A dos meses y medio que se detectó el primer caso de COVID-19, se han registrado 3 mil 926 defunciones en el país a causa de la enfermedad. Por lo menos, los crematorios del Valle de México ya se encuentran saturados, mientras que los panteones continúan trabajando para poder atender la demanda.

En los panteones de San Lorenzo Tezonco y San Nicolás Tolentino (considerados los más grandes de Iztapalapa) se prevé usar 15 hectáreas para dar sepultura a las personas que mueran por COVID-19.

En el caso de Tezonco, los trabajadores han excavado 35 fosas; sin embargo, se espera que necesiten de más durante los próximos días, de acuerdo con un reporte de El Universal.

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El de San Nicolás Tolentino también ha servido para apoyar a otras alcaldías que ya tienen sus panteones saturados.

Si bien lo recomendable es la cremación, los crematorios de distintas alcaldías ya están saturados, por lo que las personas optan por enterrar a sus familiares.

Para este proceso los trabajadores que manejarán el ataúd deben colocarse un overol desechable, cubrebocas y guantes. El féretro deberá estar cubierto con plástico.

Al 12 de mayo, habían muerto 937 personas por COVID-19 en la Ciudad de México.

Foto: Cuartoscuro

Crematorios del Valle de México están saturados

Roberto García Hernández, vicepresidente de la Asociación Nacional de Directores de Funerarias de México, explicó que los crematorios del país no están preparados para recibir a tantos fallecidos.

Si bien los 40 crematorios del Valle de México no han sido rebasados, sí están saturados debido a las solicitudes que atienden durante esta pandemia, explicó García en entrevista con El Universal.

Hasta ahora, la mayor demanda de servicios funerarios en el país se mantiene en la Zona Metropolitana del Valle de México y en Tijuana, Baja California.

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García calcula que en todo el país hay entre 5 mil y 8 mil empresas que brindan este servicio. Por ello duda que en algún momento se vean rebasados y afirma que la saturación en CDMX y alrededores todavía no es tan grave, aunque señala que el tiempo de espera en los crematorios es de 24 a 36 horas en el Valle de México.

“Ahorita lo que puedo decir es que tal vez no lo llevemos colapsado, pero se tendrá que ver con la rapidez con la que podamos disponer de los cuerpos en su disposición final, que es en los cementerios o en los crematorios”, explica.

Lo que sí se ha reportado es resistencia por parte de los familiaes del fallecido en cuanto al tiempo de velación (es de 4 horas) y al hecho de que no tiene que haber mucha gente.

Como parte de las medidas ante COVID-19 se recomendó suspender los velorios para evitar conglomeración de personas en espacios cerrados.

Adicionalmente se suspendieron las necropsias y los traslados de los cadáveres a cualquier parte del país o al extranjero si la persona falleció por COVID-19.

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Con motivo del Día de las Madres se decidió cerrar los panteones de la Ciudad de México. La medida aplicaba para tres días; sin embargo, alcaldías como Coyoacán y Tlalpan decidieron mantener estos sitios cerrados para visitas hasta el 31 de mayo.

Los recintos seguirán realizando inhumaciones y cremaciones. Los servicios fúnebres se realizarán con el menor número de gente posible.

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