Ayudar puede cambiar una vida, por ello la Fundación Hertha Fricke hace realidad los sueños de niños enfermos. Hertha y sus hijas -Karla y Noreen – hablan de su labor, las dificultades y la importancia de apoyar a estas organizaciones.

Por: Tollani Alamillo

Jonathan, un niño con cáncer, hizo realidad su sueño de viajar en avión y conocer el mar. Su historia se hizo viral en agosto pasado, luego de que se dio a conocer un video en el que la tripulación del vuelo de Viva Aerobus le rindió homenaje por la lucha contra la enfermedad.

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“Tu familia, tus seres queridos, tus amigos y toda la tripulación de sobrecargos de esta tarde quieren felicitarte por tu lucha que estás ganando y quieren decirte que disfrutes tu estancia en Mazatlán (Sinaloa).

“Es tu primer vuelo y la primera vez que vas a conocer el mar, deseamos que disfrutes este viaje y que seas muy feliz”, dijo entre lágrimas Cinthya Borjes, la sobrecargo mayor del vuelo, quien, junto con el capitán Christian Domínguez, le obsequiaron al menor una media ala y un distintivo de cuatro alas. “Hoy eres el capitán de este vuelo”, concluyó la sobrecargo.

Ya en Mazatlán, las olas fueron testigo de la felicidad del niño; sin embargo, el menor falleció un mes después de su viaje.

Jonathan fue uno de los menores beneficiados por la Fundación Hertha Fricke, que se dedica a cumplir los sueños de niños enfermos de bajos recursos, con el objetivo de motivarlos en su lucha y mejorar su calidad de vida, ya que, consideran, el mejor tratamiento médico contra una enfermedad no siempre es el más efectivo, puesto que, a veces, un deseo o fantasía hacen la diferencia para seguir adelante.

Hace 10 años, Hertha Fricke y su familia pensaron que una forma de alentar y cambiar la vida de personas con enfermedades degenerativas o terminales era cumplirles un deseo, cualquiera que fuera, siempre y cuando estuviera dentro de sus posibilidades. No obstante, fue hasta 2013 cuando su intención de ayudar se formalizó mediante una fundación que llevaría el nombre de la persona que tuvo la idea de ayudar a otros.

Así, con la misión de lograr un cambio en la consciencia y de unir a la sociedad, la directora de la institución, Hertha Fricke, y sus tres hijos: Karla, Noreen y Alberto –quienes componen principalmente la organización– comenzaron a apoyar a los más necesitados.

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Cómo cumplir los sueños

Hertha Fricke, y sus hijos Karla, Noreen y Alberto son los miembros principales de la organización. (Foto: Tollani Alamillo)

Para cumplir el deseo de niños enfermos –el más simple o grande–, la Fundación Hertha Fricke deja que los menores se expresen libremente, a través de pláticas directas con ellos o vía cartas.

De esa forma han recibido peticiones tan sencillas como tener juegos de mesa, como el Jenga, que les regalen muñecos de peluches, un celular nuevo, pantallas o videojuegos y hasta propuestas de viajes para conocer el mar, como la de Jonathan.

Noreen Fricke explicó que el programa Creando Sueños se divide en dos modalidade. El interno sucede si los niños no tienen posibilidad de salir del hospital, entonces ahí se les cumple su deseo; mientras que el externo es cuando pueden realizar actividades fuera del lugar. En ambos casos, las actividades se realizan bajo vigilancia y autorización médica.

“En septiembre hemos cumplido 60 sueños, entre el Hospital Siglo XXI y los casos de redes sociales, donde nos platican su historia. Además, se le dió al Centro Médico una pantalla en el área de oncología y otra a cardiología”, dijo Karla Fricke.

Entre los beneficiados por la Fundación Hertha Fricke hay menores chilangos y de otras entidades, que vienen a la capital a recibir tratamiento médico. Muchos de ellos tienen carencias, porque cuando llegan no tienen ni siquiera para regresar a su lugar de origen.

Actualmente, la Fundación Hertha Fricke tiene su sede principal en Polanco, en la CDMX, pero cuenta con presencia en Michoacán, Guerrero, Veracruz, Hidalgo, Querétaro, Puebla y Durango.

