria como instrumento en caso de que tengamos alguna amenaza”. Al respecto, destaca que cada árbol declarado patrimonial debe contar con un plan de manejo.
“El plan de manejo nos debe de indicar en qué estado se encuentra el árbol. Nos debe decir su edad, su altura y cómo está de salud, en qué etapa de la vida se encuentra, si tiene plagas o enfermedades. También debe contemplar cuáles son los riesgos mecánicos: si las ramas están por caer, si tiene algún peso que lo pueda hacer caer. Y sobre todo, debe haber una estrategia de cómo se va a dar esa intervención, cómo cuidar sus raíces, cómo se va a regar. Un plan de mantenimiento debe de estar procurando que el árbol siga recibiendo los cuidados para permanecer muchos años”, comenta el experto.
De acuerdo con un recorrido realizado por Chilango, algunos de los árboles que el Gobierno de CDMX incluyó en la declaratoria de patrimoniales sufren problemas de salud. Algunos presentan muérdago. Otros, por su parte, se encuentran en áreas altamente contaminadas, como un río de aguas negras en la alcaldía Coyoacán. E incluso está el caso del árbol Sabino, que se encuentra partido a la mitad.
Además de los árboles incluidos en la declaratoria, la Secretaría del Medio Ambiente de CDMX lanzó la convocatoria “Guardianes del Tiempo”. Se trata de una plataforma en la que la ciudadanía puede nominar árboles que considere que también merecen ser declarados patrimoniales. Sin embargo, estos deben cumplir con ciertos criterios. Entre ellos, deben tener una altura superior a 20 metros y 100 años de antigüedad.
🌳✨ ¿Conoces un árbol majestuoso en tu colonia que guarda historias, tradiciones o simplemente impone por su grandeza?
— Secretaría del Medio Ambiente (@SEDEMA_CDMX) July 4, 2025
La SEDEMA te invita a participar en la convocatoria “Guardianes del Tiempo” para nominar árboles que, por su valor ambiental, histórico o cultural, pueden ser… pic.twitter.com/kItMarPB2F
Sobre el tema, José Carlos Martínez considera importante tomar en cuenta a árboles de menor altura y edad. Al respecto, argumenta que estos también tienen importancia social y cultural para sus comunidades, además de su valor ecológico.
“Hay una gran diversidad de formas y tamaños de árboles. Por ejemplo, pienso en el Cazahuate de Insurgentes. Todos lo hemos visto en la Glorieta de Insurgentes. No mide más de 8 metros, pero es un árbol muy emblemático por su historia. Entonces, creo que valdría la pena ampliar los criterios para que también pudieran ser considerados otros ejemplares”, concluye el experto.