Eran las 16:00 horas cuando un hombre –de aproximadamente 30 años– amagó por la espalda a una joven mientras cruzaba un puente peatonal para dirigirse a su trabajo. Al verse sometida, gritó desesperada y logró llamar la atención de algunas personas alrededor, quienes de inmediato se percataron del intento de secuestro y la auxiliaron. Por desgracia, su victimario se dio a la fuga. Esto sucedió el pasado 18 de febrero de 2019, en el Circuito Interior, a la altura del parque Plaza Melchor Ocampo y la calle Comte. 

Jugarle al vivo y no usar los puentes peatonales en la CDMX no siempre tiene que ver con la flojera o la falta de civismo, pues además de lo difícil que resulta para las personas con discapacidad o para las embarazadas subir y bajar cerca de 70 escalones, estos pasos elevados propician la delincuencia. 

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A diario, millones de ciudadanos nos vemos obligados a cruzar alguna calle o avenida para llegar a nuestro destino. Aunque usemos la bici, el automóvil, el camión o algún otro transporte, lo cierto es que hay lugares a los que solo se puede llegar caminando. Por eso es importante cuestionarnos la pertinencia de los cruces peatonales, principalmente la de los puentes.

Un puente peatonal es la infraestructura urbana que facilita la movilidad de los peatones en cruces que podrían resultar peligrosos. Sin embargo, no necesariamente garantizan la seguridad de quienes los usan. En 2008, un estudio del Instituto de Geografía de la UNAM reveló que el 26.68% de los accidentes ocurrían a menos de 300 metros del 66.45% de los puentes.

De acuerdo con la plataforma Datos Abiertos de la Ciudad de México, en lo que va del 2019, las cámaras del C5 han reportado más de 16 mil atropellados, de los cuales 151 fallecieron. No obstante, esta plataforma no especifica los delitos cometidos en puentes peatonales, tales como asaltos, secuestros, acoso y abuso sexual. 

Foto: Google maps

Chilango contactó a Amparo Ortega, integrante de la Liga Peatonal, una organización de colectivos y activistas dedicados a defender los derechos de los peatones, quien comentó que son las mujeres las más vulnerables al usar estos puentes, pues incluso han sabido de violaciones. “Nos podría pasar cualquier cosa en ellos y nadie lo notaría”, comenta.

El pasado 29 de julio, el Gobierno de la ciudad retiró un puente al exterior del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) plantel Oriente, como parte del programa Sendero Seguro, ya que en ese paso los estudiantes son víctimas frecuentes de la delincuencia, por lo que la Secretaría de Movilidad (SEMOVI) en conjunto con la Secretaría de Obras y Servicios (SOBSE) decidieron quitarlo y mejorar el paso a nivel que se encuentra a 20 metros de donde estaba el puente. 

“Este puente nadie lo utilizaba, todos los alumnos caminaban por la esquina. Era un puente literalmente inútil, dejó de tener sentido”, comenta Salvador Medina, director general de Planeación y Políticas de la SEMOVI.

La figura del peatón

A menos que seas un Transformer, las personas somos peatones por naturaleza, y todos corremos el riesgo de sufrir algún accidente solo por cruzar alguna calle o avenida. Por eso el Reglamento de Tránsito de la Ciudad de México nos da la prioridad sobre los vehículos, en especial a las personas con discapacidad y movilidad limitada.

Un peatón es aquella “persona que transita por la vía a pie y/o que utiliza ayudas técnicas por su condición de discapacidad o movilidad limitada, así como en patines, patineta u otros vehículos recreativos; incluye a niños menores de doce años a bordo de un vehículo no motorizado”, según el Reglamento de Tránsito.

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Aunque pareciera un privilegio tener prioridad en este reglamento, la verdad es que no lo es. Tan solo de enero de 2015 al 30 de marzo de 2019, se registraron 2 mil 985 fallecimientos por atropellamientos o colisiones de vehículos, de acuerdo con datos del Instituto de Ciencias Forenses de la Ciudad de México. El 96% de las víctimas de estos decesos fueron peatones, mientras que el 4% restante fueron conductores y pasajeros de vehículos motorizados y no motorizados.

Puentes peatonales en la CDMX 

De acuerdo con datos de la extinta Agencia de Gestión Urbana, en la Ciudad de México hasta 2018 se tenían contabilizados 1059 puentes: 35 de rampa, 191 de jaula, 15 con elevador y 818 básicos.

“Durante muchos años se pusieron varios puentes sin haber considerado cómo cruzaba la gente y si era lo más adecuado o no. En algunos lugares sí son necesarios, como en las vías primarias, pero en otros lados no, porque no son utilizados, fueron mal diseñados”, explica Salvador Medina, quien además de ser economista se especializa en urbanismo.

De acuerdo con Amparo Ortega, los puentes peatonales en la CDMX no son una solución, sino un problema, ya que niegan la posibilidad de moverse con facilidad a gran parte de la población. “Tal situación no se solventa con rampas o ascensores ya que implican un esfuerzo extra sobre quienes deberían tener prioridad en el espacio público de la ciudad”, asegura.

Foto: Liga Peatonal

“Los puentes con rampas aumentan hasta 10 veces los metros que un peatón tienen que recorrer de un punto A a un punto B. Nos parece que esto es discriminatorio porque excluye a gran parte de la sociedad, por su condición física”, explica Amparo, y agrega que son “antipeatonales” porque tienen “una lógica de ingeniería urbana que favorece el desplazamiento de los vehículos de automotores y no de prevención de lesiones”.

