Vecinos del barrio de San Juan, en Xochimilco, denuncian que las autoridades han descuidado a Sabino, uno de los árboles patrimoniales de CDMX. Con más de 500 años de antigüedad, este ahuehuete monumental de 24.5 metros de altura tiene un valor histórico y cultural único. La tradición oral cuenta que fue un regalo del tlatoani Cuauhtémoc para los xochimilcas y simboliza la alianza entre este pueblo y los mexicas en su intento de resistir la invasión española. Sin embargo, las condiciones en las que se encuentra están lejos de corresponder con su importancia.
“Desde 2018 se solicitó a las distintas autoridades competentes que nos entregaran un estudio profundo sobre cuál es la condición real del árbol. Pero a la fecha no sabemos ni siquiera que pasó y por qué se perdió esta rama”, cuenta Marco Sandoval, uno de los vecinos del barrio de San Juan que dedican parte de su vida a la protección del árbol.
Sabino está literalmente partido. En agosto de 2018 se desgajó una de las tres ramas gigantes que salían de su tronco. Hoy en día esa rama —ya sin vida— se mantiene incrustada en la tierra, actuando como contrapeso y evitando que caiga el resto del ahuehuete. Por su parte, otro de los fustes está sostenido por un soporte metálico.
Junto a Marco, Fernando Venegas, otro de los vecinos que realizan activismo a favor de Sabino, acumula carpetas enteras con oficios dirigidos a las autoridades exigiendo atención para el ahuehuete. Pero en ningún caso la respuesta ha sido positiva.
“Lo que vemos nosotros es una situación de total abandono, desinterés, negligencia y omisión por parte de todas las autoridades”, comenta Fernando en entrevista con Chilango. “En su momento, fuimos a hablar con la directora de Sedema de aquel entonces, y nos dijeron tajantemente que no tenían recursos para atenderlo […]. En Corena (Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural) nos dijeron que se les hacía muy caro. Y el alcalde de aquel entonces, [José Carlos] Acosta, se comprometió a otorgarnos el apoyo dentro del presupuesto participativo de millón y medio de pesos para llevar a cabo un plan de trabajo. Pero nunca cumplió con su palabra. Ni siquiera aplicaron el presupuesto participativo de 2020”, recuerda.
Ahora, con el reconocimiento de Sabino como uno de los árboles patrimoniales de CDMX, vecinos esperan que la situación cambie. Por su parte, expertos alertan sobre la urgencia de atender las condiciones biomecánicas del árbol para evitar otra rotura.
El árbol que usa bastón
Una manta colocada por vecinos en la jardinera que protege a Sabino lo describe como “el abuelo de una comunidad en resistencia”.
Desde 2018, este abuelo comenzó a utilizar bastón. Además de su impresionante tamaño, uno de los aspectos que más llaman la atención del árbol sabino es un soporte metálico que le sirve de apoyo a una de sus ramas para evitar que caiga.
La historia del ‘bastón’ de Sabino comenzó en agosto de dicho año, cuando una de las tres ramas que se salen del tronco del árbol se derrumbó.
En aquel momento, el ingeniero en Restauración Forestal y arborista certificado Edgar Ojeda fue uno de los encargados de estabilizar el árbol para evitar que cayera la parte que aún queda en pie.
“Detectamos unas grietas en el punto donde se unen los fustes (ramas). Esto nos indicaba que se estaban separando. Afortunadamente se pudo hacer la estabilización biomecánica del árbol para evitar que los fustes que quedaron se siguieran moviendo”, recuerda.
“Se pudo poner un punto de anclaje para que un podador pudiera eliminar algunas ramas que estaban provocando esos movimientos. Además, se entregó un documento donde se explicaba la condición fisiológica y biomecánica del árbol y cómo estabilizarlo mediante un sistema de puntales diseñado por el ingeniero Adolfo Sánchez”, añade.
