Brotes de aguas negras saliendo por todas las coladeras, olor desagradable en el ambiente y el colapso total del Sistema de Drenaje de la Ciudad de México, es lo que pasaría sin el trabajo del buzo Julio César Cu Cámara y el equipo de buceo del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex).

Él es el único buzo de aguas negras en el mundo.

“No hay más personas que quieran porque el agua trae químicos, desechos humanos, animales, de todo trae esto y luego son espacios muy confinados, por ejemplo, este espacio es grande, pero luego entro por coladeras. Este trabajo es muy pesado, desgastante y peligroso, por eso no les gusta”, cuenta Julio a Chilango.

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La creación de este sistema de drenaje que cuenta con 177 km de longitud de túneles profundos, tiene sus orígenes en obras como el albarradón de Nezahualcóyotl. Un dique construido a petición de Moctezuma en 1449, para evitar que las aguas del lago inundaran Tenochtitlan.

También en el Tajo de Nochistongo, concluido en 1781 que después se convirtió en el Gran Canal del Desagüe.

Pero no fue hasta 1954, que debido a las constantes inundaciones, se planteó una solución basada en túneles para desalojar el agua de lluvia.

Fue hasta 1975 que se inauguró formalmente el drenaje profundo de la CDMX.

“El equipo de buceo se formó en 1982, lo creó un ingeniero porque tuvieron la necesidad de crear unas compuertas. Él era buzo y pidió que le compraran todo el equipo; hizo el trabajo y luego se fue. Cuando yo entré en el 83, ya estaba todo el equipo de buceo. Yo pensaba quedarme unos tres o cuatro meses y ya llevo 40 años”, señaló Cámara.

¿Cómo es el sistema de drenaje?

Para que las aguas negras vayan hacia los conductos de desfogue fuera de la cuenca, se hace uso de 230 plantas de bombeo y rebombeos, 31 presas y lagunas de almacenamiento.

Algunas de ellas trabajan con el desalojo de hasta 20 mil litros de agua por segundo.

Además hay estaciones pluviográficas, cauces y estaciones generadoras.

Toda esta infraestructura sirve para desalojar las aguas negras y de las lluvias.

Sin embargo, todos esos elementos no son suficientes, menos en temporada de lluvias.

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Esto se debe a la combinación de dos factores clave: la cantidad de habitantes capitalinos y la acción de tirar basura en las calles.

“Aunque este drenaje es muy grande y muy viejo, funciona casi, casi al 90%. Pero los problemas que se ocasionan de inundaciones, no es por el Sistema de Agua, sino por la cantidad de basura que se tira en la CDMX”, explicó el buzo de aguas negras.

Las tuberías tienen un diámetro de entre 3 y 6.5 m, pero aún con esas medidas, hay enormes cantidades de basura atascada.

“Todo lo que te puedas imaginar que no aparecería en el drenaje, aquí lo vamos a sacar. Muebles, electrodomésticos, autos, vacas… de todo”, afirma.

“Lo que más me gusta es salir vivo”

La chamba del buzo Julio César Cu Cámara es quitar las obstrucciones que podrían impedir el libre tránsito del caudal.

También realizar reparaciones y todas las maniobras necesarias para que la infraestructura del drenaje funcione al cien por ciento.

“Si yo hago el trabajo en un día, le evito unos cuatro o cinco días al Sistema de Aguas para solucionar el problema”, afirma.

Pero ojo, porque no todo es tan sencillo.

Una vez que se sumerge en las aguas negras y baja 10 cm, pierde la visión completamente.

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“Trabajo totalmente a ciegas, no se ve nada. Voy tentando, voy sintiendo qué es lo que me voy encontrando hasta llegar al punto que sea necesario donde se vaya a hacer el trabajo, incluso bajo con herramientas”, dice.

En la superficie hay dos personas que se vuelven sus ojos y su guía: Agustín Chávez y Jesús Hernández.

A través de una caja de comunicación, el cordón umbilical que transporta el aire y un casco con audífonos y micrófono, ellos cuidan a Julio.

“Sí hay planos de las tuberías y los canales, pero como el agua es tan sucia, no hay manera de que pueda verlos. Ellos me van guiando conforme salen las burbujas que ven sobre el agua. Yo voy tentando y hago mi chamba”, refiere.

El equipo de buceo de aguas negras, cuenta que se ha tratado de implementar tecnología especial para hacer este trabajo.

Como el caso de un robot que usan en Estados Unidos, pero por su tamaño, no hay manera de ingresarlo a las tuberías capitalinas y aunque tiene lasers, ni siquiera sirven por lo sucia que está el agua.

“Lo que más me gusta (de mi trabajo) es salir vivo y haber hecho un gran trabajo. También saber que hay gente en la que puedo confiar. A mí familia no le gusta mucho la idea, porque solo hay certeza de que voy bajar, pero no de regresar”, afirma el buzo de aguas negras, Julio César Cu Cámara.

buzo Julio César Cu Cámara
Foto: Rafael Amed

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