Las consecuencias derivadas de la pandemia de covid-19 han afectado gravemente la industria gastronómica, y los changarros a pie de banqueta no son la excepción. Como los restaurantes, los vendedores de comida callejera también han tenido que ver cómo resistir: servicio a domicilio, despido de trabajadores y el cierre durante semanas. Estas son sus historias.

Comida callejera y covid-19: así ha afectado la pandemia a los changarros

COMIDA CALLEJERA COVID 19
Foto: Cuartoscuro

Son casi tres meses de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia de covid-19. A ello siguió el confinamiento y, con él, una de las crisis más graves que ha sufrido la industria gastronómica formal e informal. En esta semanas, hemos escuchado de iniciativas en apoyo a restauranteros. Sin embargo, el negocio informal también ha sufrido los estrados. Y es que en México, 22 de cada 100 pesos del Producto Interno Bruto (PIB) provienen de los empleos informales.

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Tal es el caso de Paulo, dueño y cocinero de un asador callejero en la colonia Bondojíto: Guacamole.Se ha ganado el corazón de los vecinos por asar al carbón soberbios cortes de carne: rib eye, new york, costillas, picaña. Él, como muchos otros negocios, tuvo que suspender su servicio por semanas. Después regresó con opción de envío a domicilio, pero sin el uso de aplicaciones debido a sus altas comisiones. Debido a la magnitud de la crisis ha tenido que reducir el personal, en espera de la reanudación total de actividades… que aún parece lejana.

Guacamole es uno de los cientos de negocios de comida callejera chilangos afectados por el covid-19. “Las últimas semanas he hecho un gran esfuerzo, para no cerrar —dice Paulo a Chilango—. Las ventas a domicilio no nos ayudan a cubrir todos nuestros gastos de operación”.

En otro punto de la ciudad –al oriente– se encuentra el asador callejero Las Costillas de Rinoceronte. Batalla por solventar los gastos familiares y de empleados que ahí laboran: “Ha afectado directamente a la venta, no hay gente en la calle —cuenta Daniel, dueño del changarro—. Además, las ventas han bajado demasiado, más de la mitad de lo que antes teníamos”.

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Y es que además de la poca afluencia en las calles, es común escuchar que la gente no quiere comer comida que no sea de casa por miedo a contagiarse de covid-19, dice Daniel. Ello pese a que la OMS ha dicho que no se ha informado de ningún caso de transmisión a través de alimentos.

Todos los changarros han hecho esfuerzos titánicos por sobrevivir: rotar turnos de personal, implementar servicios para llevar, extender su área de cobertura, todo para no ser parte de la estadística que indica que al 25 de mayo ya son 150 mil los empleos perdidos en la ciudad.

Tamaleando Ando, tamales gourmet y exóticos
Foto: Marie Reyes

Comida callejera y covid-19: cierre temporal

Sin embargo, hay otros changarros que han optado por el cierre temporal también para no exponer a su familia a los contagios, tal es el caso de Tamaleando Ando, parte de nuestra selección de los 50 mejores lugares de comida callejera en CDMX. Amparo y su esposa solían estacionarse en la esquina de Salaverry y La Rioja, en Residencial Zacatenco, para vender sus tamales de sabores exóticos; no pasaban ni 15 minutos cuando la dotación del día se había acabado.

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“Durante las primeras semanas, nuestras ventas disminuyeron en un 50%. Quisimos implementar las ventas solo por pedido, pero esta medida no fue de gran ayuda. Esto nos condujo a suspender actividades temporalmente”, dijo Amparo. Las medidas que están tomando es considerar el ahorro para casos de emergencia que tienen, “cuando retomemos el negocio, este ahorro lo tomaremos para reinvertir”.

Para que las pequeñas y medianas empresas enfrenten la crisis derivada de la pandemia, el gobierno federal anunció una serie de créditos para micronegocios. Los apoyos económicos van de 25 mil hasta 2.5 millones sin garantía y hasta 5 millones con garantía; con una tasa de interés del 13.9% anual, otorgando un periodo de gracia de seis meses para comenzar a pagar a un plazo de 60 meses.

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Ya sea en el oriente, al norte o en el sur, los negocios de comida callejera están en la incertidumbre. En la Ciudad de México, se había dado el 15 de junio como fecha tentativa para la reapertura de restaurantes; sin embargo, el semáforo de contagios continúa en rojo en la ciudad. Y las autoridades de salud continúan recomendando que nos quedemos en casa.

“Lo único que espero es que acabe pronto esto, por eso mismo cerré y opté por solo dar servicio para llevar, así poner mi granito de arena y todos nos quedemos en casa”, dice Paulo, de Guacamole.

Si quieres apoyar a los pequeños negocios a resistir los estragos de la pandemia, consume local y directamente en los changarros. En Chilango lanzamos el directorio Llévele Llévele, una guía de los changarros del barrio que tienen servicio a domicilio y que no necesariamente pueden pagar las comisiones que piden las aplicaciones. Si tienen un negocio, ¡regístrate!