Aunque las autoridades no aplicaron el diseño recomendado por Edgar y Adolfo, un año después sí colocaron una estructura metálica para soportar uno de los fustes de Sabino. No obstante, Edgar considera que el otro fuste que se mantiene en pie también debería tener su propio soporte.
Otra de las particularidades de Sabino es que su fuste caído no fue removido. Aunque esa rama ya está muerta, continúa como una parte importante del equilibrio del árbol:
“Si se retiraba esta sección, entonces íbamos a quitar un equilibrio que de cierta forma ha seguido ocurriendo hasta hoy. Porque a pesar de que esa sección ya murió, biomecánicamente sigue trabajando. Esa rama pesa toneladas y está todavía funcionando como como un soporte para que las otros dos no vayan a fallar”, explica el arborista.
Patrimonio en riesgo
Siete años después de la rotura del árbol, Edgar Ojeda observa que el árbol se encuentra fisiológicamente sano. “No tiene plagas terminales. Únicamente tiene algunos insectos y hongos que están degradando la condición de la madera”, comenta. Sin embargo, las condiciones biomecánicas del árbol siguen estando comprometidas.
Chilango realizó un recorrido por Sabino junto con el especialista. Ojeda observó que en el tronco central del que derivan los fustes persiste una grieta. “Estas pequeñas fracturas están provocando una separación entre fuste y fuste”, comentó al respecto. “Algo urgente sería hacer una una poda para liberar cargas y y presiones”, recomienda.
Edgar también observó que parte de la madera ha sido debilitada por incendios. Además, algunos de los módulos que sirven como anclaje para Sabino ya se encuentran separados del árbol.
Sobre el tema, Marco Sandoval destaca la importancia de realizar estudios para garantizar la estabilidad del árbol ante posibles situaciones de riesgo, como sismos o ráfagas de viento. Asimismo, enfatiza que no solo se trata de garantizar la seguridad de Sabino, sino también de la población y su patrimonio:
“Desde 2018, como representación vecinal, le pedimos a Protección Civil que nos extendiera el documento en el que nos dijeran si se daba por terminada la emergencia, pero nunca nos lo entregaron. Cuando se rompió la rama, sí hubo procedimientos de evacuación de los vecinos y se hizo la declaratoria de un polígono de zona de peligro. Se le solicitó a Protección Civil poner los rótulos necesarios para que la gente, los peatones, los vecinos, sepamos cuál es la condición de esta zona. Pero si ustedes observan, no hay ni un solo letrero de riesgo”.
Ven esperanza en declaratoria de árboles patrimoniales de CDMX
El pasado 27 de junio la jefa de Gobierno, Clara Brugada, anunció que 10 ahuehuetes, un larel de la India y un fresno serán declarados como árboles patrimoniales de CDMX. Entre ellos se incluyó a Sabino.
Al respecto, Marco espera que la declaratoria venga acompañada de atención para el árbol:
“Es importante una distinción de ese tipo. Pero esto debe marcar una antes y un después en cuestión de programas de atención que realmente sean hechos a la medida de la declaratoria. En este caso, si el árbol ya va a tener una distinción de ese tipo, pues entonces debe ser sujeto a ciertos programas de atención”, considera.
De acuerdo con una ficha técnica elaborada por la Secretaría del Medio Ambiente de CDMX en el marco de la declaratoria de árboles patrimoniales, Sabino tiene una esperanza de vida de “más de 40 años”.
Al respecto, Edgar Ojeda explica que “en condiciones idóneas, los ahuehuetes puede vivir no solo cientos, sino incluso miles de años”. Sin embargo, Sabino apenas tiene una edad estimada de 500 años.
De acuerdo con el especialista la expectativa de vida de 40 años suena razonable de acuerdo con las condiciones en la que se encuentra el árbol. No obstante, acota que “si no se trabaja en la estructura del árbol, no sabemos lo que pueda pasar, porque eventos extremos como un sismo o tormentas terribles pueden llevar a la falla de alguno de los dos fustes, o de ambos”.