Cualquier pequeñín puede acceder al programa siempre y cuando compruebe algún padecimiento grave –crónico, degenerativo o terminal– y sea algo que rebase la economía de sus padres. Además, la institución valora quién puede necesitarlo más.

“Como en todo puede haber fallas, pero en este programa buscamos a personas con una responsabilidad social y un corazón muy noble, que vean por los demás, tengan en mente a los muchísimos niños a los cuales se les puede dar o cumplir un anhelo y traten de que alcance para todos”, asegura Karla Fricke, en entrevista conChilango.

De acuerdo con los integrantes de la Fundación Hertha Fricke, uno de los mayores retos al momento de cumplir un deseo es el tiempo, porque hay ocasiones que los menores fallecen antes de cumpir su anhelo, por lo que necesitan actuar con rapidez para conseguir lo que necesitan. “Hablamos de tratamientos en los que están dos años hospitalizados, pero cosas como estas les ayudan mucho a distraerse”, expresó Noreen.

El proyecto más reciente realizado por la institución fue llevar a niños a conocer el mar en compañía de su familia. “En total se beneficiaron 40 personas. Varios pequeñines llegaron pálidos, cansados, y se fueron felices, con mucha ganas de seguir adelante”, detalló Karla.

Desde que comenzó actividades la Fundación, las solicitudes para cumplir sueños se han incrementado, puesto que al principio recibían dos solicitudes al mes, y actualmente tienen una demanda de 35 a 50 menores que buscan concretar una ilusión, como Fernando, de Sahuayo, Michoacán, quien recibe apoyo con su tratamiento.

“Yo estoy agradecido con la Fundación Hertha Fricke por estar apoyándonos económicamente para solventar pasajes y mis operaciones; gracias a ellos sigo vivo y sólo quiero dar las gracias”, dijo Fernando, quien padece cáncer en la piel.

Hasta el momento, la Fundación lleva alrededor de mil 500 sueños cumplidos.

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¿Cómo es la labor de la Fundación Hertha Fricke?

Para Hertha Fricke y los miembros de la Fundación, trabajar con niños enfermos y conocer su situación a fondo es algo muy difícil, incluso doloroso. “La gente piensa que estar en este entorno te hace más dura, pero es todo lo contrario, no dejas de sensibilizarte; cada semana diversas situaciones nos rompen el corazón”, expresa, con voz entrecortada, la directora de la institución.

Incluso, Hertha Fricke señala que hay ocasiones en las que los pequeños no van a llegar a su cumpleaños, porque la enfermedad está muy avanzada y les queda poco tiempo de vida, entonces se les festeja antes. “Son situaciones que te marcan, te dejan huella, un aprendizaje enorme”, sentenció.

Una de las primeras experiencias que marcó a Noreen cuando empezó en esta labor fue el caso de una pequeña con leucemia linfocítica aguda. Su único anhelo era ir a la boda de su hermano, pero debido a su condición no podía salir; como no era posible eso, pidió un Xbox y un vestido de 15 años.

“Le marqué a varios amigos, les comenté el caso y me ayudaron a conseguir las cosas. Uno de ellos me pidió esperar unos días para entregar (las cosas), pero un día antes de ir me marcan y me dicen que la pequeñita acababa de fallecer. En ese momento, nos dimos cuenta que cuando se trata de un sueño no hay tiempo, se debe hacer y ya”, lamentó Noreen.

Otro caso difícil fue el de un menor que sólo deseaba salir del hospital para jugar con sus amigos porque llevaba meses internado sin saber su padecimiento. Cuando Hertha conoció el caso, se le hizo un nudo en la garganta, porque no supo cómo explicarla que eso no lo podían hacer.

“Nosotros decimos ‘¿qué hacemos cuando un niño nos pide sanar?’ o cuando recibimos la noticia del fallecimiento de uno de ellos, te cuestionas ¿por qué?, este es un trabajo muy fuerte”, reflexionó Hertha.

