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Thundercat en México: un bajo psicodélico con influencia latina

El bajista angelino se presentó en solitario en la Ciudad de México, pero lo suyo con este país va mucho más allá de una fecha: está en su música, en su historia y hasta en su playlist.

El 13 de agosto, Thundercat llenó el Auditorio BB de la CDMX en una noche de grooves, moshpits y mucho desmadre, pero más allá de la fiesta, el músico angelino dejó claro algo: su conexión con México no es casualidad, sino parte de su identidad.

“Siempre tuve amor por mi familia mexicana. Eso está en mi ADN y creo que se refleja en la música”, nos reveló en entrevista con Chilango durante su visita a nuestra ciudad. Crecer en Los Ángeles en los 90 significó convivir con la cultura latina en cada esquina: la camaradería, el barrio, el valor de la familia. Y aunque su bajo tenga un sonido intergaláctico, esas raíces se escuchan en la calidez y en la energía de sus canciones.

Foto: Universal Music

La evolución de Thundercat ha sido un viaje raro y brillante. De bajista en Suicidal Tendencies pasó a colaborar con Erykah Badu y Flying Lotus, hasta volverse la mano derecha de Kendrick Lamar en To Pimp a Butterfly (2015). Él mismo lo describe como un parteaguas: “Ese álbum fue más grande que el rap, habló del estado del mundo. Es como Akira: siempre será relevante”. Esa mezcla de virtuosismo jazzero, espíritu funk y crítica social lo ha convertido en una de las figuras más originales de la música contemporánea.

En sus discos también permea esa dualidad entre lo serio y lo cómico. Su paso por The Golden Age of Apocalypse (2011) y Apocalypse (2013) lo mostró como un heredero del jazz-fusión de Stanley Clarke y George Duke; en Drunk (2017) regaló hits como “Them Changes” que ya son clásicos del funk moderno; y con It Is What It Is (2020) combinó el duelo por Mac Miller con momentos tan divertidos como “Dragonball Durag”. Hoy, mientras prepara nueva música para sus fans, asegura: “Soy una persona distinta a la de hace cinco años. La música va a sonar diferente porque el proceso ha sido distinto”.

Su relación con México también se puede notar en lo que consume. Cuando le preguntamos por la playlist perfecta para un road trip en el país, respondió sin dudar: Chalino Sánchez. Y en su vida diaria, la comida es parte del vínculo: “Nada sustituye a la carne asada, pero acá siempre encuentro sabores increíbles. Fui a un restaurante vegano y usaban cacao en un platillo salado, fue increíble”, reveló previo a su presentación en la capital.

Foto: Universal Music

Entre anécdotas de charro (sí, en Ceremonia 2016 salió vestido de mariachi) y bromas sobre cantarle a su gato Tron como si fuera su novia, Thundercat se muestra tal cual es: un virtuoso, aficionado del anime, que no teme reírse de sí mismo. En México encontró el espejo perfecto: un público cálido, entregado y ruidoso que lo entiende tanto en lo profundo como en lo divertido.

Más que un show, lo de Thundercat en CDMX fue la confirmación de que este bajo cósmico también late con corazón mexicano.


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