Por lo pronto, si Sabino sobrevive, es en parte gracias a otros tres árboles de alrededor de 100 años que se encuentran a su alrededor.
“Estros tres árboles son el parteaguas para que el ahuehuete siga sobreviviendo. Sus funciones son de soporte y sostén. Sus raíces lo están ayudado porque hay una comunicación entre ellos”, explica a Chilango la bióloga Saraí Escobar, quien también ha participado en la conservación del árbol.
Por lo anterior, Escobar opina que, junto a Sabino, los árboles que lo rodean también deberían ser declarados como patrimoniales: “Tendría que ir completa la declaratoria para la arboleda de San Juan”, comenta.
Plan de manejo de árboles patrimoniales de CDMX debe considerar entorno social
Si bien no se conocen oficialmente las razones que llevaron al colapso de una de las ramas del árbol Sabino en 2018, Edgar Ojeda advierte que el deterioro es consecuencia de un largo proceso que incluye un cambio en su entorno natural y cierto maltrato proveniente de la actividad humana.
Originalmente el árbol se alimentaba de un manantial que ya no existe. En la actualidad se alimenta del manto freático, que, por fortuna, no es tan profundo en la zona. Además, Sabino se encuentra confinado a una jardinera. “Entonces, todo eso ha ido afectando al árbol, porque incluso sus raíces llegaban muchos metros lejos de aquí”, explica Ojeda. El arborista añade que varios ahuehuetes, entre los que se incluye el famoso Sargento de Chapultepec, han perecido al pavimentarse sus alrededores.
Finalmente, en el caso de Sabino, también se observa que el árbol sufrió incendios provocados. Ojeda apunta que testimonios de vecinos refieren que personas en situación de calle llegaron a vivir dentro de un hueco que se observa en la base de Sabino. También había quienes se ingresaban al sitio para consumir sustancias e incluso encendían fogatas. “En la rama que cayó se observa que esa zona estaba debilitada, se ve la madera quemada”, comenta.
Con base en lo anterior, Edgar opina que de la declaratoria de los árboles patrimoniales debería derivar en un plan de manejo que no solo incluya la parte fisiológica o el control de plagas, sino también “la parte social”, es decir, una concientización sobre el cuidado de estos seres vivos y su valor cultural, histórico y ambiental.
El abuelo de una comunidad en resistencia
Al recordar el origen de Sabino, Fernando Venegas, vecino del barrio de San Juan, apunta que simboliza la defensa que mexicas y xochimilcas hicieron de Tenochtitlán, tratando de resistirse a la Conquista.
“Aquí en Xochimilco se llevó a cabo un pacto con el tlatoani Cuauhtémoc para la dendesa de Tenoctitlán. En ese entonces los pactos se llevaban a cabo sembrando un Ahuehuete, estamos hablando de hace más de 500 años”.
Fernando recuerda que el árbol está íntimamente ligado a la vida de los habitantes del barrio.
“Cuando éramos niños, este árbol estaba en condiciones muy distintas a las que se encuentra actualmente. No estaba cercado. Tenía un tronco en la parte frontal que usábamos como resbaladilla. Nosotros en aquel entonces podíamos subir y jugábamos en el árbol”, comenta.
Hoy Fernando defiende el patrimonio histórico, cultural y ambiental que representa el árbol Sabino. Es uno de los nietos del árbol que el barrio ha denominado como “el abuelo de una comunidad en resistencia”.
Un poema colocado en la reja del árbol narra el proceso de la Conquista desde la perspectiva de Sabino. En el mismo se lee:
“Viejas y nuevas voces acudirán a resguardar mi memoria y resonarán con la tenacidad de la comunidad que germinó columpiándose en mis ramas, acurrucándose en mis voces y llamándome Abuelo”.
Hoy Fernando, Marco y la comunidad de San Juan que exige apoyo para Sabino hacen realidad esa profecía.