Cuando visitan hospitales y ven a niños en su cama, con su lucha, se han dado cuenta que el mayor sufrimiento es para los papás, pues les han comentado que darían todo por ver a sus hijos mejor.

Noreen explicó su labor también es enseñarle a la gente que no se necesita ser perfecto o tener una vida plena para ayudar a otros, tan sólo se requiere un porcentaje del tiempo de cada persona y con ello hacer la diferencia.

“Es un ambiente en el que sales de tu comodidad, un trabajo complicado donde, de repente, los papás nos hablan para agradecer. Este lugar es de que vengas y veas, no es nada más deposita y te mandamos una carta, la gente puede venir y ver que es real”, expresó Hertha.

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Las dificultades de trabajar como una fundación

Sede de la Fundación Hertha Fricke. (Foto: Tollani Alamillo)

A pesar de que no tienen apoyo gubernamental o de una institución, la Fundación Hertha Fricke recibe ayuda de “madrinas” y “padrinos”, quienes se acercan para ayudar en su labor; sin embargo, no siempre es así, por lo cual organizan colectas, se apoyan de donaciones y eventos –conciertos o carreras–para cumplir sus metas.

La mayor problemática de la Fundación es la falta de confianza de la gente para asistir a instituciones de este tipo. Noreen señala que se ha creado una inseguridad sobre a dónde y a quién llega la ayuda, por lo cual las personas toman como mejor opción donar en la calle antes que a una organización.

“Quisiera que la gente tenga confianza de donar, casi todas las fundaciones hacen declaraciones de transparencia, el beneficio de donar a organizaciones de este tipo es que el apoyo es canalizado de la mejor manera posible”, dijo Noreen.

Los integrantes de la Fundación Hertha Fricke señalan que hay ocasiones en las que los propios padres son quienes obsturyen la ayuda, porque creen que los recursos no se acaban, y si no se les otorga apoyo se debe a una falta de interés. Para evitar situaciones así, esta institución realiza una amplia investigación y elige a los menores que pueden valorar o necesitar más la ayuda, con el objetivo de que no ocurran casos de personas que hacen mal uso de la organización.

Otra de las dificultades ocurre a la hora de acceder a hospitales o algunas instituciones de asistencia. “Cuando llegas a un hospital, en ocasiones, si dices ‘venimos a cumplir deseos’, nosotros sentimos que venimos a apoyar, pero hay unos donde nos han dicho ‘no se puede la entrada’, y nosotros de ‘¿cómo? si venimos a ayudar a los enfermos’”,confiesa Hertha.

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Otras maneras de ayudar

La creación de deseos no es la única función de la Fundación Hertha Fricke, también ofrece asistencia a adultos mayores, capacitación para la generación de conciencia a quien la necesite, realiza visitas a asilos, orfanatos, hospitales y zonas vulnerables, donde reparten ropa y juguetes.

“Hacemos trabajo en asilos, buscamos llevarles felicidad y diversión, e incluso artículos de higiene personal. En dependencias del gobierno de asistencia hemos llevado cursos de capacitación para evitar depresiones, mejorar el autoestima y seguridad del niño”, detallaKarla.

Otros programas con los que cuentan es el Pulpo Donador, en el que convocan a las personas a dar juguetes y ropa en buenas condiciones para llevarlo a zonas vulnerables, ya sea en sierras, lugares marginados, asilo u orfanatos. Se trata de una recaudación masiva realizada dos veces al año; en julio y diciembre se reparte lo reunido.

La Fundación Hertha Fricke acepta donativos en especie, económicos, de voluntariado y patrocinadores de sus eventos. “En diciembre viene otra donación de cosas; se necesita de recaudación, los orfanatos nos hablan y nos piden apoyo”, comentó Karla.

Si quieres tirarle paro a un pequeño a cumplir su sueño o te interesa conocer más sobre la Fundación Hertha Fricke, puedes visitar su página web o su perfil en Facebook.

También puedes enviarles un a [email protected] o acudir directamente a sus instalaciones ubicadas en Cicerón 721, colonia Polanco II Sección, en la alcaldía Miguel Hidalgo. Recuerda: siempre es bueno tenderle la mano a quien necesita ayuda.

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