La Carpintería Juárez es parte fundamental en la historia de la representación de la Pasión de Cristo en Iztapalapa, que desde hace casi dos siglos se realiza en Semana Santa. Su tarea desde hace más de 40 años es labrar la cruz que cargará el actor que interpreta a Jesús durante el viacrucis.

El taller no es nada fuera de lo común. El aserrín de la madera está regado por todo el piso, las máquinas y las herramientas descansan sobre las mesas de trabajo, pero lo que destaca es la devoción religiosa. Hay pequeñas cruces en varios rincones, así como un gran cuadro de la Virgen de Guadalupe.

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Foro: Sarahí Rosas/ Chilango

También resalta, junto a la “Morenita del Tepeyac”, un altar para Don Ángel Juárez, quien comenzó con la tradición de hacer la cruz para la representación. Ahora su hijo, también de nombre Ángel Juárez, es el hombre al mando.

Chilango pudo platicar con él para conocer cómo es que desde hace casi una década son las personas encargadas de elaborar la cruz para el viacrucis, además del proceso para hacerla y otros datos como cuánto cuesta, mide y pesa.

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Carpintería Juárez, una tradición de Semana Santa

Entre finales de los años 70 y comienzos de los 80, un compadre de Ángel Juárez se le acercó para pedirle un favor: hacer la cruz para Carlos Rivas, uno de sus ahijados que había sido seleccionado para hacer el papel de Jesús en la tradicional fiesta de Iztapalapa.

Por esas épocas, cada actor tenía que comprar su propia cruz. Por eso eran sencillas, lisas, sin labrados ni inscripciones. Sólo la madera en forma de cruz, que serviría para ser arrastrada varios kilómetros por las calles de la CDMX.

Pero, cuando cayó la responsabilidad de hacer la cruz en Ángel, quiso cambiar eso por ser un pedido de su compadre. “En ese tiempo trabajamos en las obras del Museo de la Universidad de Texcoco y estábamos haciendo un labrado de vigas tipo rústico. Por eso le dijo: ‘te voy a hacer tu cruz con este labrado’”, recordó.

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Todo fue un éxito. No sólo le encantó al actor, sino que al comité organizador también le gustó el trabajo. Por eso, en los años sucesivos, le siguieron pidiendo las cruces a Don Ángel. Su única condición era que ellos pagaban la madera y la mano de obra iba a cuenta de la carpintería.

“Así duró como unos 15 o 20 años. Ya después dijo que iba a donar la cruz”, mencionó el carpintero. Aunque su padre falleció en 2015, él con orgullo sigue la tradición para seguir con el legado que ha quedado marcado en su local.

“Son las tradiciones de un pueblo, el misticismo que tiene Iztapalapa, que se siga con esa tradición. Nos indujo el legado porque le encantaba hacer la cruz. Yo lo veo con mucho respeto. Es bonito”, agregó.

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Semana Santa: ¿cuál es el proceso para hacer la cruz?

El carpintero nos contó que lo primero que hay que hacer es ir por la madera al aserradero en diciembre. Se traen unas cuatro o cinco piezas, ya que tienden a retorcerse y hacerse chuecas.

Después tienen que esperar unas semanas para que se sequen al sol y a la sombra. Luego se comienzan a labrar, a limpiar y por último el armado de las piezas. Tras sacar las medidas del actor de Cristo, terminan detalles como el grabado y el INRI.

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Curiosidades de la cruz para la Pasión de Cristo de Iztapalapa

  • La cruz mide más de seis maestros con 10 centímetros de largo, tres metros y 40 centímetros de los brazos, además de que tiene un grosor de nueve centímetros.
  • Puede llegar a pesar entre 90 y 110 kilos. ¡Es como cargar a una persona alta y robusta!
  • La cruz se entrega bendecida a los actores el 19 de marzo, el Día del Carpintero.
  • Una cruz, contando el material y mano de obra, puede costar hasta $15,000.

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