Gracias a la presión de esta organización se ha logrado retirar diversos puentes peatonales en la CDMX como en la avenida Patriotismo, en 2016, y en las avenidas Pino Suárez y Etiopía en 2017, y el puente del CCH Oriente, retirado este año.

“Reconocemos que tenemos graves problemas por las barreras urbanas que no permiten el paso, o que están muy alejados unos puentes de otros. Mucha gente los considera inseguros. Vamos a empezar a revertir las malas decisiones, identificar los lugares, conseguir el presupuesto, y no solo retirarlos sino readecuar la vialidad para que los pasos sean seguros a pie”, comentó Salvador Medina.

Importancia de tener pasos seguros 

Tanto el funcionario Salvador Medina como la activista Amparo Ortega, miembro de la Liga Peatonal, coinciden en que no todos los puentes peatonales en la CDMX son inútiles, pues aunque la mayoría no son utilizados, hay otros que son indispensables: los puentes de las vías primarias o de acceso controlado, donde no hay semáforos y donde los vehículos tienen permitido alcanzar una velocidad de hasta los 80 kilómetros por hora.

Estas vialidades son: Periférico, Viaducto, Circuito Interior, Tlalpan, Insurgentes Norte, Ignacio Zaragoza, Ejército Nacional, Río San Joaquín, Aquiles Serdán, Constituyentes y Carlos Lazo. En ellas no hay manera de cruzar sin un puente peatonal.

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Alberto Ruiz perdió la movilidad de sus piernas hace unos años, desde entonces se mueve en silla de ruedas. Todos los días tiene que usar un puente peatonal para cruzar Periférico a la altura de Avenida Constituyentes. Sin embargo, no puede hacerlo por sí mismo. Siempre espera que lo ayuden a subir y bajar los 68 escalones. 

“Deberían poner un elevador o unas rampas como el puente de acá adelante (Av. Constituyentes a la altura del skatepark de Chapultepec). No me gustan mucho porque son muy cansados, pero al menos así no tendría que esperar a que me ayudaran. A veces piensan que les quiero pedir dinero o piensan que es una trampa para asaltarlos”.

Chilango contactó a la Secretaría de Obras y Servicios para saber los costos de construir, retirar o rehabilitar los puentes, pero contestaron que esa información la tenía la Secretaría de Administración y Finanzas, dependencia que también negó tener esa información. 

Foto: Google maps

A pesar de las exigencias por quitar los puentes peatonales, el Gobierno de la Ciudad de México, a través de la Secretaría de Obras Públicas publicó el pasado 29 de junio cuatro licitaciones para rehabilitar 51 puentes en la capital: 24 en la alcaldía Iztapalapa, nueve en Coyoacán, ocho en Gustavo A. Madero, cuatro en Venustiano Carranza, tres en Iztacalco, dos en Xochimilco y uno en Cuauhtémoc.

El caso más reciente de rehabilitación es la de un puente en la colonia Narvarte, que cruza Viaducto hacia la colonia Buenos Aires, el cual habían cerrado los mismos vecinos para evitar que los delincuentes asaltaran a quienes lo usaban. Al respecto, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, se comprometió el pasado 9 de agosto a rehabilitarlo: “Lo vamos a reabrir con una caseta de vigilancia”. Desde entonces una pareja de policías se mantiene en la zona.

¿Se puede hacer algo?

De acuerdo con datos de la Liga Peatonal, un “puente austero” cuesta “un millón 500 mil pesos. Implementar un cruce seguro con semáforos, reductores de velocidad, señalización, cebras peatonales, entre otros elementos, reduciría el costo a menos de 800 mil pesos”.

“Si vemos un puente innecesario, se va a retirar. Lo único que hay que pensar son los gastos. Muchas veces la Secretaría de Obras los almacena por si hay que reponer alguno. Rediseñar la ciudad nos llevaría todo el presupuesto y no lograríamos gran avance”, explica Salvador Medina.

Por otra parte, Amparo Ortega sugiere que los pasos a nivel “respondan a las ‘líneas de deseo’ que surgen de la necesidad de las personas por cruzar en una zona donde no hay ni paso peatonal ni puentes, principalmente en hospitales, escuelas, guarderías y mercados”.

Foto: Google Maps

Rediseñar los cruces a nivel o hacer pasos donde antes no había son la prioridad de la SEMOVI, que a través de la dirección general de Planeación y Políticas se encuentra estudiando las vialidades para modificar aquellos cruces que durante décadas formaron “barreras humanas”. Como en el caso de Tlalpan, donde cambiaron los torniquetes de entrada y salida de la línea 2 (azul) del Metro, para que la gente pudiera pasar sin necesidad de pagar boleto.

“Hemos tenido buena reacción de la gente, quien ahora utiliza mucho estos cruces por seguridad, ya que los puentes subterráneos están muy oscuros y solitarios de noche, y los otros puentes están muy separados”, afirma Salvador Medina.

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Otras alternativas en las que coincide la Liga Peatonal y la Secretaría de Movilidad son los cruces diagonales, la colocación y reprogramación de semáforos, la instalación de casetas policiacas o incremento de presencia policiaca.

“Debemos repensar la ciudad para convertirla en un lugar mejor para los peatones, pues pareciera que se les da prioridad a los vehículos”, concluye Amparo Ortega, e invita a la sociedad en general que se una a las clausuras simbólicas de los puentes, como la del pasado 3 de agosto en avenida Cuauhtémoc, para concientizar a los conductores de que no son los dueños de las calles.

POR ANDRÉS RANGEL

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